
ICÍAR OCHOA DE OLANO
Viernes, 27 de enero 2017, 20:01
Tal vez haya sido su compatriota, la cantante Laura Pausini, la que más atinada ha estado a la hora de filtrar el personaje y extraer las gotas de su esencia: «Esta mujer mostraba la belleza de no ser todos iguales», escribió el lunes en español, en su cuenta personal de Twitter. Una actitud, la de la aludida, que en tiempos de rodillos y apisonadoras homogeneizadores revela una dosis nada común de autoconfianza, rebeldía y arrojo. Desde luego, Bimba Bosé no ha podido defraudar a su clan. En ninguna de sus facetas fue un ser convencional. Ni como mujer, ni como modelo, ni como cantante. Ni siquiera como enferma de cáncer. Española nacida en Roma el 1 de octubre de 1975, sedujo con su físico iconoclasta a algunos de los diseñadores y fotógrafos de moda internacionales de más renombre y exhibió con idéntica heterodoxia la herida de la enfermedad que la dejó sin un pecho y la devoró en apenas tres años hasta robarle el último gramo de vida, en la mañana del lunes, en una cama del hospital público Ramón y Cajal de Madrid.
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Su muerte, precoz y sin embargo anunciada, desencadenaba de inmediato un torrente de dolientes panegíricos de 140 caracteres. Incluido el de su primogénita, de trece años. «Muchísimas gracias a todos los que me apoyáis y que sepáis que hoy no es un día de tristeza, porque a mi madre es lo que menos le gustaba, la tristeza. Hoy es un día para estar contentos por todos esos momentos que hemos vivido y disfrutado con ella». Dora, la primera hija que tuvo con su ex marido, el productor y músico Diego Postigo, y heredera, dicen, del talento musical de su tío-abuelo y de su madre, reaccionaba así en las redes sociales a la pérdida de su progenitora y mentora. El pasado julio actuaron juntas en una gala de 'Levántate All Stars', el programa de televisión en el que la artista participaba semanalmente. Cantaron 'No puedo vivir sin ti', de Los Ronaldos, para un único destinatario, David Delfín. El modisto malagueño que la convirtió en su musa y al que consideraba «mi hermano, mi ángel, mi punto de referencia», se recuperaba lentamente de la delicada operación que le practicaron hace diez meses para extirparle tres tumores de la cabeza. Aún hoy sigue en ese proceso. Para entonces, la modelo ya sabía que el avance inexorable y destructivo del mal que le habían detectado en la primavera de 2014 le había causado metástasis en los huesos, el hígado y el cerebro. Pese a ello, pese a todo, nunca dejó de enrollarse el pañuelo rosa a la cabeza y participar en iniciativas públicas dirigidas a recabar apoyos para la lucha en contra del cáncer de pecho. La última, el pasado octubre, días después de festejar el que sería su último cumpleaños.
Eleonora Salvatore, su verdadero nombre, era la hija de Lucía -la mayor de los tres vástagos que tuvo la actriz italiana Lucía Bosé con el torero Luis Miguel Dominguín- y su primer marido, el ingeniero Alessandro Salvatore. Bimba, diminutivo de 'bambina' -niña, en italiano- tenía siete años cuando sus padres se separaron. Tras la ruptura, se trasladó a Madrid con su madre, mientras su progenitor, que falleció hace casi nueve años, se instalaba en Estados Unidos. Aunque su triunfo internacional estalló en la pasarela, su debut público tuvo lugar en la música, en donde siempre anheló despuntar. Corría el año 93 cuando estrenaba mayoría de edad y emprendía sus primeros gateos en el mundo de la canción. Dos años después, protagonizaba la ópera rock 'Las botas rojas' junto a Rafa Sánchez, cantante de La Unión, dirigida por su tío Miguel Bosé. Por ese camino no iría entonces mucho más lejos. Con 178 centímetros de estatura, unas facciones típicamente italianas, su corte 'garçon' y una esbeltez poco curvilínea resultaba tremendamente atrayente para el mundo de la fotografía y la moda. Su belleza andrógina mezclada con un carisma natural y un carácter luminoso y enérgico le abrían en 2000 el camino a la Pasarela Gaudí de la mano de la diseñadora Lydia Delgado. Aquel éxito le propulsó directamente hasta París, Milán, Tokio o Nueva York, donde acabaría instalándose para atender sus compromiso profesionales y vestir los diseños de Alexander McQueen, John Galliano, Jean Paul Gaultier, Karl Lagerfeld, Versacce, Gucci, Valentino o Prada, y desafiar a los objetivos de Peter Lindbergh, Terry Richardson, Bruce Weber, Richard Avedon, Mario Testino o Steven Meisel. La 'niña' Bosé deja un puñado de portadas en 'Vogue', 'Vanity Fair', 'Harper's Bazaar', 'Pop', 'iD' o 'Purple Magazine' en donde dejó constancia de su personalidad única dentro y fuera de los estudios y 'sets' de fotografía.
Con unos padres separados cuando solo era una niña y seis hermanos, descartó enseguida la maternidad. Sin embargo, en 2004 tuvo a Dora y hace poco más de cinco años daba a luz en su casa a June, fruto también de su relación con el bajista Diego Postigo. Con él precisamente, y la compañía de otros dos músicos, echaba a andar uno de los proyectos que más satisfacciones le procuró, The Cabriolets. En 2007 se presentaban al frente de su banda en la Sala Apolo, de Barcelona, en la Fiesta Mango, y ese mismo año sorprendía al cantar en formación de dúo con su tío Miguel Bosé, en el tema 'Como un lobo', del álbum 'Papito'. Juntos protagonizaron un eléctrico número en la gala de los Grammy latinos.
Amiga cercana de Pedro Almodóvar, hizo un cameo en la película más reciente del director, 'Julieta'. No era la primera vez que se asomaba a la gran pantalla. Su bautismo tuvo lugar en 'El cónsul de Sodoma', un controvertido recorrido por la vida de Jaime Gil de Biedma, uno de los poetas más destacados del siglo XX, que resultó nominada a cinco premios Goya por la Academia de cine.
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«Estoy rellena pero me gusto»
Por entonces, el cáncer no había tomado todavía el mando de su vida. «Como estoy tomando hormonas, noto que estoy más hinchada, tengo la piel más floja y estoy más rellena de lo normal. Pero me gusto», decía en una entrevista, allá por 2015, cuando, ya mastectomizada, posaba como imagen de una línea 'post-surgery' (post-operada) de una conocida marcada de bañadores y ropa de cama. «Tengo muchos propósitos para el futuro. Quiero ser bailarina, montar a caballo, viajar, sacar el carné de patrón de yate», contaba mitad en serio mitad en broma. Hace un año, visiblemente debilitada, se mudó con sus dos hijas y con su pareja, el joven modelo inglés Charlie Centa, a una exclusiva urbanización de Sotogrande, en Cádiz, en busca de tranquilidad y sosiego. Desde allí ha compaginado su trabajo en los últimos tiempos como DJ con todo tipo de tratamientos convencionales y alternativos para combatir su enfermedad.
Tatuada con flores de loto y amapolas en la nuca, hormigas en el brazo derecho, un as de corazones con la inicial D -de su ex marido, Diego, y de su hija, mayor, Dora- en la muñeca izquierda, un corazón debajo del suyo propio y dos dados en el brazo izquierdo, la última imagen que Bimba Bosé deja en su Instagram es la de un 'Ave del paraíso', una flor robusta de inconfundible y extravagante belleza. Esta tarde la despedirán en el tanatorio de La Paz de Alcobendas.
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