Carmen reconoce que entrenar por la conocida como la 'ruta del colesterol' de l'Horta Sud no es lo más sano. Pero es lo que ... le ha tocado, cuando no ha podido alejarse de la zona devastada, para seguir preparando el maratón. También hubo días en los que pensó que la carrera de este 1 de diciembre había terminado para ella antes de comenzar.
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Esa misma idea se le pasó por la cabeza a Alejandra, Aníbal y Martín, todos ellos afectados por la DANA. Agotados de luchar por el fango, extasiados mentalmente por las duras vivencias de las últimas semanas y con un futuro incierto que afrontar, todos ellos creyeron en un primer momento que lo mejor era aceptar la devolución del dorsal ofrecida por el Maratón Valencia Trinidad Alfonso Zurich a los damnificados por la tragedia.
Muchos corredores sí han tenido que renunciar y otros no se han sentido con fuerzas para afrontar el maratón. Otros sí, animados por sus seres queridos y con la perspectiva de correr por otros: por los que no están y para seguir dando visibilidad a una tragedia que ha dejado heridas que tardarán años en cicatrizar. Por ellos vale la pena llegar a la pasarela azul de la Ciutat de les Arts. Eso sí, todos admiten que el cronómetro va a ser secundario y que, por supuesto, han tenido que reajustar los objetivos que se fijaron inicialmente.
Aníbal Llamazares Riba-roja
Aníbal Llamazares es una de las patas del tridente de Delta Valencia. Junto a sus hermanos Álex y Adolfo integra la segunda generación de la empresa metalúrgica fundada por el padre de todos ellos en 1989. Son trillizos, una misma familia en tres ramas cuya vida cambió el pasado 29 de octubre. «Nuestra empresa factura unos 6 millones al año, pero ahora está en cierre operativo. Y ahora viene lo complicado».
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Pasó de encarar las semanas más duras de preparación para el Maratón Valencia Trinidad Alfonso Zurich a salvar la vida casi de milagro y verse abocado a una guerra sin cuartel contra el fango. Porque la empresa la tienen en el Oliveral, uno de los polígonos industriales de Riba-roja afectados por la DANA. Paró en seco su entrenamiento: «Tenía decidido que era el último, que ya tengo 42 años, y a pesar de ello asumí que no iba a correr». Pero 10 días quitando fango durante 12 o 14 horas empezó a hacer mella a nivel psicológico: «Y el domingo 10 de noviembre decidí volver a correr por higiene mental. Hice un rodaje de 20 kilómetros, me sentí bien dentro de lo que cabe y pensé: 'Pues voy a participar en el maratón'».
Ha recalibrado su objetivo, que no deja de ser ambicioso. «Quiero ver si rebajo mi marca personal, los 2.25 de Sevilla», señala Aníbal, que este año está corriendo con el Metaesport. Sigue luchando por reactivar la empresa junto a sus hermanos: el barro está ya retirado, pero ahora toca emprender la carrera de la burocracia para acceder a las ayudas y a las indemnizaciones de los seguros. «En los 8 días he acumulado 200 kilómetros, se lo estoy quitando al descanso, que duermo 5 horas», apunta. Sabe que no es lo correcto: «Pero es que es eso o fumar… y esto es más sano. Ya te digo que es por higiene mental. Y yo no sé ponerme en la línea de salida de un maratón habiendo hecho semanas de 60 kilómetros».
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Carmen Martínez Benetússer
Carmen Martínez va a colaborar en traer bebés al mundo durante su carrera profesional: la joven realiza la residencia de matrona en el hospital de Xàtiva. «El 29 de octubre me tocaba turno de tarde, pero la tutora me dijo que me fuera a casa, que con el mal tiempo habría mucho tráfico en la A-7», recuerda. Gracias a eso no se quedó bloqueada, o algo peor, en la carretera.
«Estuvimos varios días sin salir de casa, teníamos 24 coches amontonados en la puerta», recuerda. El vecino de abajo durmió ese día en la casa, en un segundo piso en una finca de Benetíusser, que comparte con sus padres. Luego llegaron las interminables jornadas de lucha contra el fango en la planta baja donde había acumulados enseres familiares de tres generaciones: «En la primera semana me olvidé totalmente de correr».
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Y eso que Carmen es de las que hace deporte a diario: si no trota, va al gimnasio y si no, a nadar. «Mi madre siempre ha corrido. La acompañé alguna vez, pero no me gustaba. Empecé en el Covid, cuando se empezó a poder salir para hacer deporte», indica la joven, para quien esta nueva tragedia va a marcar otro hito: «Ahora voy a debutar en maratón».
