Confundimos moda con tendencia pero no son lo mismo. Una moda es ese modo o costumbre que está en boga durante algún tiempo o en un determinado territorio como un país. O al menos así lo define la Real Academia Española. Una moda nos proporciona ... una instantánea y mágica alegría momentánea que, viene precisamente de saber que es efímera y fugaz. Disfrutamos de una moda porque nuestros amigos están también en ella. Sin embargo, una tendencia tiene bien poco que ver: satisface una necesidad humana diferente. O así lo explica la RAE. Una tendencia gana poder con el tiempo porque no es solo parte de un momento y ya. Es mucho más, es una herramienta, un conector que va a ser más valioso a medida que otras personas se comprometen a participar en ella. Por ejemplo, el llamado divorcio gris, entendido como una propensión o inclinación en las personas y en las cosas hacia unos fines... como el de divorciarse. Divorciarse a los sesenta es una tendencia y no una moda.
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Así lo señalan expertos consultados por LAS PROVINCIAS en un proceso, el divorcio, que es bastante común en nuestro país. Esto no es una moda pasajera. «Consideramos que no puede hablarse de moda como tal el hecho de separarse o divorciarse a partir de los 50 años de edad o más», explican desde el bufete Íñiguez y Velázquez, de Valencia, y añaden que «más que una moda, lo consideramos una tendencia, pues el hecho de divorciarse se ha convertido en una realidad cotidiana». Un informe del Instituto Nacional de Estadística revela que en España hubo en 2022 81.300 divorcios y sitúa a la Comunitat como la cuarta región con más separaciones, con 10.119 contando nulidades, separaciones y divorcios. Los últimos datos del INE aclaran que el mayor número de divorcios entre cónyuges de diferente sexo tiene lugar en la franja de edad entre 40 y 49 años, tanto en hombres como en mujeres y añade que el 32,4% de los divorcios se produjeron después de 20 años de matrimonio o más. Son el grupo predominante mostrando que, cuantos más años casados, más probabilidades hay de separarse.
No era habitual ver en el pasado aquello de separarse de mayores, donde los matrimonios se cristalizaban a edades impensables hoy en día: jóvenes de veintipocos años o incluso bordeando la mayoría de edad se daban el 'sí quiero' bien temprano. Según se viaje atrás en el tiempo las edades van bajando. Las cosas han cambiado mucho con el paso del tiempo y ahora es cada vez más habitual separarse. Y, además, lo más tarde posible. Qué paradoja que el siglo pasado la gente se casara cada vez y ahora, muy poco a poco, rompen bien tarde. ¿Y por qué ahora esa realidad cotidiana de la que hablan los juristas y no en un pasado reciente? ¿Qué ha cambiado desde entonces?
Un avance en la mentalidad –aperturista– de la sociedad puede dar pistas. «Vemos como la gente de cierta edad le «ha perdido el miedo al qué dirán«, entre otras cosas», confiesan los expertos citados a raíz del análisis de situaciones que se encuentran en su día a día. Situaciones, por cierto, que escasean. No hay multitud de casos de divorcios a los sesenta años y en adelante, según explica la psicóloga Ana Torres, que se encuentra bastantes pacientes que se separan «a los 45 o 50 años».
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La importancia de conocer tus derechos
«Los sesenta no es una edad muy común para separarse, tengo casos de edades algo más jóvenes, sobre todo cuando los niños empiezan a tener cierta independencia. Tengo perfiles de crisis de los 50 pero no mayores», explica la psicóloga tras consultar con compañeros de profesión que tampoco ven en su día a día ese perfil senior. El documento del INE la apoya: en el 51,2% de los divorcios en España (más de la mitad) entre cónyuges de diferente sexo había hijos menores sobre los que otorgar la custodia. Otro de los motivos por los que cada vez más 'boomers' se animan a separarse es el aumento del conocimiento de la legalidad y de sus derechos. Es decir, sus aptitudes didácticas han aumentado. «Se ha socializado también el hecho de que las personas mayores con cierta edad, que se divorcian, conocen que tienen derechos que van a poder ser reconocidos en los tribunales», recalcan desde el bufete de abogados.
Citan, incluso, alguno de estos derechos que juegan un papel clave para animarse a divorciarse: «Entre otros, las Pensiones de Alimentos y la Pensión Compensatoria, las cuales se conceden según las circunstancias de cada uno, en función de las necesidades del que la recibe y las posibilidades económicas del que la da, entre otras cosas, así como la atribución del uso de la vivienda etc.» Destacan que, «son conceptos que hoy en día todo el mundo conoce en mayor o menor medida» y recuerdan que la situación ha cambiado y mejorado con el tiempo: «No como ocurría hace unos años atrás, que había algo más de desconocimiento».
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Mujer cada vez más independiente
Los expertos consultados son claros y no desvelan directamente los motivos por los que sus clientes se separan. Se limitan a dar pistas porque, en su trabajo, simplemente se centran en «la voluntad de cada cónyuge» cuando alguno de estos decide separar caminos. Se alejan de historias personales y cotilleos. «Debido a que no se requiere acreditar ningún motivo para poder divorciarse, el abogado no indaga en cuales son las razones que les llevan a divorciarse pero intuimos que la sociedad ha evolucionado y a todas las edades han llegado los aires de libertad del individuo, que se exteriorizan en todos los ámbitos de la vida», apuntan. Sin embargo, si que insisten en los avances de una sociedad que persigue la igualdad y recalcan el creciente papel de la mujer. «Entendemos que a que se separe cada vez más gente mayor también ha contribuido la mayor independencia económica de la mujer», señalan desde el bufete Íñiguez y Velázquez. Queda todavía trabajo por hacer en la lucha por la igualdad pero parece que cada las mujeres se atreven más a tomar su propio camino y a ser independientes.
«Lo que sí se observa es que a los matrimonios con una duración larga, sí les preocupa bastante que, junto al divorcio, una vez firme la resolución que declara disuelto el régimen económico matrimonial, se realice la liquidación del Régimen Económico-Matrimonial, normalmente la Sociedad de Gananciales», añaden estos expertos. De hecho, en más de la mitad de los divorcios en España –el 55,3%– se asignó una pensión alimenticia. El apartado material siempre juega un rol determinante, como en cualquier situación de la vida y en cualquier época de la historia. Nunca cambiará. Desde el bufete valenciano añade que «teniendo un patrimonio ya dividido, les va a resultar mucho más fácil poder rehacer su vida, en su caso. Este procedimiento es bastante similar a la liquidación, partición y adjudicación de herencia y se puede realizar de forma judicial o extrajudicial, siendo que cualquiera de ellos lo puede solicitar».
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