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En un mundo donde la población envejece a un ritmo acelerado, la ciencia busca respuestas para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. ... Según estimaciones de la ONU, para 2030, una de cada seis personas tendrá más de 60 años, y el número de mayores de 80 años se triplicará para 2050. Este panorama plantea un desafío global: ¿cómo podemos garantizar un envejecimiento saludable y activo? La respuesta podría estar en los biomarcadores del envejecimiento, herramientas clave para medir y entender los procesos biológicos que determinan cómo envejecemos.
Un reciente estudio internacional, liderado por investigadores de la Universidad de Newcastle en el Reino Unido, ha reunido a expertos de todo el mundo para alcanzar un consenso sobre los biomarcadores más prometedores. Entre los participantes se encuentra el profesor Omar Cauli, director de la Cátedra de Envejecimiento Saludable, Activo y Participativo de la Universitat de València, quien ha sido reconocido como uno de los investigadores más influyentes del mundo según el prestigioso 'Ranking Stanford'. En una entrevista a LAS PROVINCIAS, el profesor Cauli explica la importancia de este estudio y sus implicaciones para la salud pública.
¿Qué son los biomarcadores del envejecimiento? Los biomarcadores del envejecimiento son parámetros medibles que reflejan el estado biológico de una persona, más allá de su edad cronológica. Según el profesor Cauli, «la edad biológica es un concepto relacionado con el estado funcional del cuerpo, que informa sobre el estado de las células, los tejidos, los órganos y los sistemas que lo componen». En otras palabras, mientras que la edad cronológica simplemente refleja los años vividos, la edad biológica evalúa cómo envejece el cuerpo a nivel celular y funcional. Estos biomarcadores permiten evaluar el impacto de intervenciones diseñadas para mejorar la salud en la vejez, como cambios en el estilo de vida, tratamientos farmacológicos o programas de ejercicio. Además, ofrecen una herramienta para personalizar tratamientos y predecir el riesgo de enfermedades relacionadas con la edad.
El estudio utilizó el método Delphi, una técnica científica que busca alcanzar consenso entre expertos mediante rondas de votación anónimas. «El anonimato es clave para evitar sesgos y garantizar que las opiniones de todos los participantes sean consideradas por igual», señala el profesor Cauli. En este caso, participaron 460 expertos internacionales, de los cuales 60 completaron las tres rondas necesarias para identificar los biomarcadores más relevantes.
El resultado fue una lista de 14 biomarcadores que abarcan diferentes áreas, desde moléculas inflamatorias hasta pruebas funcionales. Entre ellos destacan la interleucina-6 (IL-6) y la proteína C reactiva (hsCRP), que reflejan niveles de inflamación sistémica; el factor de diferenciación de crecimiento 15 (GDF-15), relacionado con el estrés oxidativo; y el factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1), que estimula el desarrollo de tejidos como músculos y huesos. También se incluyeron marcadores epigenéticos, como la metilación del ADN, y pruebas funcionales como la fuerza muscular, la velocidad de la marcha y el test Timed-Up-and-Go (TUG), que mide la movilidad y el riesgo de caídas.
Uno de los mayores desafíos del estudio fue integrar las perspectivas de expertos de diferentes disciplinas, desde biólogos moleculares hasta médicos y fisioterapeutas. Según el profesor Cauli, «los científicos más moleculares identificaron biomarcadores químicos presentes en nuestro cuerpo como los más útiles, mientras que los científicos más funcionales priorizaron pruebas físicas y cognitivas». Aunque estos enfoques pueden parecer opuestos, en realidad son complementarios, ya que reflejan diferentes aspectos del envejecimiento. Este enfoque multidisciplinar es esencial para abordar la complejidad del envejecimiento, un proceso que afecta a todos los sistemas del cuerpo de manera interconectada. «El consenso alcanzado facilita orientaciones para futuros estudios de investigación en el campo del envejecimiento», añade el profesor Cauli.
Omar Cauli
Investigador de la Universitat de València
Los biomarcadores identificados en este estudio tienen un enorme potencial para transformar la atención sanitaria y la vida de las personas mayores. Según el profesor Cauli, «estos biomarcadores permiten identificar parámetros objetivos de mejora del estado de salud de las personas mayores cuando realizan intervenciones que mejoran su salud». Por ejemplo, podrían utilizarse para evaluar la efectividad de programas de ejercicio en la mejora de la fuerza muscular o para monitorizar el impacto de una dieta antiinflamatoria en los niveles de IL-6 y hsCRP.
Además, los biomarcadores son fundamentales para la medicina personalizada. «Al identificar perfiles biológicos y funcionales únicos, se pueden adaptar los tratamientos e intervenciones para que sean más eficaces, maximizando así los beneficios para la salud», explica el profesor Cauli. Esto no solo mejora la calidad de vida de los pacientes, sino que también reduce los costes sanitarios al evitar intervenciones innecesarias.
El envejecimiento saludable es una prioridad global, y los biomarcadores juegan un papel crucial en este objetivo. Según el profesor Cauli, «la Organización Mundial de la Salud considera prioritarios un nuevo modelo sanitario basado en la integración y un cambio en la investigación hacia el mantenimiento de niveles funcionales óptimos y la personalización de los tratamientos». Los biomarcadores identificados en este estudio son herramientas clave para medir y alcanzar estos objetivos. Sin embargo, aún queda mucho por hacer. El profesor Cauli destaca la necesidad de seguir investigando para validar y mejorar los biomarcadores existentes, así como para desarrollar nuevos paneles que integren diferentes tipos de marcadores. «Encontrar un biomarcador compuesto o un panel de biomarcadores capaz de predecir cambios en la capacidad a lo largo de la vida es uno de los principales retos de nuestra sociedad en este siglo», concluye.
Los avances en biomarcadores no solo benefician a los individuos, sino que también tienen implicaciones para las políticas públicas y los sistemas de salud. «Los biomarcadores permiten una gestión más eficaz de los recursos sanitarios, al focalizar los tratamientos en las personas que más los necesitan y medir objetivamente los resultados. Esto es especialmente importante en un contexto de envejecimiento poblacional, donde los recursos son limitados», señala el profesor Cauli.
En este sentido, la Cátedra de Envejecimiento Saludable, Activo y Participativo de la Universitat de València, dirigida por el profesor Cauli, está a la vanguardia de la investigación en biomarcadores. Sus estudios han sido publicados en revistas científicas internacionales y han contribuido a avanzar en el conocimiento sobre el envejecimiento.
El estudio internacional sobre biomarcadores del envejecimiento representa un avance significativo hacia un futuro donde las personas mayores puedan disfrutar de una vida más larga y saludable. Gracias al trabajo de investigadores como el profesor Omar Cauli, estamos más cerca de entender los mecanismos del envejecimiento y de desarrollar intervenciones efectivas para mejorar la calidad de vida en la tercera edad. Este consenso no solo beneficia a los individuos, sino que también tiene implicaciones para las políticas públicas y los sistemas de salud, al ofrecer herramientas para una gestión más eficaz y personalizada de los recursos sanitarios.
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