Urgente Tormentas de lluvia y granizo descargan sobre Valencia: Previsión de Aemet para las próximas horas
Venta de buñuelos en un puesto callejero. :: a. v.

Por unos buñuelos sostenibles

Las distintas y asombrosas alergias me parecieron extrañas y hasta cierto punto inverosímiles. Porque no las padezco, claro

ANTONIO VERGARA

Sábado, 11 de marzo 2017, 21:40

Desde que comencé a fijarme en un apartado de la carta de algunos restaurantes donde una serie de letras señalaban qué alimento era alérgeno para las personas que padecen esta enfermedad, profundicé en la 'malaltia' leyendo un par de opúsculos científicos y preguntando a cocineros y camareros los casos de clientes alérgicos.

Publicidad

Después, en catas de vinos o mesas compartidas por aficionados al buen comer que me habían presentado diez minutos antes, me percaté de que hay 'penes' ('penis', en valenciano) y 'vulvas' (vecinas del monte de Venus, en Gestalgar) que deben renunciar a, verbigracia, la inexistente gamba de Dénia, como demostré en un artículo anterior titulado 'La gamba sinfónica' (14-1-2017), sustentado por la tesis doctoral de don Mariano García Rodriguez, del Departamento de Biología Animal I de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Complutense de Madrid. Fue otro de mis intentos para huir de los localismos e impartir dosis de cordura y racionalismo.

Las distintas y asombrosas alergias me parecieron extrañas y hasta cierto punto inverosímiles. Naturalmente, porque no las padezco. Alergia a las cigalas, los mariscos de concha -incluida nuestra adorada 'clotxina'-, los lácteos, los huevos, las lentejas y un largo etcétera en el que están la harina, los 'cacaus' y los 'tramussos'.

Aquí quería llegar. Estamos gozando ya de las entrañables fiestas josefinas, de las Fallas. Fechas que aprovecho para viajar a otra ciudad de España y visitar restaurantes al objeto de 'colgarlos', o no, en mi blog gastronómico. Comprenderán que luego de comer hay que escribir y el legítimo estrépito fallero es enemigo de la concentración neuronal e inclusive de un sueño reparador. Ya escribió el filósofo Edmund Burke que «hay un momento límite en el que la paciencia deja de ser una virtud».

Soy valenciano de nacimiento pero mi verdadera patria es el jazz, el cine, la gastronomía, Billy Wilder, las novelas de Raymond Chandler y 'Memorias de ultratumba', de Chateaubriand.

Me angustia que los típicos buñuelos falleros (una masa frita de harina, levadura, aceite, agua y sal) puedan cursar con vómitos o diarreas en un número mínimo de quienes ignoran su alergia a la harina. Hoy, gracias a los estudios de los especialistas en Alergias Falleras, se sabe que la harina puede desencadenar esta patología. En previsión de las alergias causadas por los 'bunyols' (Llorenç Millo: «El aire de Valencia se llena en Fallas del acre aroma de las fritangas»), los 'tramussos' y los 'cacaus', Joan Ribò acaba de nombrar a los integrantes de 'Valencia Ciutat Refugi' -la portada de la web del Ayuntamiento- a fin de constituir 'L'Observatori Sostenible, Solidari i amb Visibilitat dels Bunyols, Els Cacaus i Els Tramussos'.

Publicidad

A tal efecto, y con el asesoramiento de un médico especialista en alergias que trabaje en un hospital ultra público y vote a uno de los partidos del tripartito, se ha instaurado un censo de los ciudadanos / as no alérgicos a la harina. Se repartirá a todos los puestos callejeros de venta de 'bunyols'.

Los compradores no alérgicos deberán presentar su DNI con un sello estampillado de 'L'Observatori Sostenible, Solidari i amb Visibilitat dels Buyonls, El Cacauss i Els Tramussos', con la inscripción 'adient' (adecuado, apto). El titular de la freiduría autorizada estampará, a su vez, otro sello con el dibujo de la bandera 'estelada' y lo devolverá a la Casa Pairal del tripartito.

Publicidad

El último miembro / a de 'L'Observatori es, lógicamente, En Pere Fuset, presidente ejecutivo de la Junta Central Fallera /o y 'consechal' de Cultura Festiva.

Los valencianos y valencianas que deseen someterse gratuitamente al test antialérgico ya pueden ir al antiguo solar de Macosa, en la calle San Vicente. Horario: de 9,00 a 20,00 horas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad