Borrar
La nanotecnología o la posibilidad de manipular átomos y moléculas con precisión ha permitido al sector textil crear prendas antimanchas e impermeables. :: r. c.
Nueva tela que cortar

Nueva tela que cortar

Los tejidos de última generación repelen los líquidos, no se planchan, huelen a fruta o se imprimen. Vienen del mundo de la construcción, de la automoción o del vertedero. La revolución textil está en marcha

ICÍAR OCHOA DE OLANO

Sábado, 11 de marzo 2017, 21:39

Cuando los Hermanos Marx estrenaban 'Una noche en la ópera' y los nazis encendían la mecha de la Segunda Guerra Mundial al invadir Polonia, los modistos estadounidenses más renombrados del momento anticipaban con sorprendente atino el estilismo del nuevo milenio. La mujer vestiría conjuntos adaptables, para ser usados lo mismo de día que de noche, y se emplearían confecciones hechas con tejidos transparantes de red y celofán. Se rematarían con materiales metálicos a los que se incorporarían dispositivos tecnológicos: que si cinturones eléctricos para calentarse o linternas en la cabeza. Al hombre le imaginaban ataviado con un mono y una tosca antena circular que le permitiría coger señal para hablar a través de un teléfono móvil o escuchar la radio. Las predicciones quedaron recogidas por la British Pathé en el fascinante documental 'Eva, año 2000', rodado en torno a 1939 y que ahora, casi ochenta años después, resulta inusitadamente contemporáneo.

Como sospechaban aquellos visionarios de la aguja, la moda del siglo XXI cabalga al trote a lomos de la tecnología. En algunos casos, para ofrecer espectáculo hueco. En muchos otros, para hacernos el día a día más liviano y original. Aunque a veces sea casi imperceptible. Y es que, a menudo, la innovación va por dentro. El muestrario textil crece en cantidad y, sobre todo, en cualidades. Lo hace desde que la Humanidad emprendió la carrera espacial y las condiciones adversas que reinan más allá de la estratosfera obligaron a alumbrar materiales capaces, por ejemplo, de proteger a los astronaturas del impacto eventual de micrometeoritos.

De forma más reciente, la reducción de la escala de micro a nano -es decir, a la del átomo- ha abierto una ventana a un mundo nuevo para numerosos sectores. Entre ellos, el textil. En su caso, la posibilidad tecnológica de manipular moléculas con precisión le ha allanado el camino para desarrollar, por ejemplo, tejidos antimanchas. O lo que es lo mismo, de prendas cien por cien impermeables que se alejan de la típica apariencia plástica de los tejidos tradicionales. Imaginen una camisa que no refleje las huellas de la transpiración bajo las axilas, que no registre malos olores, no se arrugue, no precise planchado, repela un chorretón de mostaza y un café negro y que, después de quince días de uso, sigue en buen estado de revista. La empresa valenciana Sepiia Indumentaria Inteligente acaba de ponerla en el mercado.

Federico Sáinz de Robles, fundador y director ejecutivo de la firma con solo veintisiete años, revela que el proceso de fabricación utilizado hermana el mundo del deporte con el de la automoción. «Del primero hemos cogido el hilo y la forma de tejerlo, y del segundo el acabado antimanchas usado en las tapicerías de los coches». No tiene inconveniente en desmenuzarlo. Lo hace como si fabricar una camisa se pareciera a cocinarla. «Adquirimos poliéster en forma de grazna, que son como canicas. Se meten en una extrusora, una especie de caldera con agua caliente que las vuelve líquidas. Se les añade partículas microscópicas de plata. Con la pasta que obtenemos hacemos una especie de espaguetis. Son microfibras. Cada una está formada por 77 microhilos. Si cortáramos uno veríamos que su sección tiene forma de trébol». Mágica nanología. «Es lo que hace que la humedad se evacúe de forma rápida», ilustra. Por último, los hilos se tejen y «se aplica una estampación por sublimación digital».

Para evitar que el usuario sintiera que se enfunda una armadura, este ingeniero industrial con estudios en diseño de moda efectuó un estudio previo de biomecánica y anatomía. El resultado es una camisa «elástica, con un patrón confortable y un diseño que estiliza», apta para llevar pajarita o corbata, y que al tacto recuerda a una prenda de deporte de última generación. El precio oscila entre los 70 y 80 euros, en función del color y el diseño.

Proyecto valenciano

Sáinz de Robles ha materializado este ambicioso proyecto de la mano de Aitex, una asociación privada sin ánimo de lucro que nació en 1985 por iniciativa de los empresarios textiles y la Generalitat valenciana, y que se ha convertido en el instituto tecnológico textil de referencia en España. En la actualidad, los investigadores de su laboratorio de I+D trabajan junto con varias empresas nacionales e internacionales del sector para alumbrar «estampados con colorantes termocrómicos, tejidos con sensores que previenen a trabajadores frente a ciertos riesgos o tejidos con sensores que miden determinadas constantes vitales», detalla Carmen Jover, responsable del grupo de Innovación en Moda, Diseño y Confección de Aitex.

