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J.A.L.
Lunes, 10 de marzo 2025, 00:35
Las últimas reformas no logran reequilibrar el sistema de pensiones, cuya sostenibilidad sigue siendo discutible: esta frase resume el parecer al respecto de dos expertos ... valencianos, los profesores Enrique Devesa y Roberto Meneu, y se inscribe en un estudio donde advierten de que el modelo español, en su actual configuración, merece una profunda revisión. A su juicio, «los resultados de las reformas realizadas desde 2020 han sido insuficientes». También alertan de que «las previsiones a 25 y 40 años arrojan un escenario que hay que empezar a corregir». En consecuencia, principal conclusión: «Para garantizar la sostenibilidad, urgen reformas que incluyan la adopción de mecanismos de ajuste automáticos vinculados a la esperanza de vida y al crecimiento económico del país».
Devesa y Meneu son dos reputados especialistas en el ámbito económico. El primero, como profesor de la Universitat de València (UV) e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE); el segundo, director del Departamento de Matemáticas para la Economía y la Empresa en la Facultad de Economía de ese mismo campus. Ambos firman el estudio encargado por el Instituto de Actuarios Españoles (IAE), un trabajo del Observatorio Actuarial de Previsión Social del CIAE que dirige Gregorio Gil de Rozas, que arroja unos resultados inquietantes: crece el desequilibrio entre el valor actual de los ingresos por pensiones que una persona recibe a lo largo de su jubilación y el valor actual de las cotizaciones que ha realizado durante su carrera laboral para jubilación. Una ratio que se deduce de un cálculo matemático: el llamado Factor de Equidad Actuarial (FdEA) que, en el caso de ser mayor que 1 «muestra un modelo de pensiones de jubilación generoso en el que las prestaciones superan a las cotizaciones efectuadas a nivel individual» y que ha pasado de 1,55 en 2020 a 1,62 en 2025.
Se trata de un factor que los dos estudiosos valencianos prevén «que siga incrementándose, lo que hace augurar unas consecuencias devastadoras a futuro para el indicador de sostenibilidad actuarial, alcanzando el 2,14 en 2045 y el 2,20 en 2065». «El desequilibrio entre lo aportado y lo recibido dentro del sistema de pensiones español no ha dejado de empeorar en los últimos cinco años», avisan Devesa y Meneu, que añaden más datos sombríos parara dibujar un horizonte muy preocupante: «Este aumento sistemático del FdEA a lo largo del tiempo y sin atisbos de frenada evidencia un creciente desequilibrio entre cotizaciones y prestaciones». No sólo esta frase encarna una autorizada voz de alarma. También opinan sobre la creciente insostenibilidad del sistema, «que implica que las pensiones futuras no estarán suficientemente respaldadas por las cotizaciones presentes, generando presiones sobre las finanzas públicas o la necesidad de hacer importantes reformas estructurales».
Enrique Devesa y Robert Meneu
Profesores de la UV
Gil de Rozas también observa que «si bien es cierto que respecto a 2020 las reformas han reducido la generosidad del modelo en algunos casos, especialmente en trabajadores con carreras laborales cortas o jubilaciones anticipadas, no han logrado contrarrestar el impacto del envejecimiento y el menor crecimiento económico esperado». Un dictamen que Devesa y Meneu completan con su propio parecer: el primero entiende que el aumento del FdEA refleja un problema estructural del sistema público de pensiones«. A su juicio, »para que una nueva reforma del sistema de pensiones fuera efectiva en términos de sostenibilidad financiera y equidad en la distribución de los esfuerzos debería contener mecanismos de ajuste automáticos ante cambios en el crecimiento económico a largo plazo y en la esperanza de vida, como han hecho en otros países de nuestro entorno».
Meneu por su parte añade un matiz iluminador a la foto de conjunto sobre este particular: mientras se implanta el mecanismo de ajuste que esgrime Devesa, «el sistema de pensiones seguirá necesitando cada vez mayores transferencias del Estado para mantener un nivel de generosidad creciente con los años». Sus conclusiones son taxativas: con la publicación sistemática de ratios como el FdEA y la existencia de mecanismos automáticos de reequilibrio, »el sistema ganaría en transparencia y corresponsabilidad social, preservándose así la esencia del más importante logro de las sociedades modernas en un marco de consenso cada vez más deseable«.
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