La historia de los valencianos Chic-kles Gum de Mercadona

Ir de la mano del gigante Mercadona trae algo más que suerte. La cadena de supermercados valenciana ya mueve casi un euro de cada cuatro que se gastan los españoles en el sector, según estudios recientes. La compañía no para de expandirse y España se le está empezando a hacer algo pequeña.

Cuando las cosas aún no eran así, dos empresarios llegados de una turronera decidieron fundar una empresa de golosinas que recuperara sabores perdidos. El proyecto no estuvo pensado en un primer momento para Mercadona. Pero tras dos noes, llego el sí de la cadena valenciana.

Convertirse en interproveedor de Mercadona significa renunciar a comercializar tus productos en otras cadenas, pero formar parte de esa gran familia y cómoda familia que es la marca Hacendado. La decisión empresarial no es fácil, pero acertaron.

Ahora, Chic-Kles crece al ritmo de Mercadona y en 2017 facturaron 33 millones de euros con los productos salidos de su planta en Riba-roja del Turia. El año anterior, la cifra ascendía a 25,5 millones. Esto supone un crecimiento del 31%.

Ya son 113 las personas que trabajan para la empresa de chicles, muchos con contrato fijo. Y, a pesar de la subida de los beneficios, mucho se está reinvirtiendo en preparar nuevos productos y mejorar la línea de producción.

El matrimonio entre Mercadona y la empresa de Antonio Cabedo parece que va para largo. Las últimas novedades: los chicles en láminas o las grageas de bote.