Correr con una fractura en el pie

Es raro que un corredor debute en un Medio Maratón tras haber cruzado la línea de meta de un Maratón, pues un servidor es uno de esos bichos raros que no sólo disfruta machacándose en el asfalto, sino que después de debutar en la distancia de los 42 kilómetros en Castellón en febrero –donde quedé primero de categoría– ayer me estrenaba en la de 21 en Valencia. A ello se suma un pequeño secreto: mi microfisura en el quinto metatarsiano del pie izquierdo. Y es por ello que efectivamente padezco la enfermedad de cualquier atleta: querer competir pese a estar lesionado y haber estado parado más de un mes. Y ojo, no es una excusa, es una realidad porque incluso así he bajado en más de un minuto mi mejor marca en esa distancia.

Distribuido en la salida número tres, me tocó esperar diez minutos desde que arrancase la carrera. Y pese a que esos instantes se hicieron amenos, solo tengo una pequeña pega en toda la carrera, el cajón de salida. No puede ser que en un mismo color de dorsal, el mío era el naranja, haya corredores que vayan a menos de cuatro minutos el kilómetro y otros a cuatro minutos treinta y cinco segundos. Es mucha diferencia. De hecho, eso podría haber producido el típico tapón en la salida que se crea en cualquier carrera. Extrañamente no pasó.

Los kilómetros se iban acumulando y poco a poco el agotamiento iba mermando en un pie con dolor. No obstante, y gracias a la gran cantidad de personas que se acercaron a animar, uno se olvidaba de cualquier mínima tentación de tirar la toalla y pararse. De todas ellas, recuerdo perfectamente la imagen de una madre y su hija a las que vi en tres ocasiones. Mientras que una izaba la Senyera, la otra llevaba consigo una pancarta de 'Lim Go Home'. En efecto, el máximo accionista del Valencia, comiendo mientras que se disputaba la 21K, no se iba a librar de una afición que donde puede manifestarse lo hace. Obviamente si recuerdo a ellas, que estarían esperando a alguien pasar, ¿cómo no iba a olvidarme de mis padres que hicieron un gran esfuerzo levantándose a las siete de la mañana un domingo para ir a ver a su hijo correr? Me había olvidado de decirles que me cogieran un agua y a escasos cinco minutos de empezar los llamé y allí que fueron a comprarla para que no me deshidratase en carrera. Eso fue en el kilómetro 12 y ahí empezó mi particular Rock & Roll con la carrera, donde empecé a acelerar cada vez más.

En poco más de 1.27 horas llegué a la avenida Tarongers donde estaba la lona azul y crucé la meta. La alegría por el tiempo era evidente en mí, pero como cualquier otro loco, este Medio Maratón de Valencia era meramente un entrenamiento. Pero ¡qué carrera! No mentiría si os dijera que efectivamente es la mejor carrera que he corrido hasta el momento y mira que llevo unas cuantas en las piernas.Si el avión de la Media Maratón despegó a las 8.35 horas de ayer, el siguiente lo hará el tres de diciembre. Maratón Valencia, nos vemos en poco más de un mes en la gran fiesta del running.

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