¿Por qué 2024 es el mejor año en dos décadas para ver auroras boreales?

La aurora boreal es uno de los fenómenos más espectaculares que hay en el planeta. Este espectáculo etéreo producido por la actividad solar en el que unas láminas iridiscentes de luz verde, roja o en ocasiones incluso púrpura, danzan silenciosamente en el cielo, no deja de sorprender a propios y extraños cada vez que surgen en la atmósfera terrestre.

Y es que el hecho de que solo puedan apreciarse en determinados lugares del planeta, las hacen aún más misteriosas y cotizadas. Así, aunque pueden verse en latitudes más bajas, lo común es encontrarlas en las regiones polares y subpolares. Las auroras boreales aparecen en una región alrededor del polo magnético de la Tierra, llamada «óvalo auroral» o «zona auroral»

Tanto la aurora boreal como la austral se deben a la interacción de los gases de la atmósfera terrestre con el viento solar: una corriente de partículas cargadas eléctricamente, llamadas iones, que salen disparadas del sol en todas direcciones.

En el momento en el que el viento solar llega a la Tierra, choca contra un campo magnético, lo que provoca corrientes de partículas cargadas que fluyen hacia los polos. Algunos de estos iones quedan atrapados en una capa de la atmósfera llamada ionosfera, donde chocan con áotmos de gas y los «sacuden» con una energía extra, lo que provoca que esta energía se libere en forma de luz o fotones.

Con todo este contexto, se espera que en 2024 se vean auroras en regiones donde normalmente no se observan. Esto se debe a que el sol está alcanzando su pico o «máximo solar», un ciclo que dura aproximadamente once años en el que aumenta ligeramente su actividad. Este máximo además coincide con que en 2014 fue el pico más débil del último siglo.

Cabe recordar que por término medio, las auroras son más frecuentes en torno a los equinoccios de marzo y octubre.

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