Este no es un domingo cualquiera para Valencia como capital mundial del running. Este 19 de enero pasa a la historia por ser el ... pistoletazo de salida del Circuit de Carreres Caixa Popular Ciutat de València. En este 2025 se cumplen dos décadas de la maravillosa locura de Vicent García y Joxe Fernández de otorgar un orden y una clasificación general a las pruebas que entonces se celebraban por los barrios de la ciudad. Este certamen sigue siendo hoy único en España y goza de plena salud, como demostrarán a partir de las 9 de la mañana los miles de runners que se darán cita en la avenida Tres Cruces.
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Desde ahí parte una de las citas veteranas e imprescindibles del Circuito de Valencia: la Carrera Galápagos. Es la primera de las ocho paradas que tendrán lugar durante el año. «Veo este evento ideal. Perfecto para la gente que comienza y para las personas que empiezan a hacerse mayores, para seguir en este mundillo. Muy familiar porque se puede correr en compañía, y en mi época en que preparaba maratones me servía para entrenar velocidad», argumenta Paco Claros.
Si hubiera que buscar a una persona que ejerciese de imagen del Circuito de Carreras de Valencia, no habría nadie mejor que este corredor que en 2025 cumple 60 años. Ya no porque vaya a iniciar otra década de su vida, tampoco porque sea el runner del millón de metros. ¡Qué digo! Debe llevar muchos más, pues alcanzó y superó esa cifra en la VII Carrera José Antonio Redolat, celebrada el 15 de mayo de 2022.
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Paco Claros es la única persona que ha participado en todas y cada una de las citas de las 19 ediciones completas del Circuito de Carreras, desde que arrancó el 10 de abril de 2005 con la X Volta a Peu de Orriols. «He visto con el paso de los años que se trata de un evento muy bien organizado, con carreras para los niños y ahora también para los andarines. Y cuando creció la participación se ha buscado que las carreras pasaran por las grandes avenidas de la ciudad», señala.
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Pero eso no ha sido siempre así. Hablar con Paco Claros es recordar los cimientos del movimiento Valencia Ciudad del Running. Años en los que correr ya no era de cobardes, pero tampoco una práctica multitudinaria. «Íbamos con esos dorsales de plástico en los que te ponían el número con rotulador. Llevaban un código de barras y, para hacer la clasificación, tenías que esperar a que te pasaran una pistola de infrarrojos», recuerda: «A los primeros los registraban enseguida, pero en algunos momentos se formaba cola. Luego mirabas el reloj y decías; '¡Pero si yo he hecho un minuto menos!'».
Paco Claros incluso recuerda de una ocasión en la que este sistema se averió y tuvieron que ir los organizadores apuntando a mano qué corredores alcanzaban la meta. En cualquier caso, una vez terminada la segunda edición del Circuito, sólo seis participantes habían completado todas las pruebas, tres hombres y otras tantas mujeres, en un tiempo en el que la presencia femenina era muy inferior a la actual.
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Los seis que hicieron pleno
Estas seis personas eran Vicent García, Isabel Jiménez, José Vicente Mayordomo, Rosa María Martínez, Paco Claros... y Teresa Moya, su mujer. A día de hoy, ambos siguen siendo inseparables en las carreras. «Aunque había mucha menos gente entonces que en la actualidad, yo ya no tenía ninguna opción de subir al podio, pero ella sí. Así que yo afrontaba estas carreras para tirar de ella, como su liebre», recuerda el veterano corredor.
Llegó un momento en el que el resto de runners fueron fallando a alguna cita, incluso Teresa. «No sé por qué exactamente, pero hubo algún tiempo en el que ella dejó de competir, y yo sí que seguía acudiendo a las carreras», señala Paco Claros: «Nos quedamos José Vicente Mayordomo y yo, y llegó el momento en el que él también se perdió una. A partir de ese momento, a mí me ha motivado seguir acumulando metas, retrasar el máximo de tiempo posible el momento en el que yo también falle».
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Paco Claros no es de los que lo coleccionen todo. No conserva los dorsales, ni todas las fotos, ni siquiera algunas de las camisetas. Si recuerda con mucho cariño y satisfacción el homenaje que le rindió la Fundación Deportiva Municipal en la gala del Circuito, después de que se cumpliera la carrera 100. «Fue en 2013, y coincidió con la que cerraba la IX edición del certamen. La organizaba el club Es Posible e hicieron que la meta estuviera sobre el césped de Mestalla», comenta. Semanas después, a Paco Claros le entregaron una placa.
Con el paso del tiempo, este valenciano residente en Almàssera ha seguido acumulando kilómetros, en el Circuito de Carreras y en otras pruebas. «Siempre estás expuesto a alguna gripe o una lesión. Por fortuna yo he podido seguir organizándome para estar presente en cada una de las citas», señala. Lo sabe bien, porque hace algunos años tuvo que ser intervenido de una hernia inguinal: «Pregunté al cirujano si me podían retrasar la intervención, pero era imposible. Al final llevaba unos días, había evolucionado bien y me permitió ir caminando. Eran cinco kilómetros y me veía capaz de hacerla en la hora y pico que se establece de límite. El doctor le dijo a Teresa: '¡Pero que no corra!'».
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Otro problema de salud puso a prueba a Paco Claros en la pasada edición. De nuevo volvió a optar por hacer dos carreras caminando. Acompañado de su inseparable Teresa. Y ellos, junto a miles de valencianos que desde hace ya camino de dos décadas recorren los barrios de la ciudad a zancadas. Formando un gran pelotón. Porque como dice Joxe, el speaker, uno de los ideólogos de esta fabulosa locura, «en Valencia nunca correréis solos».
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