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Alimentos que te sorprenderán al descubrir de qué están hechos

Alimentos que te sorprenderán al descubrir de qué están hechos

¿Sabes lo que estás tomando cuando comes palitos de cangrejo, las conocidas salchichas 'frankfurt', lonchas de queso, gulas, paté o gelatina?

LAS PROVINCIAS

Miércoles, 11 de mayo 2016, 14:32

Este tipo de alimentos procesados son muy comunes en nuestras dietas, además de ser económicos. Sin embargo, su composición y la forma de prepararlos es muy diferente a la que imaginamos. Sólo tienes que echar un vistazo a estos ejemplos.

Los palitos de cangrejo son un elemento muy común en la preparación de ensaladas. Se venden bajo el nombre de 'palitos de cangrejo', y aunque su sabor recuerda en buena medida al crustáceo lo cierto es que no están hechos de cangrejo. Se componen de surimi, que es un picadillo de "músculo de pescado blanco". El resultado se obtiene gracias al lavado repetido de diversos tipos de productos marinos, como la merluza, la caballa o el bacalao, y el producto restante pasa por un proceso hasta que se obtiene una pasta blanca a la que se añaden aditivos para su conservación, potenciadores del sabor, y edulcorantes no naturales, entre otros, y después se congela. El color rosado de la superficie se consigue gracias a colorantes y saborizantes.

Los conocidos patés se venden en todos los supermercados, y su consumo es muy común como complemento de muchas comidas y como base de un sándwich. Los hay de infinidad de marcas y variedades, y su precio suele ser relativamente económico. Con lo caro que resulta el hígado de cualquier animal y en especial el pato, cuesta creer que éste sea el ingrediente principal. Y es que el paté, al contrario que foie gras, se obtiene de una mezcla de vísceras de animales -vaca, cerdo o pollo, entre otros- a la que se añade harina, especias, leche y aditivos para su conservación. Tan solo lleva un poco de hígado, lo necesario para darle suficiente sabor. El foie gras, por el contrario, está íntegramente constituido de higado de animal -pato, oca o ganso, los más habituales-.

Otro producto muy consumido son los quesos para untar. Los hay también de muchas marcas y tipos, hasta de marcas blancas, lo que los convierte en productos todavía más económicos. Estos alimentos son una bomba calórica, y no son recomendables para el colesterol y la hipertensión porque contienen grandes cantidades de sal. Están hechos a base de lácteos fermentados a los que se añade leche, nata y -como ya viene siendo habitual- una serie de aditivos y potenciadores del sabor.

Las salchichas conocidas como 'frankfurt' se realizan con una mezcla de carnes nada apetecibles, que se obtienen a partir de restos del cuerpo de varios animales, desde el cerdo hasta la gallina. Estas partes suelen incluir el estómago y el hocico del cerdo, el labio y el hígado de la vaca o el bazo del cordero. Y, cómo no, se añaden potenciadores del sabor, colorantes, conservantes, grandes cantidades de sal y agua fluorada para darles su textura cremosa.

El queso en lonchas es uno de los productos más procesados. Contienen grandes cantidades de sal y aditivos, y se elaboran a partir de lácteos fermentados (a veces no procesados) y de queso, a los que se añaden colorantes alimenticios que le dan ese aspecto amarillento.

La gelatina es uno de los alimentos preferidos de los niños. Las hay de frutas y de muchos sabores y colores. Pero lo que desconocemos es que la base del producto, esos polvitos a los que se añade agua para obtener la gelatina, no son otra cosa que una mezcla de colágeno de tejido de animales. En otras palabras, huesos de cualquier parte del cuerpo de la vaca, limpios de sangre y triturados durante poco después de la muerte del animal. Después se lava con productos ácidos hasta que se obtiene la oseína, que deberá estar en cal entre 5 y 10 semanas. Luego solo queda dejarlo enfriar y que se solidifique.

El colorante rojo, bastante utilizado en cocina y en la elaboración de los productos favoritos de los niños, las chuches, es también el ingrediente principal en la elaboración de los pintalabios rojos que se venden en las tiendas de cosméticos. Este colorante se obtiene a base de machacar unos insectos llamados cochinillas, unos pequeños escarabajos que se alimentan de bayas rojas.

La morcilla se compone principalmente de sangre de cerdo sin coagular. Primero se lavan las tripas del animal y se enjuagan con limón para eliminar el olor desagradable. Muchas veces se añade cebolla, ajo o arroz. Después se vuelve a colocar la mezcla en las tripas del cerdo y se hierve.

Algunos helados cremosos, igual que algunas cremas de postre, obtienen esta textura precisamente un aditivo llamado carragenina, que proviene de las algas marinas. Aunque este ingrediente sólo está presente en un 5 o 10 %, es básico para darles esa cremosidad.

Las patatas estilo 'Pringles', aunque su nombre indique que se trata de patatas, lo cierto es que de ese ingrediente tienen poco. En 2008, el Tribunal Supremo de Gran Bretaña dictaminó que no eran patatas fritas, ya que contenían menos del 50 % de este producto. Están compuestas en su mayoría por harinas, que conforman una masa que también contiene aditivos, colorantes, grandes cantidades de sal y aromas.

Las gulas que se venden en tarrinas frescas o congeladas son un sustituto de las angulas que se adapta a todos los bolsillos. Igual que los palitos de cangrejo, están hechas de surimi, aunque no contienen tantos aditivos como los sabrosos palitos. A la mezcla final se añaden aceites vegetales, harina de trigo, soja, clara de huevo, tinta de calamar o de sepia y extractos de almeja. Es un alimento bastante artificial, aunque en este caso es bastante saludable por su alto contenido en proteínas de pescado. Tienen un bajo nivel de colesterol y grasa, y son muy fáciles de digerir.

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