Alerta ante un peligroso reto viral de TikTok por el que se le han extirpado los intestinos a dos niños

No es la primera vez que un reto se vuelve viral en redes sociales y acaba dejando heridos e incluso muertes a su paso. La difusión de este tipo de 'pruebas' se ha convertido en otro de los grandes riesgos que conlleva internet, un entorno en el que este tipo de conductas peligrosas llega con facilidad a usuarios que no se lo piensan dos veces a la hora de probar lo que ven a través de la pantalla.

'Momo' o 'la ballena azul' son algunos de los ejemplos más sonoros de estos retos, que crearon una gran alarma social al viralizarse entre adolescentes. Estos retos implicaban pruebas que podían incitar a la víctima a revelar información privada, realizar actos peligrosos o incluso cometer suicidio. Esta vez, el desafío se ha viralizadomediante TikTok, la red de moda entre los más jóvenes, y también supone un importante riesgo para los usuarios que intenten realizarlo.

Han sido medios de Reino Unido los que han dado la voz de alarma al respecto, después de que dos niños hayan tenido que ser intervenidos quirúrgicamente tras haberse sometido a la prueba viral. Los menores ingirieron pequeños imanes que pusieron en grave peligro su salud y por lo que tuvieron que ser atendidos de urgencia.

El reto busca grabar la reacción de los padres al ver un supuesto piercing en sus hijos. Para hacer creer que de verdad se han perforado, los jóvenes se colocan unos pendientes magnéticos, compuestos por una pequeña bola exterior que se sostiene imantada a otra interior. En algnos casos se llegan a emplar unos imanes que se usan para montar figuras en tres dimensiones.

El problema está en que estos imanes pueden ser ingeridos sin querer, como es el caso de estos dos menores, de 11 y 13 años, que precisaron una intervención médico con tan solo días de diferencia. En uno de los casos, un menor de Liverpool tuvo que ser atentido de urgencia tras padecer fuertes dolores de estómago y vomitar bolas negras. Los médicos comprobaron que tenía 15 perlas magnéticas pegadas en el intestino y apéndice, por lo que se le tuvo que extirpar esa parte del órgano y el final del colon.

Unos pocos días antes, otro niño fue operado por el mismo motivo, y los cirujanos llegaron a alertar de que los imagen se quedaban pegados a las herramientas quirúrgicas.