Mª Carmen Climent entrega una notificación a una vecina. LP

La labor de los carteros rurales en el siglo XXI, el hilo con la población más envejecida

Han dejado de ser el transmisor de noticias a través de la carta postal a ser una entidad ambulante para poder hacer gestiones diarias

B. González

El Genovés

Martes, 11 de febrero 2025, 00:45

El cierre de sucursales bancarias en los últimos años ha sido palpable en todas las poblaciones, pero se ha cebado especialmente con las ubicadas en zonas rurales, donde, con suerte, se ha mantenido un cajero automático. Una solución que no es válida para municipios donde ... más del 50% de la población es mayor y se enfrentan a la brecha digital en un mundo cada vez más digitalizado, con trámites y servicios que sólo se prestan online, sin el acompañamiento de una persona.

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Aquí es donde cobra importancia la figura del cartero rural. Ha evolucionado de ser un simple repartidor de cartas a convertirse en un «banco ambulante» para realizar gestiones y ayudar a esas personas a hacer frente a los desafíos de la era digital

Así, el cartero o la cartera vuelve a ser una persona clave en poblaciones pequeñas. Si en el siglo XX era esperada con entusiasmo ante la llegada de noticias, vía misiva, de familiares que emigraron a otros puntos de España y el extanjero, en el siglo XXI se ha vuelto a convertir en figura clave para ayudarles a realizar gestiones, para que no tengan que desplazarse y puedan tener un trato personalizado.

Eso lo sabe muy bien Mª Carmen Climent. Es cartera desde el año 2008 en El Genovés, en la comarca de la Costera. Si bien en este municipio, de cerca de 2.900 habitantes, aún quedan varias sucursales bancarias, el servicio de atención al cliente se ha reducido a varios días en semana. Y ahí es donde entra Mª Carmen. Con su PDA(un ordenador de bolsillo) se convierte en una oficina ambulante en la que los vecinos, desde la puerta de su casa, pueden pagar recibos; entregar o recibir paquetes; realizar operaciones bancarias, incluso recibir dinero en efectivo (con el servicio de Correos Cash) o conseguir los distintivos de la DGT.

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Arriba, Mª Carmen atiende a una cliente en la oficina. Sobre estas líneas, en su recorrido por el mucipio entregando paquetes, notificaciones y alguna que otra carta. LP

Mª Carmen también ha tenido que reconvertirse y hacerse a las nuevas tecnologías que ahora son su principal herramienta de trabajo. En la oficina física está una hora. «Con la PDA podemos hacer cualquier gestión en la puerta de casa. No es necesario ni que vengan a la oficina», subraya.

Reconoce que a los mayores les está costando estos cambios. «No entienden por qué ya no se les da un recibo físico y la mayoría no cuentan con correo electrónico por lo que acuden a los hijos. Vienen con la dirección de email en un papelito escrito», explica. También les cuesta entenderse con las aplicaciones, cada vez más necesarias para muchos servicios, especialmente los bancos, porque temen equivocarse y meter la pata.

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No obstante, para estos clientes menos «digitales» y a los que no les convencen ni los cajeros automáticos ni las aplicaciones móviles, Correos ofrece la posibilidad de realizar ingresos y retiradas de dinero en efectivo de su cuenta corriente presentando su documento de identidad e indicando los datos de su tarjeta bancaria o IBAN.

Todos estos nuevos servicios que prestan los carteros rurales aún no son muy conocidos, a pesar de campañas y buzoneo de folletos que Correos ha realizado, porque las personas mayores no están al tanto tampoco del argot digital. Pero una vez que lo saben y comprueban lo cómodo que es para ellos y lo que les facilita las gestiones diarias, lo agradecen.

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«Ayer mismo me dijo un cliente que tener una oficina era un lujo. Sin tener que desplazarte, buscar aparcamiento o hacer colas, tener el trato tan personalizado», subraya Mª Carmen, quien apunta que incluso cuenta con el teléfono de muchos vecinos del diseminado, la zona de Alboi, para avisarles cuando llega algún paquete o alguna notificación.

Es por ello que la labor que realizan los carteros rurales va más allá de un mero trabajo, es una labor social porque no sólo contribuyen a fijar a la población nativa digital, sino que ayuda y facilita la vida a las generaciones analógicas.

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