Espera el pulmón verde de La Calderona. Un tesoro fértil de la Comunitat, punto neurálgico de corredores y ciclistas valencianos. Alberto Contador hizo (aún) más famoso al Puerto de l'Oronet, pero para cuando el ciclista madrileño reventaba los tiempos de subida al pico, miles de aficionados habían encarado ya esas cuestas que guardan historias de esfuerzo, compañerismo y almuerzos cuyo postre sólo puede ser un buen cremaet.
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Desde hace algo más de un año, la 'tranquilidad' de La Calderona se quebró debido a la pandemia. Las restricciones de movilidad y el temor a los contagios en zonas más concurridas provocaron que los valencianos se echaran al monte. Así ha sido como los parajes naturales de la Comunitat han experimentado un 'boom' de deportistas y familias en busca desesperada del aire puro, de la huida de los rigores del Covid.
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Para los 'runners' que prefieren la montaña o al menos alternan el asfalto con las salidas por el monte, La Calderona es imprescindible. Y dentro de ella, por empezar a meterle mano en algún sitio, la ruta de Font de Deula es de las clásicas dentro de los locos del 'Strava'.
A la carrera
Moisés Rodríguez Plaza
LOURDES MARTÍ | TONI CALERO
AURELIO DUQUE | MOISÉS RODRÍGUEZ
PAULA MORENO
Senderismo, trekking o trail running. En esta ruta de Font de Deula caben todas las opciones. Se trata de un recorrido de dificultad baja-media, con una distancia de 9 kilómetros aproximadamente y un desnivel positivo de 500 metros. La ruta (indicada) es circular y empieza y acaba en el mismo lugar.
Mounir Assad, Pili Sierra y su hijo Héctor conforman una de las familias que han hecho -y repetido- la ruta de Font de Deula. La recomendación es aparcar en el polideportivo de Serra (si llegas a La Calderona en coche), calzarte las zapatillas y arrancar. Al poco de salir hay un muro con un paso elevado y se sigue la senda durante un kilómetro, aproximadamente, que discurre por medio de un barranco.
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Una vez se han cumplido los primeros 1.000 metros se encuentran las primeras indicaciones: Rebalsadors y Ermitans. En dirección Rebalsadors atraviesa una senda entre pinos y sin demasiada dificultad técnica. «A los 10-15 minutos, encontramos una pista forestal. Al salir hay un giro a la izquierda y 100 metros después, la indicación 'Mirador de Rebalsadors'», apunta Mounir Assad. En ese punto de la ruta aparece la senda y la subida se endurece considerablemente.
¿Y las vistas? Pues a mitad de recorrido se puede divisar todo el monasterio de la Cartuja de Portaceli. Se crean no pocos grupos de visitantes haciendo fotografías y «ya en Mirador de Rebalsadors, te puedes tomar un pequeño descanso para disfrutar de las vistas de las costas valencianas. En un día claro se puede ver la Albufera, Cullera...», recuerda Mounir, que ve este momento como el perfecto para hacer el avituallamiento.
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Al salir del Mirador de Rebalsadors, se abre una senda en dirección opuesta a la que se cogió anteriormente en la que, entre la pinada, lleva al punto geodésico, el más alto de la ruta de Font de Deula.
El punto «más técnico» de la ruta se encuentra en el inicio del descenso. Se trata de un terreno seco con tierra suelta, aunque hay rocas para fijar los pies para evitar los temidos resbalones. Las diferentes superficies obligan a ser previsor con el tipo de calzado y es recomendable, huelga decirlo, llevar bebidas hidratantes geles o alimentos para completar el recorrido de la Font de Deula.
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«Justo en el momento en el que se suaviza levemente la bajada, se llega a un cruce y hay que tomar la senda de la derecha, que no está marcada pero es fácil de ver», recuerda Mounir. Ese camino lleva al pico de Ermitans, desde donde se puede divisar el castillo de Llíria, por ejemplo. Queda entonces lo más apetecible de la ruta: unos dos kilómetros entre cómodas sendas hasta llegar a la pista forestal que duvuelve a los 'runners' a la Font de Deula.
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