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Marcos Sánchez
Valencia
Viernes, 11 de abril 2025, 13:03
La experiencia es un grado. Generalmente, esta se adquiere con el paso de los años, conforme uno va creciendo y va pasando por distintas etapas de su vida, y tanto los buenos como los malos momentos lo van moldeando. Por eso, no es erróneo decir que cuanta más edad se tiene, más conocimiento se ha adquirido. Es por eso que todo club de atletismo tendría que tener entre sus filas a personas mayores que aconsejen a los jóvenes, no solo sobre el running, sino sobre conocerse a sí mismos y cómo tratar con mimo su cuerpo, para que, cuando tengan que tomar el relevo generacional, dure lo máximo posible. Y esto mismo es lo que buscan desde el Club de Esplai de Correr A Tota Canya.
Creado en Almàssera en 2000, este año se celebra su 25º aniversario y, pese a que han crecido llegando hasta los 60 corredores, muchos miembros tienen una cierta edad, que dentro de no mucho les impedirá poder seguir el ritmo que llevan, de ahí que deseen que los más jóvenes recojan su testigo y mantengan al club otros 25 años más. «Tenemos muchísima ilusión y, a día de hoy, seguimos haciendo actividades, pero no dejamos de pensar que nosotros tenemos fecha de caducidad. En unos años no vamos a estar ahí. Lo que queremos es que aparezca gente joven, con ideas nuevas y más ganas. Nosotros apartarnos y que continúen ellos unos 25 años más», afirman desde el club.
Para incentivar esta transición, han diseñado programas de entrenamiento abiertos a todos los niveles y organizan salidas guiadas de 10 km en mayo, además de una exposición fotográfica y charlas sobre iniciación al running.
La historia de su creación no tiene mucho más misterio que un grupo de amigos que se juntaron y empezaron a correr por las inmediaciones de Almàssera en 2000. No sería hasta 2001 cuando se hizo oficial la creación del club. Y 25 años después, siguen en pie.
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Aunque no están federados, sus miembros participan activamente en carreras populares y de trail. «Lo nuestro es disfrutar del deporte sin la rigidez de un club tradicional», explica un miembro de la directiva. La actividad principal de la asociación son las carreras de asfalto, aunque desde hace años cuentan con una fuerte sección de trail. Aproximadamente la mitad de sus 60 socios disfrutan tanto del running en ciudad como en la montaña. Participan en pruebas emblemáticas como la Maratón de Calderona, la MIM o la Maratón de Espadán, además de eventos internacionales en ciudades como Nueva York, Berlín o Lisboa.
Desde sus inicios, la equipación del club ha sido roja, aunque la primera fue blanca. El nombre del club tiene su aquel, ya que tiene su toque humorístico, mezclando que corren a tope o A Tota Canya, que en valenciano también puede significar tomarse una canya, que es un tipo de cerveza. Es más, el logotipo del club lo refleja, ya que es un muñeco tomándose una cerveza. «No queríamos un nombre técnico o en inglés, sino algo divertido», comenta Miguel Albert, presidente del A Tota Canya.
Además, este año, A Tota Canya celebra su 25 aniversario con varias iniciativas especiales. Un viaje a Madrid para correr el medio maratón, organizarán la tradicional Volta a Peu de Almassera, una prueba que ya lleva más de 40 ediciones y en la que se esperan entre 300 y 400 participantes. También reforzarán su compromiso con causas solidarias como la marcha Run Cancer. No se quedan solo ahí sino que tienen pensado organizar una charla con tres profesionales para aconsejar a aquellos que quieran empezar en el running. «También estamos pensando en una exposición fotográfica con todos los recuerdos de nuestro club. Incluso recortes de periódico, equipajes de nuestra historia. Otra iniciativa es unas charlas abiertas a todo el mundo para el inicio de las carreras. Para que la gente que empieza sepa qué distancia es la adecuada para correr, qué zapatillas tiene que usar, cuál es la alimentación... queremos hacer una charla con tres profesionales. Eso será a principios de septiembre», afirman desde el club.
El espíritu de A Tota Canya va más allá del running. El compañerismo es su mayor valor y la clave de su éxito durante estos 25 años. «Nosotros más que un club de atletismo o de correr, somos un grupo de amigos, que comparte una afición. Y eso es un poco la clave de nuestro éxito. Que somos un club modesto que nos gusta hacer almuerzos, comidas y excursiones», afirman desde el club.
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