Con el espíritu de los 'cuatro fantásticos', Manolo Sánchez y Paco Rubio tomarán la salida del próximo maratón de Valencia. Son los únicos corredores que han participado en todas las ediciones de la emblemática prueba. Pero esta, la 42ª, resultará diferente. El histórico cuarteto ... de atletas se ha reducido dolorosamente. Si Manuel Gutiérrez decidió retirarse en 2018, el pasado mes de septiembre se produjo el duro golpe del fallecimiento de Domingo Mengual a los 76 años. Este último ha dejado un profundo vacío. Eso sí, pese a su ausencia, estará muy presente. Los dos veteranos compañeros que se atarán las zapatillas en el puente de Monteolivete el domingo, le rendirán homenaje con cada latido. Con cada zancada. La magia continúa.
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Faltan escasos días para la celebración del Maratón Valencia Trinidad Alfonso. Se citan junto al lago de la Ciudad de las Artes y la Ciencias Manolo Sánchez, de 64 años, y Paco Rubio, de 61. El escenario, el mismo que envuelve la meta de la carrera, despierta en ambos un cosquilleo en el estómago. Ese que llevan sintiendo cada año desde 1981.
Sin embargo, las circunstancias van cambiando. Mientras el evento crece exponencialmente, ellos barruntan que se va acercando el momento de colgar las zapatillas. Además, la pérdida de Domingo ha supuesto un varapalo. Manolo, sin poder contener la emoción al recordarle, encara la prueba con incertidumbre.
«Domingo nos ha dejado un poco huérfanos. Era como el hermano mayor. Era el mayor de los cuatro y una persona muy agradable. Estar con él era una maravilla. Nos juntábamos mucho a almorzar en su barrio, el Cabanyal. Era una persona muy conocida. Se le echa de menos», comenta Manolo. Implicadísimo en la Semana Santa Marinera, ejercía como hermano mayor de la hermandad del Santo Silencio y la Vera Cruz. «Un año nos hizo desfilar. Fuimos los cuatro con las mujeres», rememora sonriente.
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«Correré el maratón en homenaje a Domingo. Este maratón se lo quiero dedicar a él», afirma con vehemencia Paco, quien le recuerda con sumo cariño: «Es una pena porque le queríamos mucho y él a nosotros también. Me ha dejado un poco fuera de juego porque era una persona muy alegre». Y anuncia que el hijo pequeño de Domingo correrá la prueba con el dorsal que estaba reservado para su padre.
«Domingo acabó el maratón del año pasado en cinco horas y media. Al terminar, dijo que se despedía del maratón, aunque yo le vi bien. Y me comentaron que, aun así, sus hijos le sacaron el dorsal para que corriera este año», añade Manolo. Un número que iluminará las calles de Valencia el domingo.
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Manolo no se siente en plenas condiciones, aunque tomará la salida. «En el plano deportivo y personal este año lo tengo mal, porque he pasado un año con algunos problemas de salud que me han impedido llevar una seguida de entrenamientos. He entrenado muy poco. Voy a participar, pero acabarla lo tengo difícil», avisa sin renunciar a nada: «He conocido muchos milagros a lo largo de 41 maratones. Ha habido años que ha sido un auténtico milagro acabarla pero este año el milagro ya sería fuera de lo normal».
Paco, en cambio, llega con unas sensaciones muy positivas: «Estoy contento porque me pilla en un estado de forma para acabar el maratón, que es mi objetivo. Me encuentro físicamente bien porque he entrenado». ¿Hasta cuándo? «Mi objetivo es estar corriendo hasta que mis piernas y mi corazón me lo permitan. A lo mejor este año termino y es la última porque, si me quedo solo, no tienes el aliciente. O a lo mejor continúo y corro la del año que viene y ya no corro ninguna más. Tampoco me queda mucho tiempo. El ser humano tenemos un límite. Y nuestras fuerzas van disminuyendo con los años», agrega.
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Se alzan como los mejores testigos de la evolución de la prueba. «El maratón de Valencia ha sido muy importante en mi vida. Recuerdo que corrí la primera edición en unas circunstancias un poco difíciles porque me había quedado sin trabajo. Empecé a correr justamente por eso. Echaba de menos la rutina de levantarme y hacer algo. Empecé a salir a correr y vi el cartel que anunciaba el maratón de Valencia y me apunté sabiendo que era una aventura. Y aquella aventura me marcó. Le debo mucho al maratón de Valencia», afirma Manolo, quien explica el origen de los 'cuatro fantásticos'. De la resistencia.
«En la edición 20 éramos cinco. Bonet se retiró en la 21 y a partir de ahí nos quedamos los cuatro. Corríamos cada uno a nuestro aire hasta que en la 30, en 2010, Toni Lastra nos quiso hacer un homenaje y nos hizo correr a los cuatro juntos. Tengo un gran recuerdo. En la 30 es cuando más nos conocimos y, a partir de ahí, lo que empezó siendo compañerismo acabó siendo una amistad«, apunta. Aquella cita, la 30ª, dejó huella. Sobre todo en Paco a raíz de una lesión de rodilla: »Ese maratón lo terminé gracias a ellos porque los tres me fueron acompañando y arropando durante todo el recorrido. Para mí, lo más bonito fue que ellos estuvieran conmigo en ese momento. Si no, a lo mejor ahí habría sido mi declive y mi último maratón. Me enseñó mucho lo que es la amistad«. Se forjó una unión indestructible. A Manolo se le entrecorta la voz: »Vamos a salir y a Domingo lo vamos a llevar en la cabeza y en el corazón«. La leyenda de los 'cuatro fantásticos'.
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