Correr no es sólo correr

A veces me cuesta mucho explicarlo con palabras porque nada de lo que diga se compara con la sensación de correr por la Gran Vía de Madrid (siempre llena de coches, alboroto, ruido, gente con prisa), ver la puerta del Sol esperándote al final de la calle y la curva final por el Congreso de los Diputados... saludar a la diosa Cibeles, y terminar de exprimirte los últimos metros y darte cuenta que tu cabeza no llevaba razón y sí que puedes llegar un poco más. Es emocionante también ver a personas de diferentes países que son capaces de entender un mismo sentimiento; el pistoletazo de salida, el madrugón de tus familiares para verte escasos cuatro segundos entre una multitud de corredores, los ánimos de desconocidos que gritan tu nombre, chocan la mano, y recorren más kilómetros que si hubiesen participado en la carrera, para verte en varios puntos distintos o el speaker que se deja la voz cada minuto desde el primer corredor que llega hasta el último, sin dejar de empujar.

Este fin de semana Madrid ha vibrado más alto que nunca ( y no sólo por sus cuestas). Se conocía la dificultad de la prueba para valencianos acostumbrados al desnivel 0 que tenemos, pero se corría en equipo. Así que si viajar y correr es divertido por sí mismo, juntar ambas cosas para hacerlo en equipo es mucho mejor.

Era la primera vez que viajaba y corría acompañada de principio a fin con el grupo y puede que haya sido la carrera más bonita que recuerde (y mira que soy bien disfrutona con todas).

Desde primera hora admiré el amanecer y me sentía afortunada por lo que estaba pasando. Poder desayunar con mis amigos, compartir los nervios, el sueño y la incertidumbre, (más de un 'quién me mandaba a mi hacer esto' se escuchó mientras servíamos el café . Calentamos hasta la zona de carrera perdiéndonos varias veces hasta encontrar el guardarropa, sprintamos hasta el cajón de salida porque se nos hizo tarde y empieza la carrera...Correr al lado de mi entrenador también fue un lujo, ya que a parte de ser un atleta excepcional (campeón de Europa, entre otros), es quien nos hace sufrir cada semana con sus planes de entrenamiento, pero también es el que siempre esta disponible para todo el mundo, que apoya, y confía en ti cuando todo está en contra, que aguanta los días malos de TODOS los atletas a los que entrena… y son muchos.

También corría con Blanca y Estafanía que volvían de estar lesionadas (y ¡qué manera de volver!) , mujeres a las que admiro y que han sido referente desde que entré en el team; Vicky animaba siempre generosa, (y guapísima). Vicente de apoyo técnico y moral del míster, el rey de los stickers y las bromas. Jordi, Elena, Gema, Pablo, Miguel, Yolanda, Llin, Nacho,Esther, Jonathan, Jose, Reyes, Juanan, Pablito, Adolfo, Antonio, Lorena, hacían arder el asfalto y pelearon la camiseta de lo lindo...y así podría hablar de los 67 atletas que fuimos y disfrutamos de la c onvivencia, el deporte y el tardeo.

Particularmente disfruté esta experiencia porque, a aparte de que la organización, los madrileños y el clima acompañaron, desde hace un año que empiezo en REDOLAT team he sentido un cambio a todos los niveles, consiguiendo mi mejor versión como deportista, conociendo personas maravillosas que me han abierto los brazos, haciendo amigos y muchos de ellos ya son familia.

Ay, ¡qué bonito es correr!, ¿lo he dicho ya?

Recomiendo practicar deporte, sea la modalidad que sea, pero no seas como yo y te tires la mitad de tu vida entrenando sola. Cuando compartes la pasión, se multiplica.