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Clara Alfonso
Valencia
Jueves, 26 de octubre 2023, 00:40
El evento 'Miyake' es una amenaza que sobrevuela silenciosamente nuestra civilización, preparada para desencadenar una catástrofe tecnológica. Llamado así en referencia al año de su primera predicción, este fenómeno ha inquietado a científicos y expertos en climatología y tecnología. Lo que lo hace tan temible es su naturaleza: una tormenta solar extrema, una eyección de masa coronal (CME) de proporciones colosales, expelida por nuestro propio sol. Estas CME son llamaradas solares cargadas de energía que pueden interactuar con nuestro campo magnético y sistemas eléctricos.
A lo largo de la historia, los eventos catastróficos por tormentas solares han sido escasos, pero cuando se han dado, sus efectos han sido devastadores. Un buen ejemplo de ello es el evento Carrington de 1859, que paralizó las comunicaciones telegráficas de la época. Ahora, en la era de la tecnología digital, las consecuencias serían aún más graves.
El primer golpe sería para Internet y los dispositivos electrónicos. Las comunicaciones en línea se verían gravemente afectadas, con interrupciones masivas en los servicios, generando un impacto directo en la conectividad global y el acceso a información crucial. En este contexto, no solo se caerían las apps, sino que se produciría un colapso tremendo en bancos, hospitales, servicios de emergencias e incluso en los GPS de aviones y barcos.
Los satélites en órbita, vitales para aplicaciones como la navegación GPS, comunicaciones satelitales y observación de la Tierra, también estarían en grave peligro. La radiación solar intensa podría dañar sus sistemas electrónicos, llevando a la pérdida de satélites cruciales.
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Por su parte, la infraestructura eléctrica también sufriría daños significativos, provocando apagones prolongados y una interrupción generalizada en la distribución de energía. Las consecuencias económicas serían descomunales, con la interrupción de la producción y distribución de bienes y servicios, que provocarían un efecto dominó en la economía global.
Además, la radiación solar intensa durante una tormenta solar plantea riesgos para la salud, especialmente para aquellos que trabajan en la industria aeroespacial y viajan en vuelos de larga distancia.
A día de hoy, la humanidad no está plenamente preparada para enfrentar un evento Miyake, y las medidas de prevención son cruciales. Muchos científicos y organizaciones gubernamentales están utilizando la inteligencia artificial para predecir el comportamiento del sol y proteger nuestros sistemas tecnológicos. La amenaza es real, y su impacto sería de tal magnitud que alteraría la vida tal y como la conocemos. Es por ello que, la necesidad de preparación y colaboración global se ha vuelto más importante que nunca.
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