A. C.
Sábado, 3 de junio 2017, 21:39
Dos días después del arranque de las visitas guiadas por el interior de Cueva Peluda, el 19 de junio, arrancará una nueva campaña de excavaciones de verano en todo el complejo Atapuerca. A partir de ese día, docenas de arqueólogos y estudiantes de esta materia se desplazarán a Ibeas de Juarros para dedicar un verano entero a 'peinar' el suelo con infinita paciencia en busca de respuestas a tantos interrogantes.
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«Esperamos lo inesperado», bromeaba hace unos días Juan Luis Arsuaga, paleoantropólogo y uno de los tres directores junto a Eudald Carbonell y José María Bermúdez de Castro. Desde que tomaron el mando en 1990, han logrado convertirlo en referencia mundial. Y una parte importante ha tenido que ver con la gestión de los hallazgos en un mundo como el científico en el que los egos y la competitividad no son diferentes a los de cualquier sector económico.
Por eso, ni Arsuaga ni ninguno de los integrantes de su equipo sueltan especiales prendas de la estrategia que van a desarrollar este año. «Vamos a excavar muchos yacimientos», responde Arsuaga cuando se le pide que destaque algún proyecto del que se esperan resultados esta temporada. «Hay tantos aspectos que tratar que -como director de las excavaciones- siempre se espera que ofrezcan sorpresas».
Un paso más atrás
En resumen, los equipos que se desplegarán en dos semanas como un ejército de forenses de la historia, cargados con sus buriles, palitas y escobillas, volverán a lugares como la Sima de los Huesos, donde Arsuaga confía en «dar con restos menos conocidos que los encontrados hasta ahora», o que arrojen información sobre aspectos de los que ahora hay aún muchas incógnitas.
También en la Gran Dolina se seguirán excavando en busca del nivel 6, para lograr localizar restos humanos de 800.000 años de antigüedad. Es decir, del 'homo antecessor', lo que retrasaría el reloj de la historia casi hasta el millón de años.
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Durante el paseo interior por la Cueva Peluda y a la pregunta de si estos espacios pudo respirarlos algún ser anterior, su compañero Carbonell despliega su temple, pero también su esperanza. «Llevo mucho años pensando que nos faltan los neandertales. La evidencia científica puede estar cerca».
Ese deseo podría materializarse en Cueva Fantasma, uno de los yacimientos mas jóvenes y que en esta campaña volverá a protagonizar los trabajos. En ella se localizaron los vestigios más interesantes de la temporada 2015. Porque lo que surja de estas semanas de escarbar en la tierra servirá para dar trabajo el resto del año, y al abrigo de los laboratorios, a los expertos del Complejo de la Evolución Humana.
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