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Ainhoa de las Heras
Viernes, 19 de abril 2024, 10:49
La Ertzaintza continúa la búsqueda del atracador que el pasado miércoles robó más de 60.000 euros a punta de pistola en una sucursal de Bankoa-Abanca en Bilbao. Después, se montó en un coche que estaba aparcado en la calle y encañonando al conductor, ... le obligó a que le llevara hasta el cercano hospital de Basurto. Antes de apearse, le metió en la guantera una propina de casi 200 euros, según ha podido saber este periódico en fuentes cercanas al caso. El delincuente se despojó del disfraz en el centro médico y al salir de allí, se perdió su pista. Los agentes siguieron a un posible sospechoso, que montó en un autobús en dirección a Pamplona, aunque tras identificarle, se descartó su posible participación en los hechos.
La Policía autonómica recogió las prendas que el asaltante había abandonado tras quitárselas en un baño del edificio de Consultas Externas de Basurto. Se trataba de una gabardina, un pantalón, una camisa, una corbata y una peluca. También se requisó el fajo de billetes que el atracador le dejó como agradecimiento al conductor que le había acercado hasta el barrio de Basurto. Todos estos objetos están siendo analizados por la Policía Científica de la Ertzaintza en su laboratorio por si se pudieran extraer en ellos huellas o ADN para la identificación del individuo.
Según los testigos, se trata de un hombre de entre 50 y 60 años, de una altura aproximada de 1,70 o 1,75 metros, que podría llevar el pelo rasurado. Los policías cuentan con las imágenes grabadas por las cámaras de videovigilancia tanto del banco como las instaladas en el recorrido que siguió más tarde.
El asalto se produjo unos minutos después de las ocho de la mañana en una oficina bancaria de la calle Doctor Areilza de Bilbao. A esa hora aún no habían abierto al público, pero dentro ya se encontraban varios trabajadores y el director de la sucursal. Al escuchar el timbre, dejaron entrar al supuesto cliente sin saber que en realidad se trataba de un atracador. El intruso apuntó con la pistola a los empleados y les ordenó que abrieran la caja fuerte.
Tras esperar al sistema de retardo, se llevó el cuantioso botín en un maletín de cuero. En la cercana calle Pérez Galdos abrió la puerta del copiloto de un turismo que estaba estacionado junto a la acera, en el que se encontraba un hombre. Mientras le mostraba el cañón del arma -se desconoce si de fuego real o simulada-, le exigió que le trasladara hasta el hospital de Basurto. Después de darle la propina, le pidió que le dejara delante del edificio de Consultas Externas, que hace esquina y cuya puerta da a la nacional 634. Allí, se coló en unos baños y se quitó todos los complementos con los que ocultaba su verdadera identidad. Abandonó el hospital de Basurto, con un aspecto distinto al haber cambiado de vestimenta y se desconoce hacia dónde se dirigió. Ertzaintza y Policía Municipal controlaron especialmente la Termibus de Luis Briñas, por si pudiera estar pensando en tomar un autobús para abandonar la ciudad.
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