Enrique Riera, entre las sillas del cine Lumiere en Alboraya. J. L. Bort
LOS OFICIOS DEL VERANO

Más de 25 años en el 'Cinema Paradiso' de Valencia

Enric Riera está al frente de la terraza Lumiere en Alboraya, un lugar de aire bohemio y nostágico que representa la esencia del verano

María Gardó

Valencia

Domingo, 25 de agosto 2024

Los cines de verano nos traen a la memoria noches a la fresca junto a los amigos, momentos de emoción frente a una gran pantalla ... que ilumina las veladas estivales o nos retrotae a la infancia, cuando disfrutábamos de los grandes estrenos del verano junto a la familia. Estos espacios tienen ese aire bohemio y nostágico, a la vez que enternecedor, que tan bien reflejó la película 'Cinema Paradiso'. La historia de Totó (Salvatore), aquel niño que descubre el mundo y el amor a través del séptimo arte, conmovió a los espectadores. Y nadie ha olvidado a Alfredo, el entrañable proyeccionista que le abre las puertas a los secretos que se esconden tras un proyector de una sala antigua.

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Si alguien encarna en Valencia al personaje de Alfredo ese es Enrique Riera, propietario del Cine Lumiere. Esta vieja terraza de verano es una superviviente frente a las plataformas digitales y las modernas salas climatizadas. Rodeado de campos de chufa, lleva décadas llevando el séptimo arte a Alboraya y a toda la zona norte de la capital del Turia.

Enrique Riera se dedica a este negocio desde el año 72, cuando junto a su familia fundaron su cineclub en las instalaciones del antiguo ateneo de Alboraya, recogiendo el testigo del Cine Monterrey. Fue más tarde cuando se trasladaron a la ubicación habitual fundando el Cine Lumiere, que ya es un clásico de las noches estivales: «Nos fuimos a las afueras, junto a la gasolinera, para no molestar a los que se quejan de los ruidos». Acudir a ver la sesión doble con el bocata de sobaquillo o pedir en la barra la cena se ha convertido en una tradición durante las vacaciones: «Al principio los vecinos nos decían que el verano empezaba cuando llegábamos nosotros, éramos como el pistoletazo de salida de la temporada».

El amor de Enrique Riera por el cine hace que trabajar en verano sea más como una afición remunerada que como un empleo con mal horario: «Me dedico a esto porque es una afición y una pasión que llevas dentro de ti», confiesa. «Esta época es la natural de las terrazas. El buen tiempo y clima agradable acompañan para acudir con la familia o amigos a ver una película», comenta el dueño del espacio. Riera no duda a la hora de señalar a su enemigo: «La lluvia, que puede arruinar una bonita velada viendo películas al aire libre», explica. Recuerda cuando hace casi 30 años cayó una tormenta con granizo de las que marcan época.

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Enrique Riera, en el interior del cine Lumiere J. L. Bort

Sobre no tener vacaciones en agosto, Riera apunta: «Nuestras vacaciones siempre han sido en otros meses, en la llamada temporada baja y es algo a lo que nos hemos acostumbrado sin ningún problema. Lo mismo pasa en la hostelería». El cine Lumiere permanece abierto todo el mes de junio, julio, agosto y parte de septiembre. «Antiguamente abríamos hasta principios de octubre porque era cuando empezaban los colegios, ahora las clases comienzan antes y los planes familiares cambian», rememora. Acumula un buen ramillete de anécdotas vividas a lo largo de estos años. Además, podría escribir una lista infinita de objetos que se han dejado olvidados los espectadores entre las características sillas de plástico de la terraza: desde carritos de bebé hasta carteras, portátiles y llaves del coche: «Me pregunto cómo consiguen salir del parking si vienen al día siguiente a por ellas», comenta entre risas.

Por la terraza han pasado rostros muy conocidos del cine como Isabel Coixet, que ya es amiga de la familia Riera y ha cenado algunas veces allí con ellos antes de una sesión: «A ella le encanta el aire nostálgico de esta terraza», comenta. También han visitado el cine, como unos espectadores más, Ariadna Gil y Viggo Mortensen, quienes pasan alguna que otra temporada por la costa valenciana. El cineasta Ricardo Muñoz Suay era otro habitual del espacio de Alboraya, por donde también se han dejado caer críticos de cine y periodistas, «como Rafa Marí de LAS PROVINCIAS», explica.

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¿Qué hará Enrique Riera cuando se jubile? Lo que sabe es que sus ojos seguirán siempre frente a la gran pantalla. «Continuaré con mi afición al cine y me reuniré con amigos relacionados con el mundo de la cultura y del séptimo arte», señala.

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