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Vicente, Merche, Pepe, Virtudes, María Ángeles, Pedro y Voro en las paellas de la falla. LP

Falleros d'Or i Brillants

Los más veteranos custodian la memoria de las comisiones y apuntan: «A mí me gustaban más las Fallas de antes, ahora se ha ido un poco de las manos»

H. E.

Valencia

Lunes, 18 de marzo 2024, 00:52

Pepe y Lola ya superan los ochenta. Lola mueve el cubilete y Pepe se fuma un cigarro, sentado en una silla plegable apoyada sobre la ... pared. Las paellas del domingo fallero han terminado después de un fin de semana de mucho jaleo. El jolgorio ha tomado la calle. La mayoría de los jóvenes de la comisión recogen y ayudan a guardar trastos. Empieza a caer la tarde y es hora de irse a casa que al día siguiente se trabaja y hay colegio.

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Mientras Pepe vigila el cotarro, Lola le da al cubilete del parchís junto a Merche, María Ángeles y Virtudes. Este año se han comprado una sudadera chillona color blandiblú y se han grabado en la espalda «Las chicas de oro». Todas son abuelas. Sus hijos e hijas están en la falla y sus nietos, también. Ahora están para ayudar en lo que puedan, han pasado el relevo a los que vienen detrás. Las fallas no dejan de ser ciclos: los que se van por los que entran. Hay desde recién nacidos a nonagenarios.

La comisión Peset Aleixandre-En Guillem Ferrer está cosida por generaciones. La mayoría es gente del barrio que ha mamado las Fallas desde la etapa infantil, familias enteras que han ido incorporando descendientes y parejas políticas.

Las chicas de oro de la falla Peset juegan una partida de parchís.

Pepe cumple este año 84 años. Es fallero y del Valencia Club de Fútbol. Ha sido presidente de la comisión durante diez años, en periodos alternos. Hace unos años ya le rindieron un homenaje por veterano. Añora las Fallas de antes. «Me gustaba más la fiesta de hace unos años. Ahora se ha ido un poco de las manos porque la gente piensa más en otras cosas. Se ha perdido un poco la esencia del monumento. Ves fallas plantadas en algunos lugares que son bastante flojas», apunta con cierta melancolía.

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Está orgulloso de su mandato y recuerda el nivel de las verbenas que impulsó en la comisión: «Aquí han tocado las mejores orquestas». En las comisiones, los más mayores acumulan el relato, la historia de una falla como esta que se fundó en 1957. Muchos forman parte del recuerdo, pero los que siguen anclados en la comisión participan de la fiesta pero a una marcha inferior. Pepe ya no sale en la Ofrenda a la Virgen pero si puede se acerca junto a su esposa a ver pasar a su gente que entra a la plaza de la Virgen por la calle del Miguelete. Virtudes, en cambio, sí que sale en la Ofrenda. Cumple 74 años en plenas Fallas. «Quiero salir en la Ofrenda hasta que el cuerpo aguante», apunta mientras mueve el cubilete. Ella junto a Lola, Merche y María Ángeles son las campeonas del parchís en la falla. En esas chicas de oro hay falleras mayores, madres y abuelas de falleras mayores.

Voro es otro de los históricos, al igual que Pedro y Vicente. Luce delantal porque se ha encargado de hacer la paella. En todos los grupos es importante que cada uno asuma un rol. Desde el que echa el arroz hasta la que va al horno a comprar lionesas. Todos han vivido otras fallas, menos ruidosas y más familiares. Fiestas sin carpa, sin limitadores de sonido y con despertàs, las que gestionada el señor Diego, uno de los falleros más longevos en la comisión y que todavía hoy se recuerda en las tertulias. También hay artistas falleros jubilados, como Pepe Henche, que es el que maneja la logística de la plantà y cremà del monumento.

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En todas las comisiones hay falleros d'or i brillants, que llevan toda la vida haciendo falla. En la mayoría de los casos han adoptado un perfil más anónimo, de segunda fila pero siguen siendo tan importantes como antes.

El censo fallero en 2023 suma 103.000 miembros, de los que muchos de ellos son históricos, gente veterana que luce ya todas las recompensas que otorga la Junta Central Fallera. En muchas ocasiones, ellos son los culpables de que el número de integrantes siga aumentando año tras año y que las fallas renueven a sus comisiones con nuevas generaciones.

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