Una historia de superación y esperanza en la huerta de Valencia

El club tiene como filosofía que el running sea una actividad accesible para todos. Por ello, sus 35 socios organizan actividades para todos los públicos y niveles. «Hay corredores de distancias largas que buscan preparar grandes retos y buenas marcas, corredores de distancias cortas e incluso gente cuyo objetivo es disfrutar del ambiente y la armonía que se crea alrededor del deporte» afirma un miembro del club.

Los Runners de l'Horta Castellar-Oliveral son más que un club de corredores. Son una familia con muchos recuerdos y vivencias. Los socios se apoyan mutuamente, se motivan y se divierten juntos. El club ha vivido momentos muy emocionantes a lo largo de su historia. El estreno de las primeras camisetas, la creación de los nuevos logos del club, las cenas de Navidad, los entrenamientos en la pista de atletismo… son algunos de los muchos momentos únicos que han compartido los miembros.

José, recuerda con mucha emoción la alegría desbordante de los corredores cuando ganaron una copa en el campeonato por equipos, la felicidad contagiosa de los atletas pasando por dentro de los barracones de fiestas cuando los jóvenes aún estaban sin acostarse animando la carrera, y el día que su club colaboró en la organización de la Volta a Peu de les Falles creando un ambiente mágico en la Calle de la Paz.

Este club ha tenido que superar muchos retos a lo largo de su historia. El primer gran desafío fue empezar y tener un evento deportivo de primer nivel que permitiera motivar a iniciarse o continuar la práctica del running entre los vecinos de la pedanía de Castellar-Oliveral. Sin embargo, hace apenas dos años se tuvieron que enfrentar a otro gran rival: el COVID-19.

Los años anteriores a la pandemia, los Runners de l'Horta Castellar-Oliveral estaban viviendo su etapa más importante. El club contaba con cerca de un centenar de miembros, una escuela de atletismo con más de 40 atletas, competían en los juegos deportivos municipales, organizaban una 10k con más de un millar de corredores, realizaban carreras infantiles con más de 200 niños y participaban en circuitos solidarios y populares.

Sin embargo, como para muchos, la pandemia supuso un duro golpe para la entidad. Las restricciones sanitarias obligaron a suspender muchas de las actividades que organizaba el club, lo que provocó una disminución de la participación.

El club hizo todo lo posible para adaptarse a la situación, y lo consiguió. A pesar de las dificultades, el club logró mantener su actividad y evitar la desaparición, demostrando así su capacidad de adaptación y superación.

Ahora el club afronta un nuevo reto: recuperar la participación y motivar a más vecinos de la zona a que se unan a esta actividad.

Los Runners de l'Horta Castellar-Oliveral son un ejemplo de pasión, superación y compromiso. Son un club que hace que el running sea un placer para todos.