A tenor de lo que se cuece en sus instalaciones, en la próxima década vamos a ver «grandes avances en el desarrollo de nuevas fibras, acabados, formas de tintura y estampación que van a permitir dotar a los materiales de nuevas funcionalidades», anticipa. Así, «durarán más; tendrán propiedades conductoras, tanto térmicas como de electricidad; los procesos de acabado con productos químicos serán aún más eficientes y sostenibles; y requerirán menos ciclos de lavado y menos energía para su secado». Algunas de las innovaciones patentadas por este instituto ya han saltado al mercado, como la colección Hyperdry de la diseñadora Pepa Salazar, a base de prendas que cambian de color con la lluvia gracias al uso de colorantes higrocrómicos. O las que ha adoptado Mikel Suay para elaborar piezas que adoptan distintas tonalidades frente a determinados efectos lumínicos. El modisto valenciano también ha buscado nuevas texturas para su moda. Las ha encontrado en el motociclismo, de donde ha extraído la idea de confeccionar prendas con rejillas de poliéster de diferentes escalas que superpone creando una geometría tridimensional.

Además de hipnotizar, el nuevo muestrario de tejidos huele rico. Los Colette Fragance Jeans, de la firma Salsa, desprenden aroma a arándano, naranja, limón, manzana o fresa, gracias a las microcápsulas que ha aplicado a la tela de algodón y elastano. La firma garantiza que la fragancia a fruta resiste hasta veinte viajes en la lavadora. En opinión de Laura Morata, diseñadora de la marca Madre Mía del Amor Hermoso, los textiles del nuevo milenio deben aportar un plus al usuario. Más allá de la aromaterapia, apuesta por el vestuario «antiestrés», a base de piezas con antiestáticos «que evitan que las personas se carguen de la energía electroestática que desprenden móviles y ordenadores».

En Madrid, la firma Muroexe no fabrica carpinterías, ni se dedica a la construcción pese a tener como principal materia prima el PVC. Flexible, eso sí. Y le sale un calzado híbrido -a caballo entre unos zapatos y unos 'sneakers'- «anticortes, antiabrasión y cien por cien 'waterproof', algo que en buena medida también se debe a la forma en la que están hechos, con técnicas de soplado y presión, y sellado como una cámara hiperbárica», destaca Román Iglesias, director de Marketing de la empresa. Cuestan 75 euros y se despachan con éxito en trece países. Dos amigos procedentes del mundo de la tecnología y de internet echaron a andar esta empresa en 2013. Desde entonces, cada año convocan lo que llaman «el concilio», un fin de semana de reclusión alejados de la gran ciudad al que convocan a biomecánicos, programadores, arquitectos o diseñadores de moda. El objetivo, provocar una tormenta de ideas multidisciplinar en la que conciban y desarrollen modelos de calzado aún más inteligentes.

Convencida de que la innovación debe fundirse con la sostenibilidad, Andrea Salinas, fundadora y diseñadora de Now&Then, una casa especializada en ropa de baño, ha lanzado una línea fabricada con residuos y redes de pesca del mar totalmente regenerados. Desde la cúspide productiva y facturadora, le sigue la megacadena sueca H&M. Sabedora de que 'lo verde' tiene un público en expansión, acaba de anunciar a bombo y platillo el lanzamiento, el próximo 20 de abril en 160 tiendas del mundo, de una línea realizada en poliéster reciclado y elaborado a partir de residuos plásticos que llegan a las costas. Para que luzca uno de esos vestidos «respetuosos con el medio ambiente y fluido a la vez», ha fichado a la modelo Natalia Vodianova.

Fórmula secreta

Con bastante menos presupuesto y más arrojo, el estudio bilbaíno de fabricación digital Commes des Machines acaba de hacer una aportación inédita al catálogo de textiles: el primer tejido creado por una impresora 3D. Una veterana modista nacional aguarda expectante a recibir los primeros rollos para crear la primera colección confeccionada a partir de tela «real» impresa.

La fórmula del bautizado como 'Proyecto Nora' es, por supuesto, alto secreto. Aran Azkarate, impulsora y directora ejecutiva de la empresa, se limita a revelar que, como en otros casos, el material utilizado «procede de un sector ajeno por completo al mundo de la moda» y que «puede teñirse, coserse y ser incorporado por la industria». Aunque se trata de un bebé recién nacido - en un sugerente azul índigo-, está convencida de que, «en un futuro próximo, no más de diez años, la ropa se imprimirá». «Esta técnica permite producir de manera mucho menos estandarizada y más creativa y, sobre todo, menos agresiva con el medio ambiente, porque se hará bajo demanda, lo que evitará los enormes 'stocks' que existen ahora -enfatiza-. Lo sostenible no es tendencia de cuatro».

Mientras cuatro impresoras semiprofesionales trabajan a sus espaldas, Azkarate extiende el acta de defunción de la industria textil tradicional «por ineficiente, además de altamente contaminante», y saluda una nueva era con posibilidades «infinitas». «Va a cambiar el modo en que fabricamos las cosas, las distribuimos, las vendemos y las consumimos», pronostica.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Nueva tela que cortar