A Kipchoge se le acaban las excusas

Cuando se pregunta por Kipchoge a la organización del maratón de Valencia, se iluminan los ojos. Es un anhelo. Aunque nunca ha habido una negociación formal para tratar de llevarlo a la capital del Turia, sí se han producido diversas conversaciones durante los últimos años. Y se repetirán de cara a la próxima edición. Aunque los responsables de la prueba asumen la dificultad de convencer al keniano, confían en sus posibilidades. Hasta ahora, las prioridades deportivas del atleta y la barrera presupuestaria han impedido lanzarse a por él. Sin embargo, la nueva coyuntura puede resultar más favorable.

La inversión económica que implica captar a Kipchoge es altísima. A partir de ahora, la organización del maratón de Valencia pondrá en marcha diferentes reuniones para ir definiendo los objetivos deportivos y los parámetros financieros de cara a 2023. Aspirar a la participación del doble campeón olímpico obligaría a realizar un esfuerzo añadido.

"El año que viene, una de las cosas muy buenas es que vamos a conseguir es que los ingresos que genere el maratón sean superiores a los gastos. Y eso para nosotros es uno de los grandes retos, que la prueba por sí sola sea sostenible. Eso no significa que la Fundación Trinidad Alfonso se vaya a ir. En absoluto. Va a esta aquí de por vida, hasta que Paco Borao –director de la carrera– nos deje estar. Nosotros estando con ellos estamos muy felices", anunció el domingo Juan Roig, presidente de la entidad.

Kipchoge, de 38 años, tiene el propósito de conquistar los seis 'majors'. Ya ha ganado los maratones de Chicago, Londres, Berlín y Tokio. Su próxima meta es hacerlo en Boston el 17 de abril de 2023. Si lo consigue, sólo le faltará coronarse en Nueva York, donde nunca ha corrido.

Al mismo tiempo, Kipchoge tiene el reto de bajar de las dos horas en el maratón. Una lucha contra el reloj. Firmó el actual récord del mundo, de 2:01:09, el pasado 25 de septiembre. Teniendo en cuenta las marcas cosechadas en la capital del Turia durante los últimos años, el keniano puede tener cada vez más claro que, si existe una ciudad idónea para batir su propia marca, esa es Valencia.

En esas conversaciones, resulta clave la figura de Marc Roig, seleccionador de la élite internacional del maratón de Valencia y fisioterapeuta de Kipchoge.

"Traer a Kipchoge a Valencia no es imposible. Él va carrera a carrera y no cierra ninguna maratón antes de terminar la que está preparando. En 2023 ya ha anuncia que correrá en Boston. Cuando pase esa fecha, Nueva York y Valencia pelearemos por intentar traerlo a nuestras respectivas pruebas. Es muy difícil conseguirlo, pero nosotros tenemos una prueba de mucha calidad y el presupuesto necesario. Si todo encaja en sus planes... podría pasar. Yo desde luego voy a intentarlo. Le he preguntado alguna vez directamente a Eliud y me dice que antes de retirarse vendría; ojalá sea verdad lo que me dice, ya sea en 2023 o 2024", ha afirmado Marc Roig en unas declaraciones recogidas por As.

Durante los próximos meses, en función de los resultados obtenidos por los atletas, Marc Roig irá perfilando sus apuestas de cara a 2023. Precisamente, Kipchoge comparte equipo con Letesenbet Gidey: el conjunto neerlandés NN Running Team. La etíope trató de batir el récord mundial femenino el pasado domingo en Valencia. No lo logró, pero sí protagonizó el mejor debut en la distancia.

La última edición del maratón de Valencia fue un rotundo éxito. Merced a las victorias de Kelvin Kiptum y Amane Beriso, la capital del Turia ya es la segunda ciudad más rápida del mundo sólo por detrás de Berlín en hombres y de Chicago en mujeres.

Además, Valencia fue el escenario de siete récords nacionales, entre ellos el de la española Marta Galimany. Hicieron lo propio la etíope Amane Beriso, la marroquí Majida Maayouf, la australiana Sinead Diver, la croata Bojana Bjeljac, el tanzano Gabriel Gay y el zimbabuense Isaac Mpofu.