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- ¿Qué es lo mejor de trabajar en esta época del año? Sin duda alguna, la facilidad de llegar al objetivo diario con menos horas.
- ¿Y lo peor? No poder dar servicio a todos los clientes por el aumento exagerado ... de usuarios y el mayor estrés por intentar llegar al mayor volumen con servicios rápidos y de calidad.
En el mes de los viajes por defecto, hay varias profesiones que se dedican a desplazarse en el sentido más estricto de la palabra. Aunque no lo hacen por placer sino por trabajo. Entre ellas encontramos el sector del taxi y, más concretamente, a Agustín Iborra, conductor de FREENOW que se mueve por Valencia para tratar de acortar las distancias de las personas en toda la capital del Turia y alrededores durante estos meses del año.
A contracorriente y justo a la inversa del resto de la población, Agustín ya ha disfrutado de sus vacaciones y ahora le toca ponerse el mono de trabajo para que otros puedan hacer lo mismo durante agosto. A sus 51 años, y mientras todo el mundo duerme o vuelve a su casa a horas intempestivas tras la celebración de la fiesta pertinente, se monta en el taxi y se pone en funcionamiento para comenzar unos trayectos que, con suerte, durarán menos de 15 horas, siempre y cuando pueda llegar a su propósito diario de facturación en un período en el que «sin duda» se 'hace el agosto'.
No obstante, el taxista no está solo. FREENOW tiene repartidos por toda la ciudad un 'ejercito' de 1.000 conductores, el 33% del total de su flota, divididos por turnos para tratar de abarcar las máximas horas posibles a lo largo del día y facilitar, en la medida de lo posible, la vida de los valencianos y todos los turistas que acuden en masa atraídos por la costa del Mediterráneo. Una época en la que tal y como afirma el conductor, «Valencia se ha convertido (más aún) en ciudad turística y el volumen de usuarios es desmesurado, con lo que conlleva dar peor servicio en general». Cabe tener en cuenta que el pasado verano la Comunitat Valenciana recibió la visita de 4.589.965 extranjeros, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y solo la capital del Turia tuvo en agosto de 2023 1.019.465 turistas que pernoctaron en el cap i casal para disfrutar de los encantos de la región valenciana.
Pero lejos de desmotivar a Agustín, esta cantidad ingente de personas le sirve de acicate. El conductor afronta la jornada con «mayor alegría por el volumen de trabajo», aunque eso conlleve un «mayor estrés» y, por supuesto, venga acompañada de mayor calor. De ahí que cualquier método para sobrellevar las altas temperaturas sea bueno. «No hay nada más allá del aire acondicionado, pero mi truco es bajar ventanillas para mezclar el aire con el calor y que no sea tanto tiempo el frío porque no es bueno».
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Pese a que evita las playas, confiesa que una de las paradas más frecuentes durante este mes es el aeropuerto de Valencia. Un lugar clave para la llegada y salida de los turistas a la capital del Turia. No en balde, actúa de punto neurálgico de más de 100 destinos con 30 aerolíneas y nuevos destinos para un 2024 en el que se esperan buenas previsiones a lo largo del período estival y en el que, a buen seguro, el taxista frecuentará este lugar más de un centenar de veces a lo largo del mes.
Después de dos años ejerciendo la profesión, Agustín se las ha visto de todos los colores. Buena prueba de ello es que más allá de ejercer de taxista se ha visto en la tesitura de actuar como si su profesión fuera otra. «He llegado a recoger a un cliente y tener que meter en el taxi un mueble, una televisión, enseres de mudanza y hasta aparatos pequeños», comenta de forma risueña ante las situaciones realmente surrealistas que terminan dándose a lo largo de una jornada de trabajo.
Tal es el punto que, en una historia más propia de las novelas policíacas, tuvo que meterse en el típico papel de detective de incógnito. «Siga a ese taxi, por favor», comenta sobre una de las peticiones que se dan más a menudo de lo que podría parecer. «Como había tráfico no pude hacerlo y de repente me dijeron que eran policías y estaban de seguimiento», explica sobre uno de los trayectos más peculiares que le ha tocado hacer a lo largo su vida.
Las anécdotas no terminan aquí. Entre los momentos más rocambolescos que pueden llegar a darse para los conductores, está también el de la emergencia sanitaria. Ese instante en el que tienen que «ejercer de ambulancia» por la rápida necesidad de atención sanitaria de un pasajero al que le ha sucedido algo. Una situación que al lector le recordará a una muy similar que tuvo lugar el pasado mes de mayo en la que un conductor de EMT tuvo que llevar su autobús al hospital porque había un bebé de camino. Todo sea por ayudar a las personas y tener un buen servicio, el objetivo principal de Agustín durante el verano.
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