Cuando se planifica la jubilación, nuevos pensamientos inundan la mente. Es una etapa de la vida inédita que viene acompañada de mucho tiempo libre que conviene meditar cómo llenarlo. Se piensa, por supuesto, en nuevos pasatiempos y costumbres pero sin descuidar el apartado económico. En ... este sentido, si bien es cierto que, por ley, vamos a disponer de una pensión, la cuantía de la misma puede no ser la adecuada –o ser insuficiente– para mantener el nivel de vida que se desee. Una de las opciones más habituales a la hora de complementar esta pensión de jubilación –y conservar así el nivel de vida– es apostar por los planes de pensiones. Se trata de un producto de ahorro a largo plazo con un objetivo principal: generar un ahorro del que disponer cuando llegue la jubilación en forma de capital o de rentas.
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En esencia, un plan de pensiones se basa en las aportaciones periódicas o puntuales que realiza el partícipe, que son invertidas por los gestores del plan, siguiendo unos criterios de rentabilidad y riesgo previamente establecidos en la política de inversión del plan. De esta forma, a la hora de rescatar su plan de pensiones, el titular obtiene una cantidad de dinero en base a las aportaciones que ha ido realizando y la posible rentabilidad obtenida. Los usuarios tienen total libertad para decidir la cantidad y la periodicidad a la hora de ingresar sus ahorros en este producto financiero. Existen algunas claves que conviene tener en cuenta para sacar el máximo rendimiento a la capacidad de ahorro, sobre todo en estos días decisivos: a punto de acabar el año y de realizar las aportaciones correspondientes a 2023.
Hay que recordar que la Ley 22/2021 de Presupuestos Generales del Estado para el año 2022 redujo, por segundo año consecutivo, el límite de aportaciones anuales a planes de pensiones individuales, pasando de 2.000 euros a 1.500 euros. El total de las aportaciones y contribuciones empresariales anuales máximas a los planes de pensiones regulados no pueden exceder, por tanto, los 1.500 euros. Este límite, sin embargo, se incrementará en 8.500 euros adicionales siempre que tal incremento de aportaciones se realice a un plan de pensiones de empleo.
Las fuentes consultadas para este reportaje alertan de que existe cada vez una mayor concienciación social de la importancia del ahorro a largo plazo. En un entorno en el que las pensiones públicas de jubilación tendrán una tasa de reemplazo que irá progresivamente a la baja, se hace más importante que nunca contar con un complemento de ahorro a la jubilación. Esta tasa de reemplazo o tasa de sustitución es el indicador del grado en que un sistema de pensiones logra su principal cometido de sustituir las rentas de la etapa en activo de un trabajador manteniendo un poder adquisitivo lo más elevado posible en la etapa de jubilación. De sus sugerencias, se pueden extraer una serie de claves para abrir un plan de pensiones.
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El plan debe ser a medida y, por ello, conviene estar muy bien asesorado. «Cada persona tiene sus propias circunstancias así que el plan debe ser específico y adaptarse a las características de cada uno. A la hora de planificar el tuyo debes tener en cuenta tus necesidades de liquidez y marcarte uno objetivo de ahorro para la jubilación», expresa Fernando Enríquez, director de negocio ahorro de VidaCaixa, filial propiedad de CaixaBank.
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Los objetivos marcados en el plan debe ser medibles: es fundamental conocer la pensión estimada que le quedará de jubilación a uno y, a partir de ahí, valorar las necesidades que habrá durante ese periodo de la vida. «Normalmente«, añade Enríquez, »lo que gastes hoy no será muy diferente de lo que gastes cuando te jubiles, pero cada caso puede tener sus particularidades. Una vez lo tengas establecido podrás marcarte un objetivo de ahorro». ¿Otra clave? Este experto sugiere establecer un horizonte temporal, «es decir, preguntarse de cuánto tiempo disponemos hasta la jubilación». Esto ayudará a definir el estilo de inversión necesario para hacer crecer los ahorros.
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Dentro de la variedad que distingue a este tipo de producto, los planes de ciclo de vida son especialmente interesantes por su eficiencia y sencillez. En función de la fecha prevista de jubilación, estos planes establecen una estrategia predefinida de inversión en función del tiempo que resta para llegar a la fecha objetivo.
