CA Villarta: Un club manchego volcado con la Comunitat

El nombre de CA Villarta hace referencia a su municipio. «Qué mejor que poder llevar el nombre de nuestro pueblo a todos los lugares a los que nos desplazamos a correr», afirman. Se creó a finales de 2013, cuando uno de sus atletas corrió el Maratón de Valencia. Al finalizarlo, según cuentan, se encontró con dos amigos y compañeros que le acompañaron para animarle, se miraron entre ellos y dijeron: «nosotros tenemos que hacer algo en el pueblo que fomente el atletismo». Muy poco tiempo después, se creó el club. Ese fue el detonante del gran club que tienen a día de hoy.

Su punto de encuentro habitual para entrenamientos varía, pues tienen diversas opciones. «Nos gusta organizarnos por grupos de nivel. Entrenamos desde rodajes en nuestro pueblo y por todos los caminos que tenemos. Además para las series nos gusta entrenar en el polígono de la localidad vecina de Minglanilla, que es lo más parecido que tenemos a una pista de atletismo», afirman. Pero su lugar favorito es en la Reserva Natural de Las Hoces del Cabriel, que la tienen muy cerca y de vez en cuando quedan para entrenar y después meter las piernas en el río a modo de crioterapia, un lugar único y especial para ellos. Además, como cuentan con socios de localidades vecinas, ocasionalmente realizan quedadas en dichos municipios.

Su símbolo identificativo es una uva practicando el running, ya que Villarta se dedica en su mayoría a la agricultura. «Nos pareció lo más adecuado que nuestro escudo fuese lo más significativo de nuestra localidad», señalan. Los colores que portan en sus camisetas son el blanco y el violeta. Cuentan actualmente con unos 110 socios. Una gran cifra para una localidad como Villarta. Cuentan con sección tanto de carreras populares como de carreras por montaña, trail y duatlón. Según cuentan, son un equipo muy unido y una gran familia sin distinción ninguna entre secciones.

Son los encargados además de organizar una carrera en la que se vuelcan con mucho trabajo e ilusión. «Villarta, pueblo de vinos» ha celebrado este año su décima edición. «Nuestra meta es que todos los corredores que nos visitan se vayan de aquí lo más contentos y satisfechos posible. Es una carrera por y para el corredor. Este año entre los inscritos hemos realizado sorteos de más de 90 premios, solamente por inscribirse. Siempre nos esforzamos en que la bolsa del corredor sea lo más completa posible. Y al finalizar la carrera el avituallamiento final es una gran merienda con productos de nuestra localidad como son los zarajos, huevos fritos, embutidos o tortillas», cuentan.

Su carrera local es una de las pruebas que cuenta con más inscripciones en el circuito de su provincia, Cuenca. «Siempre acuden corredores de otras provincias y comunidades a correr con nosotros», señalan.