Es un proyecto vital que inició con Sergio, su pareja. «Él se inscribió y yo también». Empezaron a entrenar a finales de agosto, una vez juntos y otras por separado. Hasta el 29 de octubre. Entonces Carmen pasó una semana sin entrenar. Luego dudó en si renunciar al maratón, aunque hizo una prueba con Sergio.
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«Salió bien y decidí correrlo. Afrontarlo como un modo de evadirnos y un cambio de perspectiva, de lo que estamos viviendo a lo que queremos vivir», explica Carmen. Al no tener coche h estado una semana durmiendo en el sofá de una amiga de Xàtiva para poder reactivar su residencia. La DANA no la ha parado en su camino para convertirse en matrona... y en maratoniana.
Martín González Massanassa
El día 10 de noviembre varios miembros de la Colla de córrer el Parotet lucieron su característica elástica color verde en la VIII 30k i 10k Ciutat de Sagunt. «Correr nos ha ayudado un poco a salir de nuestros barrios llenos de barro, nos sirve para sentirnos integrados en el resto de Valencia y también para coger fuerzas para poder levantarnos», explica Martín González, presidente del club.
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La entidad de Massanassa, que nació en 1988 pero cuyos orígenes se remontan a la década de los 70, tenía alrededor de 50 miembros inscritos para el Maratón Valencia. Finalmente participarán «entre diez y quince». «Muchos han perdido coches, sus casas u otros negocios, como es mi caso». González vive en Catarroja. Desde allí ha andado cada día hasta Massanassa. Es propietario de Lios Restaurant. «Al igual que intentaré sacar mi negocio adelante, haré lo propio con el maratón», explica. Tras los 21k del pasado 27 de octubre tenía en mente completar la carrera del próximo domingo 1 de diciembre en 2 horas 55 minutos. Ahora los planes han cambiado: «Mi idea es bajar de tres horas aunque sea, sin embargo, tengo la sensación de que será complicado». Es por ello que necesita, tanto él como el resto de maratonianos de las zonas afectadas por la DANA, el respaldo de la gente: «Tenéis que salir a animarnos para sentirnos que estáis ahí».
La preparación no ha sido fácil. «Justo una semana después de la riada salí a correr hacia la zona oeste de Albal que estaba menos afectada. El segundo día hice series», recuerda. Tampoco ha podido seguir como es lógico el plan nutricional previsto: «Durante los primeros días sí que comí algo de lo que pude rescatar del restaurante. Luego sobrevivimos gracias a la solidaridad de los tuppers suministrados de la World Central Kitchen a la que siempre estaremos agradecidos, como a los voluntarios».
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Alejandra Chisbert Catarroja
Alejandra Chisbert forma parte de Club Trisud de Massanassa. Ella vive en el corazón de Catarroja y a los pocos días de la tragedia se mudó junto a su pareja y sus perros a Villacarmen, un complejo de adosados a las afueras del municipio de l'Horta Sud que no se ha visto tan afectado por la DANA: «De nuestro club correremos el maratón unas 15 personas. Durante las dos primeras semanas quedábamos a las 8 am y nos íbamos a limpiar las casas o locales de las personas afectadas del club. El lunes pasado, el día 21 fue el primero en el que decidimos volver a entrenarnos», comenta.
Seis días sin luz en casa es suficiente para obligar a vaciar la nevera. «Tuvimos que tirarlo todo y sin poder comprar, no ha habido manera de seguir el plan nutricional. De todos modos, es que salíamos a las 8 am de casa y para aprovechar la luz volvíamos a las 18 horas a casa, comíamos algo y al día siguiente otra vez. No estaba la cabeza para eso».
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Alcàsser o Picassent han sido los municipios a los que se han desplazado los miembros del Trisud para realizar las tiradas largas e intentar salir del barro: «Los que todavía tienen coche, pasan a por el resto y salimos de la zona, sin embargo sigues viendo barro, muebles tirados y coches apilados, es imposible evadirte y olvidarte de todo, no desconectas».
Alejandra reconoce sentir esa contradicción ante la celebración del Maratón Valencia: «Por un lado piensas en todo el tiempo que llevas esperando este momento y por otro... primero, que sabes que no llegas en las condiciones necesarias para afrontar y cumplir con los objetivos marcados. Además este año no viviremos el maratón como una fiesta, ha pasado una catástrofe, iremos para subirnos la moral y reivindicar que seguimos necesitando ayuda», concluye la corredora, quien desvela que Trisud ha diseñado una camiseta que estrenará en el Maratón Valencia.
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