Urgente Un incendio en un bingo desata la alarma en el centro de Valencia
Figuritas de novios en una tarta de boda Unsplash

Cásese quien pueda: con invitados, pero sin cóctel ni fotos de grupo

La fase 2 abre la puerta a celebraciones con hasta cien invitados de la misma provincia y restricciones en los menús, mesas y hasta en el baile

Marta Hortelano

Valencia

Lunes, 25 de mayo 2020

Casarse suele ser casi siempre un motivo de alegría. O al menos lo era en la etapa a. C. (antes del Covid-19). Sin embargo, el coronavirus le ha declarado la guerra a todo lo compartido, a los eventos en los que se celebran las cosas de manera conjunta. Y en esto, el famoso trío BBC (bodas, bautizos y comuniones) está siendo uno de los más perjudicados por la pandemia.

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Las provincias o comunidades que hoy han entrado en fase 2 tienen desde esta semana una cierta apertura para celebrar estos eventos. Las normas, fijadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE) abren la puerta a una relajación de las medidas de confinamiento, pero dejan aún la foto fija de una boda, bautizo o comunión lejos de lo que sus protagonistas hubieran imaginado. En concreto, si la ceremonia es por la iglesia o cualquier otro centro de culto, estos recintos podrán ampliar su capacidad del tercio que se permitía en la fase 1 al 50%. Eso sí, con distancia social entre bancos y con mascarillas. Si la ceremonia se realiza de manera civil en uno de los salones de boda o sus jardines, habilitados para este tipo de eventos, los novios deberán recortar la lista de amigos y familiares a los que invitar de manera drástica. 50 personas en espacios cerrados y 100 en el caso de que la ceremonia se lleve a cabo en exteriores. Pero, en ningún caso se puede superar la mitad del aforo del espacio ni el 40% del restaurante.

Si teníamos invitados de otras provincias o países ya contados en nuestro planning de mesas, no podrán asistir tampoco en fase 2, porque la movilidad entre provincias sigue restringida hasta nueva orden. Si aún así, has decidido seguir adelante con tu evento y el cura o concejal pronuncia aquello de «puedes besar al novio o novia», la afectuosa demostración de cariño deberá limitarse a los cónyuges y sus convivientes, ya que los abrazos y besos para dar la enhorabuena a los novios, padres y padrinos tampoco entra dentro de las medidas de distancia social. A la hora de lanzar el arroz o el confetti, los invitados tendrán que optar por algún elemento cerrado, para no manosear los granos del cereal o los molestos papelitos de colores. Y siempre hacerlo a dos metros de los novios.

Si aún así, a los novios aún les quedan ganas de seguir con la fiesta, los invitados pasarán a la celebración, con una comida o cena algo diferente a lo que, seguro, habían soñado. En este momento, la figura de los wedding planner o los organizadores de nuestro evento se pueden acabar convirtiendo en los mejores asesores. Casi agentes de movilidad para nuestros comensales, que asistirán a su primera celebración en plena pandemia.

Los cócteles de los eventos tendrán restricciones hasta que acabe el estado de alarma Unsplash

El habitual cóctel que se sirve como preludio del almuerzo ya no se podrá celebrar como hasta ahora, en un espacio abierto con camareros y camareras dando vueltas con canapés. Al menos hasta que acabe el estado de alarma se deberá servir en mesas o si es de libre servicio será con pantalla de protección ya emplatado o en monodosis. Se acabó pegarse por coger una croqueta mientras persigues al camarero. Los cada vez más demandados buffets de quesos o embutidos no están permitidos en esta fase.

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Si hemos conseguido tomar el aperitivo y hemos llegado hasta el banquete, las restricciones todavía nos esperan en las mesas que los novios nos hayan asignado. La distancia de una mesa a otra debe ser de dos metros y los comensales deben guardar el espacio social de rigor. Los camareros que se encarguen de servir los platos deberán llevar, por supuesto, mascarilla.

