joseba vázquez
Domingo, 11 de diciembre 2016, 21:52
Kim Phuc y Nick Ut representan un caso extraño en el mundo del fotoperiodismo, donde la relación posterior entre autor y objeto es infrecuente. Ellos, en cambio, son amigos y suelen verse con cierta regularidad. Kim, hoy casada y madre de dos hijos, «era una niña feliz» hasta que el 8 de junio de 1972, cuando tenía 9 años, un avión survietnamita, ejército apoyado por Estados Unidos, bombardeó su población, Trang Bang.
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El napalm le calcinó la ropa y abrasó su piel. «Muy caliente, muy caliente», gritaba. En torno a los 1.500 grados, para ser más precisos. Ut, corresponsal de guerra de la agencia AP, hizo la foto del espanto, vació su cantimplora de agua sobre la espalda de la jovencita y, junto a un compañero, la montó en un vehículo y la trasladó al hospital. «Pensaba que moriría». No fue así.
FOTOS E HISTORIAS
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La muchacha, en estado crítico, permaneció catorce meses en el centro médico y desde entonces ha sido sometida a 17 operaciones de injerto de piel, pero sobrevivió. En 1986 el gobierno comunista de su país la envió a estudiar a Cuba, donde conoció a un compatriota, Bui Huy Toan, con el que se casó seis años más tarde. Al regreso de su luna de miel en Moscú, la pareja aprovechó una escala en Canadá para solicitar asilo político. Desde entonces viven allí. Kim tiene ahora 53 años y es odontóloga. En 1997 creó una fundación de ayuda a niños víctimas de la guerra y fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la UNESCO. El fotógrafo Ut, al que ella llama «mi tío», también está casado y tiene dos hijos. Se nacionalizó estadounidense y, a sus 65 años, sigue trabajando para AP en Los Ángeles. Aquel trabajo que mostraba el horror de la guerra le valió el Premio Pulitzer en 1973.
Habrá quien lo discuta, pero no siempre una imagen vale más que mil palabras. Hay ocasiones en que la primera precisa de las segundas para conocer el antes y, sobre todo, el después de la escena congelada, para poder apreciar lo que la foto no revela. Sucede con la niña del napalm y con los protagonistas de multitud de instantáneas que han pasado a la Historia por su valor documental o simbólico. Aquí va una pequeña muestra.
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