DANIEL ROLDÁN
Viernes, 15 de abril 2016, 20:41
Una mano furtiva tuvo la culpa. Él buscaba de forma cómplice a su mujer. Los dos todavía se encuentran en ese estado de felicidad absoluta tras haber contraído matrimonio unas pocas semanas antes. Una película romántica hasta el tuétano que estuvo a punto de romperse. Porque la mano de ella no era la de su compañera sentimental, sino la de su hermana gemela.
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Vamos, que buscaba hacer manitas con su cuñada después de una cena, ante la mirada atónita de la cuarta parte de esta historia. Para rematar el cuadro, los dos muchachos también son gemelos. Vamos, dos gemelos que se habían enamorado de otras dos hermanas iguales como gotas de agua.
No es el argumento de ninguna rocambolesca telenovela sudamericana o de los seriales nacionales que encantan a los televidentes del gigante asiático, sino la vida de los hermanos Zhao y las hermanas Yun. Los cuatro proceden de la provincia de Shanxi, situada al norte del país y cerca de Pekín. Los Zhao vivían en Yuncheng y se enamoraron perdidamente de las chicas del pueblo vecino. Las dos relaciones se fueron afianzando hasta que el cuarteto decidió casarse. Para hacer estas uniones más especiales todavía, decidieron hacer los festejos en febrero, justo en la semana del Año Nuevo Lunar en el que los chinos dan la bienvenida al año del mono. De esta manera se aseguraban la presencia de muchos familiares.
Aquí se encontraron con el primer escollo. ¿A quién iban a felicitar los novios? ¿Al guapo Xin o a su hermano Xun? Con ellas, Fei y Yang, pasaba más de lo mismo. Porque para complicar un poco más las cosas, el timbre de voz de los gemelos es muy similar. Para intentar que los seres queridos tuvieran problemas, los cuatro se pusieron unas pequeñas señales para ser identificados y no estropear sus trajes de boda. No obstante, todo salió perfecto: Xin se casó con Fei y Xun con Yang. Eso sí, los cuatro tuvieron que contestar a la cuestión que llevan respondiendo desde pequeños: ¿y tú quién eres?
El cuarteto llevaba con resignación -¡qué remedio!- este tipo de dudas desde su niñez. Pero el asunto de la mano juguetona hizo que se replantearan la situación. Así que se reunieron para pensar soluciones. Y la más fácil era operarse. La pregunta era quién y cómo. Pero los cuatro enamorados enarbolaron el todos a una de Lope de Vega y decidieron que todos irían al quirófano. Así que el jueves, en un hospital de Shanghái, los cirujanos plásticos practicaron «unos mínimos retoques» faciales, según detalló el centro a China News. Todavía habrá que hacer algunos cambios, mínimos. Por ejemplo que las hermanas eviten peinarse igual o no escojan los mismos vestidos.
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O que no se los pongan los mismo días para que amigos, familiares, el panadero, el charcutero o el personal de los servicios postales chinos sepan quién son y no les pregunten de forma persistente: ¿y tú quién eres?
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