Cuidado con el ritmo: un fallo puede arruinar tu medio maratón

Si todavía no lo has hecho, busca una tabla en la que venga el tiempo de paso por cada kilómetro según el ritmo o el tiempo para el que hayas entrenado. Una vez lo tengas, puedes memorizarlo o, como hace mucha gente, por si los nervios les juegan una mala pasada, anótatelo en la mano a modo de «chuleta». Es fundamental que cumplas esto, ¿por qué? pues porque es fácil que la emoción del momento o esa recta de 1,2 kilómetros que te espera mañana de inviten a acelerar y esto provocará que te quedes sin fuerza al final.

Ese momento crítico podrá llegarte en el 15. Ese es el kilómetro que puede considerarse el 'muro' del medio maratón al igual que en el maratón es ese 32. Si llegas con energía a esa distancia, si has hecho una buena gestión de carrera, te quedarán seis kilómetros muy bonitos en los que además de disfrutar, puedes mejorar tu velocidad.

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¿Y si me he acelerado? Pues no hay ningún problema, levantas el pie. El control del tiempo lo tienes tú, así que si en algún momento, por el empuje del público o alguna otra cuestión vas más rápido de lo que has trabajado al principio, aunque te encuentres bien lo mejor es que te dosifiques. Cuanto antes te estabilices y llegues a esa velocidad en la que has trabajado, mejor te sentirás al final y más podrás apretar en esos últimos kilómetros cuando es el público el que te empuja hasta la línea de meta.

Recuerda que la orografía de Valencia es perfecta. Apenas hay desnivel entre el punto más alto que son 17 metros sobre el mar y el más bajo, con 3,2. Piensa que cuando cruces emocionado o emocionada la línea de meta en la avenida de Tarongers frente a la facultad de Derecho, habrás completado los mismos 21.095 metros que cuenta con la etiqueta oro de la World Athletics y que ha sido nombrado como el mejor medio maratón de España por la RFEF entre otros galardones.

¿Y después de la carrera? Te espera lo mejor, la organización grabará tu medalla de finisher.