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Andreu Blanes regresa a la casilla de salida. En 2019, hizo una apuesta decidida y algo suicida: quería ser olímpico en Tokio y, además, en una prueba como la de 3.000 obstáculos en la que España ya tenía overbooking de aspirantes. Decidió salir del monte y centrarse en la pista, lo intentó y perdió. «No lo he pasado mal porque lo di todo. Yo era consciente de la dificultad, no salió y ya está. Ahora tengo que plantearme nuevos retos», afirma el atleta de Cárnicas Serrano. El de Onil se ha quedado con ganas de pelear su sueño olímpico y avisa de que si nada se tuerce volverá a intentarlo de cara a París 2024: «Sé que, entre otros motivos, no lo logré porque hay cosas que no hice bien. Por ejemplo, me pasé entrenando».
En parte por ello, ha reseteado. Bueno, y porque está en ese proceso de descubrir si además de llamarse 'atleta de élite' está en disposición de ser catalogado como 'atleta profesional'. Que no es lo mismo. «Este año quiero descubrir si puedo vivir de esto. Los objetivos los tengo un poco abierto. Quizás, descubrir quién soy, responder a la pregunta: '¿puedes vivir de esto?'. Y luego hay Europeo, Mundial... en verano me gustaría competir en pista y ver si puedo firmar algún contrato con una marca...», enumera Andreu Blanes.
Está en el inicio del camino. De la temporada y del nuevo intento de ser olímpico. Este año se ha trasladado de Madrid a su Onil natal. En parte, por razones económicas. Como explicó en el extenso reportaje publicado este verano en la revista Corredor, cuando asumió el reto de intentar ir a Tokio sentó a su familia más cercana y les pidió ayuda económica. Ahora no quiere sangrarles demasiado. Mientras descubre si el atletismo le puede generar ingresos, Andreu Blanes ha regresado a su pueblo, aunque sigue trabajando en la distancia con el grupo de entrenamiento de Juan del Campo y Luismi Berlanas: «Ahora me pillas en casa, pero hago escapadas para ir a entrenar algún día a la Blume. Hasta el año pasado residía en un piso y estaba todo muy medido. Este año he decidido estar más libre».
También se ha decantado por explotar su faceta de 4x4. De atleta polivalente que rinde tanto en el tartán como en el asfalto y en el campo. Y ahí, emulando a su etapa en la orientación -fue subcampeón del mundo junior y dos veces séptimo absoluto quedando cerca del podio-, ha cosechado su primer éxito en esta nueva etapa de la casilla 1 post Tokio. La alegría se la ha llevado este 8 de octubre, cuando le han comunicado que el seleccionador Pepe Peiró lo ha incluido en la lista de España para la Copa de Naciones WRMA. Se trata de la primera internacionalidad como atleta para Andreu Blanes, a quien se le da más que bien la disciplina.
«Quizás porque venga de la orientación y estoy acostumbrado a competir fuera de los caminos», señala. El alicantino ya expresó sus credenciales al ser el más rápido en el Campeonato de España por selecciones autonómicas celebrado en Ibiza. «Quizás ahora quede el décimo y vuelta satisfecho o suba en el podio... y también. No voy con ninguna s expectativas, sólo con el convencimiento de que puedo hacerlo bien», comenta.
La cita es en Italia, en el Val Bregalia Trail de Chiavenna, el próximo 31 de octubre. Se trata de la primera competición post Covid-19 de la disciplina a nivel internacional. Justo antes de la pandemia, la selección española masculina se proclamó campeona del mundo y la femenina, subcampeona. Aunque sea debutante, por tanto, Andreu Blanes será vigilado por el resto de corredores en una prueba de 19 kilómetros y 650 metros de desnivel positivo. «Creo que por la distancia y por los rivales que vamos a tener, lo puedo hacer bien... pero claro, luego tiene que salirte todo en el día D», indica el atleta.
Vendrá de haber abordado el primer gran reto de la temporada, en el Medio Maratón Valencia Trinidad Alfonso EDP, que se habrá disputado una semana antes. «El objetivo es conseguir el récord autonómico, que el año pasado nos quedamos cerca», precisa. Lo tiene Paquito Rivera, con 1:03:14 y Andreu Blanes paró el crono en 2020 en 1:03:41. «Creo que puedo conseguirlo y estoy trabajando para ello. El año pasado fue la edición de élite y me quedé solo desde el kilómetro 2. Esta vez me siento capacitado para rebajar esa marca», explica.
Después vendrá su primera vez con la camiseta de España, en el campo, que fue su hábitat. Quiere explotar esa disciplina en el inicio de cada temporada. «Igual que otros atletas explotan el cross, me puede servir para trabajar la fuerza y el aeróbico. Y también para llegar preparado a algún cross y hacer un buen resultado», asegura como deportista polivalente que es. Tampoco descarta centrarse en el futuro en el trail, ni pasarse al asfalto: «Igual dentro de dos ciclos olímpicos estoy preparando un maratón para tratar de ir a los Juegos, o hago uno cuando ya esté de retirada».
De momento, se siente joven, y de hecho se esfuerza en subrayar que aún tiene 29 años: «¡Que todavía no he cumplido los 30!». Sopla velas cada 13 de octubre. Pero al final es una cuestión de mentalidad y de vitalidad. Y en ese sentido, Andreu Blanes tiene claro que quiere seguir apostando por el atletismo. Cuando se le pregunta si se arrepiente por no haber apostado antes por el sueño olímpico, vuelve a negar, como cuando se le cuestiona sobre un posible tiempo de duelo tras no conseguir el billete a Tokio: «Siempre digo que en la orientación disfruté y lo di todo. Estuve muy a gusto e igual era muy joven para centrarme en la pista y habría cometido más errores». Ahora quiere juntar todos los conocimientos adquiridos, en el campo, el asfalto o el tartán, almacenarlos en una misma mochila y echar a correr. Y a ser posible, no parar hasta llegar a París 2024.
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