José Manuel Ortuño
Martes, 13 de enero 2015, 21:57
Hasta este instante se conocía la relación cooperativa que existe entre los pulgones y las hormigas. Los primeros daban de comer melaza a los segundos a cambio de cuidados higiénicos y protección. Sin embargo, una investigación liderada por el Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva de la Universitat de València ha descubierto una interacción sin precedentes entre ambos insectos.
Publicidad
Concretamente, el Paracletus cimiciformis nace con características muy similares a las de las hormigas. Según ha explicado a este periódico el profesor David Martínez, «los pulgones se gestan sin necesidad de reproducción. De una hembra, como si fuera por clonación, surge otra con una genética casi idéntica a la de su madre». Al menos esto sucedía hasta su descubrimiento.
«Sin embargo, en nuestro laboratorio hemos descubierto como los pulgones durante una de sus primeras etapas vitales, aparece como larvas de hormigas. De este modo, cuando están cerca de las hormigas, estas creen que son sus crías, puesto que tienen características y, sobre todo, un olor similar, y se lo llevan hasta su nido». Así consiguen protección «durante los momentos más fríos del invierno».
Pero no acaba ahí la situación. A priori, los pulgones son animales herbívoros que se alimentan de la savia de las plantas, pero esta nueva especie descubierta, es distinta también en esto. «Dentro del hormiguero, por lo que hemos podido percibir, se alimentan chupando la sangre de las crías de hormigas. Es decir, que han evolucionado mimetizándose con larvas de hormigas y son agresivas con ellas. Han roto con la cooperación que existía» y así logran sobrevivir con mayor facilidad.
Todo ello ha sido publicado en un artículo de la revista especializada PNAS, Proceedings of the National Academy of Sciences, y abre distintas incógnitas. De momento, