![Los abuelos también vuelven al cole](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/09/06/IMG20240905114119-RczBHrDZFtnis9fLDYXmFZN-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Con la llegada de septiembre, el bullicio escolar no solo afecta a niños y padres. En muchas familias, los abuelos juegan un papel fundamental, volviendo a experimentar la rutina escolar, pero esta vez desde otro rol: como cuidadores, apoyos y, en muchos casos, como los ... verdaderos héroes de la logística familiar. Es el caso de Toni y Amparo, dos abuelos que se encargan de cuidar a sus nietos, un niño de siete años y una niña de cuatro, ambos en el colegio Teresianas de Torrent.
Amparo explica cómo sus días giran en torno a los pequeños: «Por las mañanas su padre los lleva al colegio, y nosotros vamos al mediodía a recogerlos. Nos los traemos a casa a comer y aquí se quedan hasta que su madre viene por ellos». Esta rutina no es nueva para ellos; desde que sus nietos comenzaron su etapa escolar, han asumido un papel clave en la organización diaria de la familia. Pero lo hacen con cariño y devoción.
«Estamos de guardia 24 horas», dice Toni con una sonrisa, «a disposición de ellos, pero encantados». Esta disposición no se limita solo a las tardes. Los abuelos, como Toni y Amparo, también son los primeros en acudir si los niños se ponen enfermos o si hay algún imprevisto en la agenda de sus padres. «Cuando hace falta, ahí estamos. No tenemos horario», añade Amparo.
Este compromiso no nace del deber, sino del amor. Para ellos, cuidar de sus nietos es más una pasión que una obligación. Amparo lo expresa con claridad: «Es mucha devoción más que obligación la de cuidar de nuestros nietos». Y es que los momentos compartidos con ellos no tienen precio. Desde llevarlos al parque a jugar al fútbol, hasta verlos disfrutar en los columpios, cada tarde se convierte en una aventura en la que los abuelos se entregan por completo. «Somos la salvación de nuestros hijos», concluye Toni. Y no es una exageración. En muchas familias, los abuelos son el pilar que permite a los padres conciliar sus responsabilidades laborales y familiares. «Es una gran ayuda para nuestra hija, lo hacemos a gusto porque también lo vivimos cuando nuestros padres nos ayudaban a nosotros», añade.
El testimonio de Asunción, o Susi como la llama su familia, es otro ejemplo de este cariño y dedicación. Abuela de cinco nietos, de entre seis meses y seis años, Susi ha sido una presencia constante en la vida de los pequeños. «He cuidado del mayor, que tiene ahora seis años, desde que era pequeño. Prácticamente lo he criado yo. A veces recojo a todos, voy al colegio a por los mayores y a la guardería por los pequeños», explica.
Su rutina es intensa, especialmente los martes y jueves, cuando se encarga de recoger a los niños y pasar las tardes con ellos. «Los recojo, les doy la merienda, hacemos los deberes y luego jugamos hasta que llegan sus padres. Algunos también tienen actividades extraescolares y toca llevarlos a donde sea menester. Van a fútbol, a ballet, a inglés, a natación...», detalla. Susi, además, se prepara para una nueva aventura: «El mayor de todos juega ahora en el Valencia CF. Su madre ya me ha dicho que me prepare que tocará llevarlo a los partidos de fútbol».
Pese a la responsabilidad, Susi lo hace con alegría. «Es una responsabilidad cuidar de los nietos pero nunca una obligación. Es una alegría, igual que la que tenían nuestros padres cuidando de nuestros hijos». Sus tardes están llenas de juegos y risas, desde el dominó hasta las pinturas, y las noches a veces se transforman en sesiones de cuentos antes de dormir. Conchín y José Manuel, otra pareja de abuelos dedicados, sienten la misma emoción y responsabilidad en su rol de cuidadores. Su nieto, de seis años, acaba de empezar primaria, y sus abuelos confiesan estar «más nerviosos que él». «Lo queremos más que nada y nos preocupamos por él», señalan. Ellos están siempre listos para lo que haga falta, adaptándose cada semana a los horarios cambiantes de los padres del niño. «Estamos pendientes toda la semana», apunta José Manuel, y Conchín añade con una sonrisa: «Siempre estamos para lo que haga falta».
Su día a día gira completamente en torno a su nieto. Entre recogerlo del colegio, llevarlo al parque, jugar con él y acompañarlo a sus actividades extraescolares como natación, los días están llenos de momentos compartidos. Este año, además, su nieto empezará clases de música, lo que tiene a los abuelos emocionados por poder asistir a sus futuras actuaciones. «Nos encanta cuidar de nuestro nieto y pasar las tardes con él. Es lo más importante para nosotros», afirman.
María José, otra abuela comprometida, comparte la misma devoción por sus nietos. Con un niño de seis años y una niña de cuatro, ella organiza su día según los horarios de los padres, estando siempre disponible para recogerlos del colegio o quedarse con ellos por las tardes. «No tengo horario, siempre estoy disponible. Cuando me llaman, voy a la hora que sea», dice con naturalidad.
Su rutina con los niños está llena de cariño. «Cuando me los quedo al mediodía, el tiempo pasa volando. Llegan a casa, comen, ven un poco los dibujos y luego ya los llevo de nuevo al cole», cuenta María José. Las tardes son más largas, y se divierten jugando o pintando. «Les gusta mucho pintar», añade. Además, está siempre lista para llevarlos a sus actividades extraescolares. «Estoy empleada toda la semana, pero lo hago encantada. Con los niños se disfruta mucho, más que con los hijos. Son una alegría muy grande», señala con una sonrisa.
En España, el papel de los abuelos en el cuidado de los nietos se ha vuelto cada vez más relevante, superando ampliamente las cifras de otros países europeos. Según el estudio 'Abuelos y crianza. El papel protagonista de las personas mayores en el cuidado a la infancia' (Aldeas Infantiles, julio 2023), el 35% de los mayores de 65 años cuida a sus nietos varios días por semana, un dato que duplica la media de la Unión Europea, situada en un 14,9%. La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) añade que los abuelos españoles dedican, de media, seis horas diarias a esta labor, siendo un apoyo clave para las familias en un contexto de creciente dificultad para la conciliación laboral y familiar.
Estos estudios también destacan los beneficios emocionales y físicos de esta implicación para los abuelos. Un informe del Instituto de Mayores y Servicios Sociales revela que un 95% de los abuelos manifiestan sentirse más felices, útiles y rejuvenecidos al cuidar de sus nietos. Además, investigaciones como la dirigida por la psicóloga Sonja Hilbrand, publicada en la revista Evolution and Human Behavior, concluyen que aquellos abuelos que participan activamente en el cuidado de familiares o vecinos tienden a vivir más años. Sin embargo, los expertos subrayan la importancia de encontrar un equilibrio: aunque cuidar de los nietos mejora la calidad de vida, pasar demasiadas horas en esa labor puede generar estrés y, en casos extremos, incrementar el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.
La vuelta al cole es un momento clave en la vida de los niños, pero también en la de los abuelos que los cuidan. Ellos no solo son parte esencial de la vida cotidiana de sus nietos, sino que además les ofrecen un vínculo emocional profundo, lleno de amor y apoyo. Como señalan todos los testimonios, incluso cuando los niños no están, «ellos siguen siendo los protagonistas». Porque, al final del día, no hay nada más importante para unos abuelos que el bienestar de sus nietos.
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