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Benito Velasco junto a su hijo Joel. B. V.
BENITO VELASCO

Bienvenidos a Serendipia

BENITO VELASCO | PRESIDENTE DEL CLUB ATLETISMO AVAPACE CORRE ·

BENITO VELASCO

Valencia

Viernes, 13 de mayo 2022, 18:29

El deporte en general y más concretamente el atletismo popular, es uno de los motores de inclusión y socialización más potentes que existen. Esta inclusión y socialización viene impulsada desde hace décadas por el Comité Olímpico Internacional (COI), en concreto desde 1960 cuando Roma fue testigo de la celebración de los primeros juegos paralímpicos.

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Pero esta inclusión impulsada por el COI estaba relacionada con la diversidad funcional física, quedando fuera la participación de personas con diversidad intelectual, tanto en competiciones oficiales como en carreras populares refiriéndonos al atletismo.

La sociedad y sus agentes sociales hemos evolucionado mucho. Hemos pasado de hablar de integración a hablar de inclusión. Pero este camino ha sido costoso y ha habido que resistir a muchas adversidades. Si nos referimos al deporte y al atletismo popular en particular, esta inclusión en igualdad de condiciones no se ha producido hasta esta última década. Los organizadores, no entendían que una atleta con diversidad intelectual, en nuestro caso con parálisis cerebral, pudiera ser considerada como tal ya que iba sentada en una silla de running siendo llevada esta por un segundo atleta. No podían comprender que una persona con parálisis cerebral pudiera ser atleta participante y que el segundo atleta sólo ponía los instrumentos necesarios, sus piernas y brazos, para acompañarle en la prueba.

Ha sido muy difícil, a pesar de que era sencillo, hacerles ver a los organizadores que el atletismo popular tiene muchos beneficios además del físico; tiene un beneficio psicológico porque la persona con diversidad intelectual sale de su rutina diaria, ella y su familia, siente el aire en la cara, el sol; tiene un beneficio de socialización, porque se relaciona con el resto de atletas e interactúa con ellas; tiene un beneficio de visualización y, como no, se trata de un ejercicio de democratización de la sociedad, de igualdad de oportunidades.

Recuerdo momentos en los que se nos informaba que las sillas de running no estaban permitidas en el recorrido por el Reglamento de la prueba asimilando la silla de running a un vehículo con una mentalidad cerrada, con amenazas de pararnos antes de entrar en meta e incluso de descalificación de los y las atletas que acompañaban a los atletas con parálisis cerebral empujando sus sillas. Sí, así sucedía de vez en cuando. Sólo la perseverancia en nuestros valores, en nuestros principios y en el convencimiento de que el deporte debe estar al alcance de todas las personas nos hice perseverar y llegar a la situación actual de normalización.

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Nuestra asociación, AVAPACE (Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral) celebra este año su 50 aniversario. 50 años de lucha de unas familias que iniciaron con sus propias manos y sin recursos un camino de inconformismo para revertir la realizad de aquella época, 1972. Hemos ido creciendo hasta ser un referente nacional de trabajo para la mejora de la calidad de vida de las personas con parálisis cerebral y sus familias, para ofrecerles una atención individualizada y especializada, para aportarles las ayudas que les permitan tener en muchos casos una vida autónoma.

50 años de trabajo e implicación de muchas familias pioneras, en los que además, hemos tenido que hacer frente a políticas económicas injustas que en tiempos de crisis nos recortaron las ayudas, mermando nuestra capacidad de atención y servicio. Eran los años 2011 y 2012, y estaba a punto de nacer un proyecto cuyo primer y único objetivo en ese momento era recaudar fondos que ayudaran a nuestra asociación a paliar en la medida de lo posible el daño causado a nuestras familias por esos recortes económicos injustos. Escuchamos hablar de justicia social, entendida esta como la igualdad de oportunidades, más allá del concepto tradicional de justicia legal, de estado de bienestar, entendido como la intervención del estado redistribuyendo la riqueza de manera que mejore las condiciones socioeconómicas y de salud de la población. Estos principios no siempre han estado garantizados, cuando se producen recortes que afectan a los más vulnerables.

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Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual, o cuando se está buscando una cosa distinta.

Eso es Avapace Corre, una serendipia, porque nace en el año 2012 con la intención única de ayudar aunque sea un poquito económicamente, y tras correr el maratón de València y el de Castellón, fue tal la repercusión y el retorno que obtuvimos, que nos dimos cuenta que podíamos trabajar para que nuestra asociación que por entonces cumplía 40 años, fuera más conocida, se le abrieran las puertas de instituciones y empresas, nos dimos cuenta que podíamos crear un proyecto en el que las personas con parálisis cerebral participaran en pruebas de atletismo, visualizando, socializando y normalizando la parálisis cerebral. Vimos que la aceptación social de nuestro proyecto provocaba emoción, y que las familias de Avapace veían en él una forma maravillosa de relacionarse con toda la sociedad. Lo que comenzó en esos maratones de 2012 con 5 atletas y un alumno de Avapace en su silla de running se convirtió en enero de 2013 en el Club Atletismo Avapace Corre, contando con 10 sillas de running y siendo reconocidos en toda la geografía española.

El éxito de Avapace Corre es el éxito de todas aquellas personas que en un momento de su vida lucharon y aportaron su granito de arena para que la Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral sea hoy en día un referente nacional de atención y de gestión. Personas que en muchos casos, no tenían ni tienen relación alguna con la parálisis cerebral, y que hoy en día y casi 10 años después, siguen a nuestro lado.

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Avapace Corre representa a todas aquellas personas y entidades que trabajan, día a día por la diversidad, porque los valores de igualdad, de inclusión y de justicia social sean efectivos, y para que quién intente limitarlos sepa que enfrente tendrá nuestra respuesta, vuestra respuesta.

Avapace en el corazón, la fuerza en nuestras piernas.

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