Un Maratón de Valencia con 30.000 síntomas de buena salud

Este es un síntoma de buena salud de una carrera que ha tenido el pistoletazo de sus días grandes de su edición 42 en l'Hemisfèric, con el acto protocolario de su presentación. Este viernes, la Ciudad de las Artes y las Ciencias será ya el epicentro mundial del running con la apertura de la feria del corredor. Ahora el trabajo ya está hecho y sólo queda dejar pasar las horas hasta que amanezca el domingo. Entonces se pondrán en escena los 30.000 corredores volando por la ciudad, liderados por Letesenbet Gidey. «Hay un cariño mutuo entre ella y esta ciudad», aseguraba Paco Borao, director de la SD Correcaminos y entusiasmado por la evolución, parece ser que sin límites, de este Maratón de Valencia.

«Bendita locura la que estamos viviendo en Valencia. En Correcaminos siempre le hemos puesto amor y pasión a las cosas. Y debemos agradecer al Ayuntamiento que se ha volcado para ayudarnos a ver este crecimiento. Pero no habría sido tampoco posible sin Juan Roig y su Fundación Trinidad Alfonso, que ha contribuido mucho más allá de lo económico. Nos ha ayudado a combinar la pasión y el amor de Correcaminos por la seriedad y profesionalización de nuestro equipo. Y a entender que nuestro futuro pasaba por tener un evento fuerte económica y deportivamente. Es una alianza bien engrasada», afirma Paco Borao.

El Maratón Valencia cuenta con un presupuesto de seis millones de euros, de los que el 45% se cubren con las inscripciones de los corredores, el 23% lo aporta la Fundación Trinidad Alfonso, colaborador principal de la prueba, el 21% los patrocinadores y colaboradores y el 11% se corresponde con otros ingresos e instituciones. Por costes, el 43% se utiliza para sufragar la infraestructura y los servicios al corredor, el 37% a la élite y un 20% para el personal. Estos datos demuestran que aquel brote que nació en los 80 se ha convertido en un mastodonte perfectamente autosuficiente mientras siga ganándose la aceptación de los corredores. Y eso sin duda lo tiene a 2022, con 30.000 participantes y gente esperando al 5 de diciembre, cuando se sabrá el momento de apertura de inscripciones para la edición del 3, también de diciembre, pero de 2023.

«La Fundación llegó al Maratón, y también al Medio, para ayudar a construir un evento sólido y que fuera importante para la ciudad y el entorno como lo es ahora. Y seguimos ilusionados con el futuro de las pruebas. Seguiremos apoyando a un evento que para la Fundación es esencial. No se entiende la Fundación Trinidad Alfonso sin el Maratón Valencia, al que incluso damos el nombre de nuestra fundación», señaló Juan Miguel Gómez, director de la Fundación Trinidad Alfonso: «Viendo la distribución de los ingresos, se ve lo que nosotros nos referimos cuando hablamos de sostenibilidad económica. Sostenibilidad es solidez económica. No hay más que comparar la distribución de ingresos de esta edición con los de 2021, para ver que la propia prueba eleva su nivel en todos los ámbitos y, a la vez, genera más ingresos, independientemente de la Fundación».

En números, se ha pasado de un presupuesto en el Maratón en torno cuatro millones y medio de euros en 2021 a los 6 millones de este 2022. Sin embargo, la aportación de la Fundación se ha visto reducida de 2 millones la edición pasada a los 1,4 millones de euros presupuestados en 2022. En porcentaje, la aportación ha pasado del 45% al 23%. Y la carrera sigue creciendo, por la experiencia de los corredores y porque sigue generando historias que emocionan, como la de Domingo Mengual, uno de los magníficos que había corrido todas las ediciones y que falleció recientemente. Manuel Sánchez, uno de sus compañeros, le entregó un dorsal con su nombre a la familia, así como una fotografía de su última entrada a meta.

La organización proyectó un entrañable vídeo en el que salía el propio Domingo Mengual contando cómo se había lanzado a correr el Maratón de Valencia: «Porque vi un anuncio en una avioneta». Una tirada de 12 kilómetros, y a por los 42.195 metros. Y desde ahí, un idilio con una carrera que en sus inicios no tenía medalla de finisher, ni se podían consultar los tiempos al instante, ni seguir a los atletas por una APP. El evento no ha dejado de crecer... y sigue sin ponerse límites.