Adiós a guardar los platos uno encima del otro: la solución japonesa vertical para tener más espacio en el armario

El orden en el hogar es un deseo compartido por muchos, especialmente en tiempos en los que el ajetreo diario y la acumulación de objetos parecen no dar tregua. Mantener un espacio organizado no solo contribuye a una mejor estética, sino que también mejora la funcionalidad y aporta tranquilidad.

Marie Kondo, una experta en el arte del orden, ha ganado reconocimiento mundial gracias a su influyente obra, 'La magia del orden. Herramientas para ordenar tu casa ¡y tu vida!'. Se ha convertido en una auténtica referente en este ámbito, enseñando que el primer paso hacia un hogar ordenado es deshacerse de lo superfluo. Según Kondo, «la tendencia a acumular objetos es la causa principal del desorden en nuestros hogares y oficinas», lo que lleva a una sensación de caos.

Kondo propone un método conocido como KonMari, que incluye una serie de pautas esenciales para mantener el orden, especialmente en el armario. Una de sus recomendaciones más destacadas es colocar las prendas en posición vertical, ya que esto no solo facilita la visualización de cada artículo, sino que también ayuda a identificar rápidamente lo que se tiene. «El objetivo es tener siempre a la vista lo que usamos y lo que nos hace sentir bien», señala la experta.

En este sentido, su método no solo se aplica a la ropa sino que puede aplicar a cualquier estancia, como la cocina. Es común que platos, tazas y otros utensilios se acumulen, lo que puede reducir el espacio útil del armario. La japonesa sugiere utilizar los armarios altos para almacenar objetos que no se usan con frecuencia, manteniendo a mano aquellos que se utilizan diariamente. «Al guardar los tuppers de forma vertical, no solo se gana espacio, sino que también se puede ver fácilmente todo lo que se tiene», explica.

Antes de implementar estos consejos, Kondo enfatiza la importancia de hacer una selección consciente. «Es fundamental quedarse solo con los objetos que realmente utilizamos y que aportan valor a nuestra vida», concreta. De este modo, no solo se logra un espacio más ordenado, sino que también se cultiva una relación más saludable con nuestras pertenencias, liberándonos del miedo a deshacernos de lo innecesario.

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