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FERNANDO DÍAZ
Una de las bebés intercambiadas en La Rioja reclama tres millones

Una de las bebés intercambiadas en La Rioja reclama tres millones

El abogado de la víctima, José Sáez Morga, asegura que no está conforme con la cantidad fijada por el Ejecutivo riojano, 850.000 euros

CARMEN NEVOT

Logroño

Viernes, 14 de octubre 2022, 17:11

Una de las dos bebés intercambiadas en 2002 en el antiguo Hospital San Millán recurrirá en la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de la Rioja (TSJR) la resolución del Ejecutivo regional por la que le concedían una indemnización de 850.000 euros por el daño moral causado con el fatal error.

En una rueda de prensa convocada este viernes, el abogado de la entonces bebé, que ahora tiene 20 años, ha asegurado que no están conformes con la cantidad fijada, de ahí que, después de estudiar la resolución aprobada en Consejo de Gobierno el pasado día 5 y de la que le dieron traslado el 11, han decidido emprender la vía judicial e insistir en su petición inicial de 3.010.000 euros.

«De acuerdo con mi clienta hemos decidido recurrir el acuerdo ante la Sala de lo Contencioso en el plazo de dos meses que se cumplirían el 11 de diciembre», ha señalado.

En la misma comparecencia, que ha convocado por el enorme interés que ha despertado el caso entre los medios regionales y nacionales, el letrado se ha adelantado a las más que previsibles preguntas de los periodistas sobre la situación actual de la víctima y la relación con su padre biológico y ha rechazado dar ningún dato al respecto por petición expresa de su clienta.

El letrado ha mostrado su malestar y desacuerdo por haberse enterado por los medios de comunicación tanto del dictamen del Consejo Consultivo, que concluyó que debían indemnizar a la víctima con 850.000 euros -cantidad que luego asumió salud- como de la resolución del Consejo de Gobierno que acordó finalmente esa misma cifra. Es por ello que ha reivindicado el papel de los profesionales del derecho para que «al mismo tiempo que se filtra una información se dé conocimiento a los interesados a través de los profesionales que les defendemos». No haberlo hecho así ha sido una «desconsideración», en este caso, hacia la víctima.

Como positivo, ha señalado el hecho de que ya no se discuta el reconocimiento de la responsabilidad ni los tres condicionantes que se negaban en una primera propuesta: la falta de relación de causalidad, que no había un hecho antijurídico y que, por tanto, estaba en la obligación de soportar aquello.

Una vez reconocido esto, quedaba la cuantificación, «no tanto como reparación, porque eso es imposible, sino en cuanto a la mitigación del daño», ha precisado. Sea como fuere, en este extremo hay una evidente discrepancia entre la Administración y la víctima desde el inicio del proceso. Sáez Morga ha recordado que en un primer momento «nos dijeron indemnización '0'», en una segunda propuesta ofrecieron 215.000 euros «porque consideraron que era un año de perjuicio» y, después de que los servicios jurídicos corrigieran esta primera oferta elevando a dos los años de perjuicio, la cifra ascendió a 430.000 euros. Finalmente, el Consejo Consultivo, órgano al que es preceptivo solicitar un dictamen -no vinculante- siempre que la cantidad reclamada supere los 50.000 euros, concluyó que la indemnización debía ser de 850.000 euros.

Preguntado sobre el cálculo de los 3.010.000 euros que reclaman, Sáez Morga ha señalado que es el tope que se recoge en la Ley de Defensa de Consumidores y Usuarios en las indemnizaciones en el ámbito sanitario. Una cantidad, por cierto, por debajo del máximo que prevé por siniestro la póliza de seguros de la Administración autonómica y que, según el letrado, serían cuatro millones de euros.

El intercambio de las bebés de Logroño se remonta a junio de 2002. Con cinco horas de diferencia nacían en el antiguo Hospital San Millán de Logroño dos niñas, Ana y María (no son sus nombre reales). Por su bajo peso, ambas fueron llevadas a la sala de incubadoras y, finalmente, a las cunas, donde supuestamente se cometió el error fatal. Sus vidas, a partir de entonces, se entrecruzaron. A Ana la criaron los padres biológicos de María. A María, como los padres de Ana tenían una discapacidad incapacitante, la crió la abuela biológica de Ana.

A los quince años, la abuela reclamó una pensión de alimentos al supuesto padre de María. Éste negó que fuera el padre de la menor y las pruebas de ADN lo confirmaron después. Más adelante se comprobó que tampoco la supuesta madre era realmente la progenitora y con esta incertidumbre María acudió a la Justicia. Las pesquisas de la Inspección Médica y de Salud concluyeron que solo podía haber sido intercambiada por Ana y las pruebas de ADN lo ratificaron.

En un primer momento la Consejería de Salud consideró que no existía una relación de causalidad entre aquel intercambio y la situación en que se encuentra la afectada; que no se trata de un hecho antijurídico; y que la víctima tiene la obligación de soportar las consecuencias de aquella negligencia. En todo caso, le ofrecía 215.000 euros.

Desde el Servicio Riojano de Salud recordaban también que los sistemas de seguridad e identificación actuales permiten asegurar que un caso similar no se produciría en los hospitales de La Rioja.

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