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Los autónomos son uno de los motores de la economía nacional. Los cerca de 200.000 que hay en la Comunitat son, a menudo, estrangulados fiscalmente y, por ello, buscan proteger su cartera para asegurar un futuro para ellos y su entorno. Los planes de pensiones para autónomos, a diferencia de los planes de pensiones individuales, cuentan con un mayor límite de aportaciones a sistemas de previsión social. «Podrán aportar hasta 5.750 euros, los 1.500 euros de límite genérico de aportaciones a cualquier plan de pensiones más otros 4.250 euros para las aportaciones a los planes de pensiones simplificados para autónomos», expresa Fernando Enríquez.
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¿Se puede rescatar el dinero invertido en cualquier momento? Es una de las grandes preguntas del usuario de un plan de pensiones. ¿Puedo tocar mi dinero antes de la jubilación? Sí y no. De hecho, también es posible rescatar todo el capital aportado así como la rentabilidad que este haya podido generar antes de producirse la jubilación si tiene lugar alguna de las contingencias contempladas en la ley como situaciones de enfermedad grave, invalidez, dependencia, fallecimiento, desahucio de la vivienda habitual o desempleo. Sobre esta última, el usuario se debe encontrar en situación legal de desempleo, debe estar inscrito como demandante de empleo y tiene que haber agotado las prestaciones por desempleo en su nivel contributivo o no tener derecho a ellas. Sin embargo, lo más recomendable es establecer una estrategia para gestionar las aportaciones de la manera más eficaz atendiendo a las directivo de VidaCaixa explica las diferentes formas que hay: «La percepción del ahorro se puede hacer en forma de capital, cobrándose de una sola vez, en forma de renta pudiendo ser renta financiera –una cantidad cada mes hasta extinguirse los derechos económicos del plan–, en forma de renta vitalicia garantizada –una cantidad cada mes mientras se viva–, en forma mixta –una parte en forma de capital y el resto, poco a poco, en forma de renta– o en forma de pago sin periodicidad regular para ir percibiendo el derecho económico sin un plan de pagos establecido. Rescatarlo de una forma u otra influirá en el resultado de la Declaración de Hacienda así que es conveniente tener en cuenta este punto antes de decidir de qué forma se quiere empezar a cobrar el dinero.
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Un plan de pensiones puede llegar a vislumbrarse como algo lejano en algunas etapas de la vida pero cuando se acerca la jubilación la idea ya ha madurado y se ve mucho más cercana. Lo que era un boceto ya es casi una realidad. Las rentas vitalicias son una herramienta que va como anillo al dedo para aquellos clientes que deseen obtener un interés técnico para sus ahorros, es decir, cobrando una pensión mensual vitalicia desde el primer mes. Esta cantidad puede servir como complemento de la pensión pública percibida de la Seguridad Social. «Es, por tanto, la mejor solución para quienes están próximos a su jubilación. Por ejemplo, la gama de rentas vitalicias de VidaCaixa es la más completa del mercado. Con modalidades distintas, que a su vez ofrecen la posibilidad de modular sus características, los clientes pueden confeccionar a medida el producto para que se adapte al máximo a sus necesidades», concluye Enríquez.
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Los expertos consultados para este reportaje coinciden en que es primordial acertar con el mejor momento para contratar un plan de pensiones: se suele aconsejar disponer ya de uno desde que se comienza a trabajar y a percibir unos ingresos estables. Puede parecer temprano pero si se comienza a ahorrar de cara a la jubilación a una edad temprana, el esfuerzo que se debe realizar a lo largo de toda la vida laboral será menor y, además, se podrá disponer de más dinero gracias a los años que se haya estado ahorrando y a la rentabilidad que haya ido generando este capital. Sería lo ideal arrancar tan pronto pero puede parecer, en ocasiones, algo utópico. Sin embargo, la edad media en la que se comienza a pensar en la jubilación ronda los 40 años y, al final, cada uno empieza a pensar en un plan de pensiones cuando buenamente puede siempre muy influenciado por circunstancias personales.
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