Nacieron entre los años 1958 y 1975. Los hijos del baby boom en España, empezaron a cumplir los 65 entre 2023 y así será hasta ... 2040. Valencia acogió la IV Cumbre del BabyBoom. En ella, el referente en geriatría y gerontología en España, Rafael Sánchez-Ostiz, cogió el testigo de su antecesora en el cargo, Cintia Pascual, con honor y la responsabilidad que el cargo supone, como presidente del Círculo Empresarial de Atención a la Dependencia (CEAPS).
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En el espacio CaixaForum, en el que se registró un 105% de asistencia, se presentó un informe socioeconómico bajo el lema 'SOS por los cuidados', acerca de las que Sánchez-Ostiz profundiza para LAS PROVINCIAS. Nacido en Pamplona en 1962, es presidente desde 2015 de ANEA (Asociación Navarra de Entidades Asistenciales) y director de IDEA, entidad que desarrolla y gestiona diferentes centros y servicios, consultoría, I+D+i y formación especializada en el sector gerontológico y sector sanitario, desde su fundación en 2007.
Respecto a los desafíos más importantes, que también son urgentes, comenta Sánchez-Ostiz: «Ahora mismo tenemos grandes retos que tienen que ver con la calidad asistencial. Las expectativas sociales se van incrementando. Y nosotros, los centros, las empresas, tenemos que responder ante ello. La sociedad nos está demandando más: all colegio de nuestros hijos, la entidad bancaria o el restaurante de fin de semana exigimos más y esto lo vemos también en las residencias. Es decir, que tenemos una sociedad mucho más formada desde el punto de vista del consumidor y que exige más. Nosotros tenemos que incrementar esa calidad percibida que tiene que ver con el servicio que damos».
Doctor en Medicina por la Universidad de Navarra, especialista en Geriatría y Gerontología, cuenta con una dilatada trayectoria en el ámbito del envejecimiento y los cuidados de larga duración. Premio Nacional de Investigación en Gerontología (2006) y Premio Aster-ESIC al Mejor Emprendedor (2012), ha sido profesor asociado de Geriatría en la Facultad de Medicina y Enfermería de la Universidad de Navarra (2004-2018). Además, ha desarrollado proyectos pioneros en el sector de la atención a las personas mayores, como el Foro «Calidad de vida en personas de edad avanzada», Sánchez-Ortiz, desgrana el segundo de los retos que está relacionado con la atención socio-sanitaria: «Tenemos personas que tienen una complejidad, una pluripatología, varias enfermedades que les están provocando dependencia que no son más que las necesidades de cuidados en las actividades de la vida diaria como alimentarse, vestirse, ir al servicio, en definitiva, la higiene de esas personas». También reflexiona sobre cómo se deben cubrir esas necesidades sanitarias: «Siempre hemos defendido que las personas mayores, independientemente de donde vivan, tienen un derecho reconocido por la Constitución, que es mantener una sanidad universal, gratuita y de calidad, vivan en su casa o vivan en una residencia». Incide el experto en que, se ha demostrado que en las personas que hacen uso de las residencias no tienen «una atención sanitaria suficiente».
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Para hacer frente a estas situaciones es fundamental la prevención. Sobre todo teniendo en cuenta precisamente que desde el punto de vista cuantitativo, con la generación del baby boom, haciéndose 'mayor': «Las personas que hemos nacido en la década de los 60, nos vamos a jubilar y vamos a tener situaciones de dependencia, vamos a necesitar centros y servicios que presten esos servicios básicos, que cubran esa dependencia. Y cuantitativamente va a ser un número muy importante, en los cuales existe actualmente una carencia de plazas, tanto de residencias como servicios». Recuerda el experto que en los próximos años se va a incrementar exponencialmente esa necesidad de plazas y servicios.
Rafael Sánchez-Ostiz
Presidente del CEAPS
En 2020, con la pandemia del Covid-19 a nivel mundial y, en este pasado 2024, con la dana en el territorio valenciano, se ha demostrado que es necesario reaccionar en este sentido: «Las personas más frágiles son las que más sufren en este tipo de situaciones, y hay que hacer lo posible por revertir la situación». Y aquí comenta Sánchez-Ostiz que se debe prestar especial atención a la «infrafinanciación crónica», clave en estas situaciones: «El sistema no recibe los recursos económicos suficientes y el sistema de cuidado sufre por eso. Es decir, las necesidades son tan enormes que por mucho dinero que metas en el sistema, no llega a cumplir las necesidades. Esto es un hecho, un dato muy significativo es que España dedica al sistema de cuidados el 0,8% del PIB mientras la media europea está en el 1,6% y países nórdicos están por encima del 2% del PIB. Somos de los últimos de la clase. Con lo cual, podemos hablar de calidad asistencial, podemos hablar de innovación, podemos hablar de atención central a la persona, podemos hablar mucho…».
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La tecnología se ha puesto al servicio de la sociedad, también de las personas mayores, con multitud de aplicaciones y distintos robots que mejoran la vida de los más grandes, sin embargo, sin inversión, no hay evolución. Porque se debe recordar, tal y como apunta Sánchez-Ostiz, que no es un gasto para el país: «Los recursos son rentables, porque en este sector los recursos que pones encima de la mesa están generando puestos de trabajo, que a la vez generan una riqueza al sistema, desde el punto de vista de cotizaciones sociales y derechos de trabajadores».
Siguiendo con los retos a los que se deberá hacer frente, el experto incide en las diferencias que hay de coste, por ejemplo, en las plazas de residencias en las distintas Comunidades Autónomas. Para finalizar, aunque no menos importante, pone en el foco la Ley de Dependencia que se aprobó en 2006 y su última modificación. «Esta ley tiene 20 años que ha tenido sus luces y sus sombras, al menos se ha puesto como uno de los pilares del estado de bienestar. Hay una serie de modificaciones, por ejemplo, que se flexibilizan los servicios, como el asistente personal, se eliminan incompatibilidades. O sea, se puede recibir una ayuda para atención domiciliaria y trabajar, por ejemplo, pero existen también algunas dudas, por ejemplo el hecho de desprofesionalizar la atención, eso hace que el cuidador no se profesional, algo que a priori puede llegar a ser bueno pero es que también tiene muchísimos riesgos porque no no controlas la prestación del servicio, no sabes realmente si la atención que se da es adecuada porque los sistemas de inspección no van a inspeccionar en tu casa cómo cuidas a tu abuelo. Y eso es un riesgo. Eso es un riesgo que la ley primera se priorizaba la profesionalización de los cuidados», concluye.
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El CEAPS es la mayor asociación de atención a la Dependencia de España, integrada por las patronales mayoritarias en sus respectivas CCAA del sector de la promoción de la autonomía personal y atención de personas mayores y dependientes, lo que la convierte en el máximo referente estatal, con una representatividad del 60%, cerca de 200.000 plazas residenciales, más de 180.000 trabajadores y 370.000 plazas y servicios en centros de día y teleasistencia, que aportan las respectivas patronales territoriales y las empresas de ámbito nacional.
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