Desde la Asociación Amical de Inmigrantes Marroquíes en Cataluña, ubicada en el barrio del Raval de la ciudad de Barcelona, sale cada día un camión hacia el aeropuerto que va lleno de ayuda humanitaria para las víctimas del terremoto de Marruecos. Su labor para contribuir con el pueblo marroquí consiste en clasificar las piezas de ropa que reciben de cientos de voluntarios y voluntarias, en distintas bolsas de bastante amplitud. Desde el minuto uno, los voluntarios y voluntarias trabajan sin descanso y dando lo máximo de sí mismos para que la población afectada por los efectos del terremoto reciba la máxima ayuda y recursos posibles cuanto antes posible. El devastador terremoto, que sacudía Marruecos el pasado 8 de septiembre, tuvo una magnitud considerada como fuerte según la escala de Richter, pues se habla de unos 6.8 grados. A día de hoy, las cifras en cuanto a defunciones y personas heridas son milenarias.
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