Jugadores de birles en el momento de lanzar el motxo. DAMIÁN TORRES

Los abuelos guardianes de les birles, los bolos a la valenciana

Los jubilados de Benicalap quieren recuperar la liga interbarrios, que frenó la pandemia, de un juego que se remonta a la etapa musulmana

Lunes, 17 de junio 2024, 00:24

Les birles se pueden resumir, simplificándolo todo mucho, como los bolos a la valenciana. Ahondando en un juego cuyo origen se remonta al siglo XII, en la Valencia musulmana, y que aparece referenciado en el libro de Jaume Roig 'L'Espill', su mecanismo es algo ... más complejo y, sobre todo, diverso. No hay un único sistema de puntuación ni sistema de lanzamiento. Como en otras modalidades tradicionales -sin ir más lejos la pilota, que tiene numerosas variantes-, existen diferentes formas de lanzar y varios modos de puntuación.

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El denominador común es que hay seis birles -talladas en madera de pino, roble, naranjo- y tres motxos, esto es, otras tantas oportunidades de lanzar. Hay que dejar una birla en pie para puntuar. Y otro aspecto global es que este juego valenciano es mantenido principalmente por las agrupaciones de jubilados de los barrios de Valencia y en algunas poblaciones. En la capital del Turia incluso hubo una competición interbarrios. «Empezaba en octubre y se extendía hasta principios de junio. Eramos unas 15 o 18 personas, cada semana se disputaba en un barrio», explica José Antonio Pérez, de Torrefiel.

«Había un chico de Llíria que venía y hacía como de juez, que llevaba las puntuaciones, que no te creas que es una labor sencilla», continúa: «Luego había una picaeta… pasabas la mañana. Íbamos por los barrios, algunos pillaban más cerca y otros requerían más esfuerzo para desplazarse». Pero se mantenía la ilusión en torno a un juego tradicional que se intenta fomentar también en algunos centros escolares.

Con el Covid-19 se paralizaron numerosas actividades y eventos, algunos de los cuales aún no se han retomado. «Aquí seguimos jugando todos los miércoles y nuestra intención, junto a otros centros, es recuperar esa liguilla», señala Luis Muñoz, presidente de la asociación de jubilados de Benicalap. A punto de cumplir los 80 años (en agosto), es inspector de policía retirado y profesor de tiro. Asegura que esta actividad le ha servido a la hora de jugar a birles, y también a petanca, modalidades que no había practicado nunca hasta que cesó de su actividad laboral. «He utilizado la táctica del tiro, un disparo es una obra de arte porque tienes que aguantar la respiración, el arma, controlar el blanco y el punto de mira… y que suavemente te sorprenda el disparo», explica.

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Vicent García, conocido en el mundo de las carreras populares por impulsar el Circuito de Valencia junto a Joxe Fernández, precisamente ha concluido su etapa laboral. Pertenece a la agrupación de Benicalap, que en la segunda quincena de mayo celebró su semana cultural. Ahí les birles tuvieron una importante presencia en el programa. La intención de esta asociación es mantener este juego tradicional en su barrio y recuperar el interbarrios en los próximos meses. Para ello, Luis Muñoz y el resto de la directiva han implicado a Vicent García. Porque a día de hoy estos bolos a la valenciana que han sobrevivido durante casi nueve siglos se tambalean como consecuencia del azote de la pandemia.

Los jugadores colocando les birles; José Antonio y Fernando, de Torrefiel; y detalle de les birles. DAMIÁN TORRES

Es un gran reto reunir a los jubilados de Valencia juegan a birles pero que han perdido la costumbre de competir entre barrios, y también implicar a los que estaban en activo antes de la pandemia. También ayudaría que, como en la anterior etapa, se repitiera el respaldo de la Fundación Deportiva Municipal. Ahora lo importante es empezar a dar pasos y no parar de nuevo. El día de la competición de la semana cultural de Benicalap se avisó a otras agrupaciones. Acudió José Antonio junto a Fernando, también de Torrefiel. El torneo era interno, y al finalizar ellos demostraron su gran precisión, por lo que si se retoma el torneo entre agrupaciones, va a estar más que reñido. «¿Que cómo comencé a jugar a birles? Pues cogiendo el motxo y lanzándolo», bromea. Recuerda la implicación que había entre los participantes en esa liga. Y cómo fueron ellos mismos los que la salvaron en una ocasión. «El chico que llevaba el torneo se quedó en el paro. Venía de fuera de la ciudad, y acordamos entre todos recoger algo de dinero, para que tuviera al menos para el combustible y que no nos dejara, que no es fácil llevar las cuentas del campeonato», recuerda.

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Mediado 2024, el reto es recuperar aquella estructura. Con gente que ya estaba antes de la pandemia y con personas que se han ido sumando. Porque en lo que se refiere a los jubilados, se suele ser estricto: quien no tiene el carné, no puede participar en la competición. Esto lo experimentó José Antonio: «Me dejaban tirar pero hasta que me jubilé no me dejaron entrar al torneo». Porque hay piques. Unos y otros alardean de su mecánica para lanzar el motxo, que lo cierto es que tiene su arte tirar desde más de ocho metros de forma que, en un máximo de tres intentos, se tumben las cinco birles menos una. «Había competiciones de grupos e individuales. Yo gané una con 70 personas… aunque ahora ya… la edad no perdona», lamenta Luis Muñoz. Pero ahí sigue, al pie… del motxo.

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