Jubilados de élite en Valencia: «Me considero una privilegiada»

Ana, una pensionista que disfruta de su merecido retiro luego de una larga trayectoria laboral, reflexiona sobre sus condiciones de vida: es una de las 30.000 personas que en la Comunitat cobran pensiones en el entorno de los 3.000 euros mensuales

Lunes, 4 de diciembre 2023

Ana forma parte de los 30.000 valencianos que cobran los 3.059 euros de pensión máxima. Es una cifra aproximada pero bastante orientativa de qué significa en términos globales ese segmento de la población, los llamados jubilados de élite. ¿Desayuna fuera de casa ... o se prepara el café cada mañana? ¿Tiene un smartphone de última generación o se conforma con un teléfono que llame y reciba llamadas? ¿Se compra ropa nueva cada poco o tira de trapos? En la edad de retiro surgen dilemas sobre si toca disfrutar lo ganado con sudor a través de algún capricho, si hay que guardar para las generaciones que vienen o si se debe tender la mano -económicamente hablando- a hijos y nietos si pasan por apuros.

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¿Qué hacer con más de tres mil euros al mes cuando los setenta empiezan a asomarse? ¿En qué gastar una cifra tan generosa? Hay quien los llama afortunados y hay quien los bautiza como perseverantes pero, lo cierto, es que los 'jubilados de élite' o pensionistas de alto nivel son una minoría en nuestro país. Esta especie en peligro de extinción, que representa menos del 5% de los pensionistas nacionales– percibe el tope máximo de retiro tras la última subida de un 8,5% hasta acumular los 42.000 euros anuales. «Un jubilado de élite es alguien a quien le ha ido bastante bien en la vida. Percibe una cantidad así para no reducir drásticamente su nivel de vida», resume Alfredo Hernández, vicedecano del Colegio de Economistas de Valencia.

«Tengo un teléfono normalito que me va muy bien, no me hace falta más. Veo a muchos jóvenes con un iPhone que tarda mucho en pagarse. Para mí, el móvil es un instrumento de ocio porque paso mucho tiempo en Facebook», relata Ana, de 70 años. Otra actividad de ocio en su rutina era comer y cenar fuera pero, con la llegada de la pandemia y la desbocada subida de precios, esto cambió. «Ahora hago menos vida social con mi marido, antes salíamos varias veces por semana y ahora se nota mucho el ahorro si cocinamos en casa», reconoce. La mayor parte de su tiempo libre lo pasa cara a plataformas audiovisuales como Netflix, HBO o Amazon Prime: «Es lo que mejor me sale de precio y mi mayor pasatiempo, ver series y películas». «Con la edad, cada vez hace falta menos ropa así que me compro muy pocas cosas y siempre suele ser en época de rebajas», explica esta pensionista valenciana acerca de sus gastos cotidianos. Ana también desvela que es una habitual en la Sanidad privada: «Es verdad que en la familia nos acostumbramos pronto y, desde hace tiempo, nos lo podemos permitir por suerte».

Unos pocos privilegiados

Para calcular la pensión máxima –desmedida para algunos– se mantiene la fórmula que computa el tiempo cotizado: al menos 38 años y por la base máxima durante los 25 previos a la jubilación. La paga mínima de jubilación para un titular con 65 años y cónyuge a cargo tiene un importe de 965,8 euros y la pensión media al cierre de enero ascendía a 1.189,12 euros. Es inevitable reflexionar si un jubilado de élite se embolsa demasiado: «Me considero una privilegiada, y más viendo como están las cosas hoy en día, creo que nos pagan bastante y más si lo comparas con la pensión de muchas de mis amigas», reconoce Ana.

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El caso de Ana es, por tanto, fruto de una larga carrera que arrancó a los 16 años echando una mano a su padre recogiendo naranjas en el campo. Aquel humilde jornal se incrementó cuando cambió la huerta por la capital para trabajar en una sucursal bancaria en Valencia, donde acumuló varias décadas de duro esfuerzo. El perfil tipo de la gran parte de los jubilados de alto nivel es el de funcionario o trabajador de la Administración Pública aunque en la Comunitat abundan aquellos que desarrollaron su trayectoria profesional en grandes empresas como Consum o Mercadona y, ahora, perciben más de 40.000 euros anuales de retiro. «Estamos hablando de gente que antes, fácilmente, podía ganar el doble», ejemplifica Alfredo Hernández.

Ana / Jubilada valenciana

«Creo que nos pagan bastante bien y más comparado con lo que cobran mis amigas»

El vicedecano del Colegio de Economistas de Valencia destaca que mantener el estilo de vida al que uno se ha acostumbrado durante décadas justifica que se perciba una pensión tan elevada a pesar de que muchos no lo vean justo: «Creo que no tiene mucho sentido haber ganado 80.000 euros al año, por decir una cifra, durante mucho tiempo y luego tener que vivir con 20.000. Tu estilo de vida ya tiene unos condicionantes». La mayoría de asalariados de alto nivel –que es la expresión que emplea el experto para denominar a este selecto grupo– a nivel nacional provienen del sector del carbón, donde se congregan cerca de 16.000 pensiones máximas, muchas de ellas en el norte de la Península por la gran tradición minera.

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Hernández demuestra la difícil situación de los autónomos: «Representan sólo el 1,78% del total de jubilados de alto nivel, es una cifra muy pobre». Cree que el problema de fondo es la «masa estable de tres o cuatro millones de parados que no cotizan» y apuesta por una reforma «en profundidad del sistema de pensiones y del laboral ya que hay 20 millones de cotizantes y 10 millones de pensionistas». Cuadrar estas cuentas no es tarea fácil. Tampoco lo es saber en qué invertir 3059 euros cada treinta días.

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