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J. González
Viernes, 7 de febrero 2025, 16:15
Algunos afortunados tienen un examen final, otros cada cuatro meses o seis y para los que no les gusta hincar los codos quizá cada cuatro semanas. Ya sea en tipo test o con cuestiones a desarrollar, estas pruebas de evaluación son las habituales desde las etapas primarias en la enseñanza hasta las superiores. Pero no son los únicos en ser evaluados, también lo están los profesores, las materias, los contenidos y hasta las universidades que los sustentan.
Detrás de cada clase en la facultad, de cada examen y de cada práctica hay varias instituciones independientes ayudando a garantizar que esas actividades universitarias se desarrollan conforme a los planes académicos oficiales previstos. «Este es el trabajo de las agencias de evaluación», recalcó Manuel Herrera, Director Académico de Relaciones Institucionales de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). En España, se encargan de ello la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) y sus homólogas regionales. «Vigilan si los contenidos curriculares están adaptados a las necesidades que demanda la sociedad y califican el perfil de los profesores o si su formación está alineada con la materia que imparten», explicó.
Su labor se enmarca dentro del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), un proyecto iniciado en 1999 con el Proceso de Bolonia para armonizar los sistemas educativos de los países miembros. Un camino que se tiene aún que recorrer al otro lado del Atlántico y es objeto de debate en el III Seminario Internacional sobre Calidad y Acreditación Universitaria en América Latina, organizado por UNIR y la Universidad de Cartagena.
«Tienen un gran reto por delante: la construcción de un espacio común de enseñanza superior, donde resulte más sencillo abordar retos como la movilidad internacional, la transferencia de conocimientos y las acreditaciones, pero para ello se necesitan agencias evaluadoras de la calidad e independencia política», destacó Herrera.
Para poner en marcha cualquier estudio oficial, la universidad debe crear una memoria que recoja el funcionamiento y la justificación académica, además de las metodologías, los sistemas de evaluación y los recursos necesarios. «El sistema es muy similar al camino y proceso que se hace en España», destaca. Aunque –aseguró Herrera – nos estamos encontrando dos vías para llevarlos a cabo».
A diferencia de España donde la vigilacia la realiza un organismo externo a la universidad, muchas instituciones académicas lationamericanas están optando por la vía interna. «Hay numerosas apuestas que hemos venido postergando en América Latina. La calidad es una de ellas. Debe estar integrada en todo el sistema educativo, y en ese punto aún nos queda mucho por avanzar», apuntó Jairo Torres, rector de la Universidad de Córdoba y presidente de la Asociación colombiana de Universidades (ASCUN). «Hay que profesionalizar estos sistemas internos», reveló Herrera.
A pesar de la necesidad de avanzar en la calificación y profesionalización, las universidades iberoamericanas reclaman una mayor financiación para mantener la calidad desde la independencia.
El espacio, bajo el nombre 'III Seminario Internacional sobre Calidad y Acreditación Universitaria en América Latina 2025', se celebra durante dos días en formato híbrido (de manera presencial y virtual). La tercera edición de esta iniciativa, impulsada por UNIR y la Universidad de Cartagena, con la colaboración de la Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN), el Sistema Universitario Estatal Nacional (SUE), el SUE Caribe y la Asociación Colombiana de Instituciones de Educación Superior (ACIET), ha contado con la cifra récord de más de 7.000 inscritos provenientes de más de un centenar de universidades, instituciones y organismos iberoamericanos, quienes han seguido el foro, vía streaming.
A la cita, denominada 'Calidad de la Educación Superior como instrumento de Internacionalización', han acudido además destacadas autoridades de las principales agencias evaluadoras de la calidad universitaria de la región, como la Fundación para el Conocimiento madri+d, de España; el Consejo de Educación Superior (CES), de Ecuador; el Instituto Nacional de Acreditación y Evaluación de la Educación Terciaria (INAEET) de Uruguay, la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES), y la Dirección General de Aseguramiento de la Calidad de la Universidad Bernardo O'Higgins (Chile); entre otras.
En numerosas mesas redondas, disertaciones y conferencias, los especialistas han ido abordando diversas cuestiones medulares en torno a la calidad y acreditación universitaria.
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