Pero, tranquilos. Si superada la comida o la cena, finalizados los gritos de ¡que se besen! (absténgase los padrinos, a no ser que sean convivientes, algo raro entre consuegros) y servida la tarta que los novios no habrán podido cortar, queda el esperado momento del baile. La pareja de recién casados sí podrá dar unos pasos agarrados, pero el resto de invitados tendrán que hacer caso omiso a la canción de Sergio Dalma y poner dos metros de por medio. Ni conga, ni trenecito a no ser que los brazos nos midan dos metros- La distancia social nos hará bailar por libre y con mascarilla, pero la música siempre podrá sonar. Otro de los grandes damnificados por el coronavirus son los photocall de boda. Esos fondos que simulan una trasera como las de las alfombras rojas y en las que se han incluido disfraces u otros utensilios para caracterizarnos. Las fotos se podrán seguir haciendo, pero de uno en uno o con su conviviente, y sin formar grupos. Una foto de familia requeriría de un gran angular para retratar a un grupo de gente separado por la distancia social. Los libros de firmas en los que les dejamos a la pareja o niño recién comulgado una dedicatoria del día también están en cuarentena, por aquello de no compartir el mismo papel ni bolígrafo. Pero siempre se puede dejar testimonio digital.

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Buffets de postres y barras de chucherías deberán esperar a la nueva normalidad Unsplash

Y si llegados a este punto aún seguimos con ganas de fiesta para celebrar la nueva unión, hay una desagradable sorpresa final. Y no solo para los novios, que tendrán que posponer el soñado viaje de novios hasta que se retome el turismo nacional e internacional. El mejor invento de las bodas, bautizos y comuniones de nuestra era, el denominado 'candy bar' no podrá hacer la delicias de los más golosos mientras se toman la copa. El coronavirus no respeta ni las chucherías. A no ser que vayan en bolsa cerrada o en monodosis.

Así que el evento puede convertirse en una aventura si no nos lo tomamos con paciencia. Aunque el regalo que todo protagonista siempre da a sus invitados está en esta fase más fácil de elegir que nunca: una buena mascarilla y un bote de gel hidroalcohólico pueden llegar a ser el tesoro más preciado.

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Recién casados Unsplash

Nace la asociación de profesionales de las bodas

Pero, a pesar de las instrucciones que el Gobierno ha dado a través del BOE, las dudas en el sector de los eventos no terminan de resolverse ni para los profesionales que los gestionan ni para los que los contratan. No es de extrañar, porque en una celebración como una boda o un bautizo hay numerosos factores externos que afectan a empresas que, en su día a día, poco a nada tienen que ver fuera de estos eventos. Se trata de profesionales de la restauración, los propios espacios en los que celebrar el acto, las empresas de audiovisuales, las de moda nupcial, floristerías, organizadores, ilustradores, diseñadores, imprentas, empresas de transporte, músicos… Todos ellos forman parte de un todo a la hora de celebrar un evento, pero las circunstancias actuales han llevado a un grupo de pequeños y medianos empresarios y autónomos a asociarse para poder actuar como colectivo y facilitar su interlocución con los clientes y con las administraciones públicas. Así, en los últimos días se ha constituido la Asociación de Profesionales de las Bodas de España (APBE) para englobar a todo el sector nupcial. La asociación quiere impulsar un estudio del sector que permita aportar los datos reales que posicionen a su industria. «Se hace evidente que, en la creación de la Asociación, el Covid-19 y la crisis que ha provocado, se han convertido en un factor acelerante que ha sido determinante en la puesta en marcha de la misma. Como es lógico, consideramos que es un objetivo claramente prioritario el encontrar soluciones rápidas y eficaces que nos permitan resolver la situación actual lo más pronto posible», asegura su manifiesto fundacional. «Sólo yendo de la mano, podremos conseguir que el gobierno nos facilite un plan claro y unos protocolos de actuación específicos para nuestro sector, sobre los que poder ponernos a trabajar cuanto antes«, reza. APBE alerta de que el sector no puede permanecer parado durante un año por lo que es necesario tomar decisiones que aseguren la supervivencia de todos, entre ellas medidas medidas económicas que palíen la situación de extrema vulnerabilidad que afrontan las empresas y profesionales de los eventos. La directiva, formada por 24 miembros, cuenta entre sus miembros como vocal con el cocinero Quique Dacosta, propietario de cinco restaurantes en la Comunitat y una empresa de catering para eventos.

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