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Yacimientos arqueológicos, carrascas e impresionantes vistas al barranco de la Batalla y Alcoi esperan por delante en una ruta de algo más de 10 kilómetros y de dificultad media. En realidad, ampliamos un poco más el recorrido de la vía verde desde El Puig y el área recreativa El Estepar que cuenta con unos cuatro kilómetros.
Arrancaremos en la zona de descanso que se encuentra junto a la urbanización de El Estepar donde dejamos el vehículo. En este área recreativa se encuentra el primero de los 14 túneles que forman parte de esta vía verde. Continuamos recto durante cerca de dos kilómetros, encontraremos una pista forestal a nuestra izquierda. Descubrimos el Mas de la Sarga de Baix y la pedanía con el mismo nombre perteneciente a Xixona.
Seguimos y en el término municipal de Alcoi podemos disfrutar de las cuevas ubicadas junto al Mas de la Cova. Si queremos disfrutar de las pinturas rupestres que se encuentran aquí debemos concertar una visita con el Museo de Arqueología de la localidad alicantina. Tomamos el camino de la izquierda para tomar una senda zigzagueante y en descenso. El Mas dels Ginerets espera al final de la pista.
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Pondremos nuestras piernas a prueba con la subida hasta el Puig de les Florències y su poblado íbero. Los distintos carteles ubicados en este lugar desvelan alguno de los secretos del asentamiento histórico que hubo. Tras esta espectacular clase de historia regresamos sobre nuestros propios pasos.
El yacimiento arqueológico de El Puig de Alcoi se localiza entre las partidas de El Regadiu y La Canal, en terrenos próximos a la urbanización de El Estepar, por donde habitualmente se accede a esta elevación de 888 m de altitud desde la que se obtienen unas magníficas vistas.
Para saber más sobre el yacimiento, aquí os dejamos información publicada en la página web oficial de turismo de Alcoi: «El Puig de Alcoy es un buen ejemplo de poblado fortificado en altura de época ibérica, entre los siglos VII y IV aC. Al amparo de una abrupta topografía se construyó un pueblo que ocupaba la práctica totalidad de la colina y que estuvo protegido por un excepcional torreón.
El poblado tenía una extensión próxima a 1,5 ha donde vivirían unas trescientas personas. Tuvo un aspecto compacto y un trazado urbanístico regular con grupos de casas cruzados por calles rectilíneas. Los rellanos naturales estaban ocupados por bloques de viviendas formando pequeños barrios y entre ellos se encontrarían espacios abiertos, donde se desarrollaban trabajos cotidianos, como el procesamiento de los frutos del campo, o el trabajo de la lana.
El yacimiento arqueológico de El Puig, conocido desde la década de 1910, ha sido objeto de excavaciones a lo largo de más de cien años. Junto con La Serreta (Alcoi, Cocentaina, Penáguila), es un referente que ha contribuido valiosamente al conocimiento de la cultura ibérica en las tierras valencianas«. Además este lugar es patrimonio inmaterial de la humanidad.
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Melchor Sáiz-Pardo y Álex Sánchez
Patricia Cabezuelo | Valencia
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