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El Medio Maratón Valencia Trinidad Alfonso Zurich es Martín Juárez y Alejandro Aparicio, dos amigos de Navarrés que se felicitaban mutuamente mientras trataban de recuperar el aliento tras parar el crono en un fantástico 1.25:38. O Juan Manuel López y Cristóbal García, que llegaron de Alcoi y cada uno hizo su carrera: el primero entró en 1.38 y el segundo, en 1.40. O esa pedida de mano que captó las cámaras de À Punt, dando una vuelta de tuerca, por cierto, a una situación que ya se dio en la feria del corredor. El medio maratón más multitudinario de España es posible gracias a 17.004 historias, sueños cumplidos después de semanas de preparación: desde Kibiwott Kandie, el ganador, hasta el último llegado a meta.
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A falta de oficializar la clasificación, este es el nuevo récord de llegados a meta en un medio maratón en España. En el año en el que no ha habido plusmarcas mundiales sí que ha quedado patente que, una vez superada la pandemia, los corredores de cada rincón del mundo quieren correr en Valencia. Incluso los de élite, como reconoció sin ambajes la gran protagonista de la mañana, Konstanze Klosterhalfen: «Elegí esta carrera para debutar porque había visto los resultados de años anteriores y en esta ciudad siempre se corre muy rápido».
Eso lo había experimentado ya Kibiwott Kandie, que en 2020 estableció aquí un récord del mundo que meses después le arrebató Jakob Kiplimo en Lisboa. El keniano volvió a vencer ayer gracias a su ataque violento antes del kilómetro 15: «Sabía que otros rivales como Kejelcha tienen un gran final y no he querido arriesgar», razonó. Soltó al resto de sus rivales antes de ese punto kilométrico y elevó el ritmo en busca de la mejor marca del año: la de Kiplemo en febrero en Ras Al Khaimah (57:56).
En ese arreón final, Kandie no superó esa mejor marca del año, ni bajar de 58 minutos: llegó en 58:10, el segundo mejor registro de 2022. «Venía a por la victoria, no a batir el récord del mundo ni del circuito, y no he querido arriesgar. Llevaba buen ritmo, pero he notado mucho la humedad», precisó el keniano.
Sublime. Así debe calificarse la exhibición de la alemana Konstance Klosterhalfen, una auténtica estrella de la pista y que debutaba en medio maratón. Realizó un ataque también violento, algo más tardío que el de Kandie, pero sorprendió a las favoritas y paró el crono en 1:05.41. La germana aún tuvo fuerzas para, enfundada en la bandera de su país, ser pasto de la euforia y celebrar a saltos su victoria en Valencia, la primera de su carrera en el primer nivel, sobre el asfalto. Es la primera europea que gana el Medio Maratón de Valencia.
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Klosterhalfen ha tenido sus grandes éxitos en la pista, el más reciente, el oro europeo de este verano en los 5.000 metros conseguido ante el enfervorecido público alemán de Múnich. Teóricamente, no contaba para la victoria. Se estrenaba en la ruta, aunque estuvo desde el inicio en el grupo delantero. Después del kilómetro 16 lanzó su ataque definitivo para plantarse en la meta y convertirse en la primera mujer europea que gana el Medio Maratón de Valencia. Desde 2006, cuando aquí se inauguró la distancia, todas las vencedoras habían sido de origen africano. Su marca es la cuarta de la historia de la carrera, en la que lógicamente está a la cabeza el impresionante y vigente récord del mundo de Letesenbet Gidey el año pasado (1:02.52).
Para preparar esta carrera, Koko, que es como prefiere que la llamen, ha estado unas semanas entrenándose en Kenia. «He sufrido, pero volveré para preparar el siguiente medio maratón», señaló: «Me gustaría repetir los últimos tres kilómetros, porque siento que podría haberlo hecho mejor. En el próximo intentaré batir el récord de Alemania»
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Respecto al futuro, y a pesar del resultado, admite que no se va a centrar en la ruta. Señaló que ahora va a descansar y luego hará cross antes de centrarse en la pista: «Este año hay otra vez Mundial y siento que puedo hacerlo bien en 5.000, en 10.000... creo que soy una atleta que aún tiene cosas que decir en la pista». Eso sí, Klosterhalfen admitió que seguirá preparando algunas «aventuras» en la ruta como la que ha tenido este domingo un final tan feliz en Valencia.
Detrás Kandie, Kosterhalfen y el resto de la élite la meta esperaba para hacer realidad miles de retos y de ilusiones, aunque alguno se haya quedado en la cuneta por algún compromiso laboral o familiar, o alguna lesión o dolencia. Pero son los menos y así ha quedado patente cuando, desde mucho antes de amanecer, la avenida Tarongers fue tomada por los corredores y muchos acompañantes. Porque en el atletismo popular hay que poner en valor también al que madruga para alentar y para guardar los bártulos al corredor que se ha preparado durante semanas.
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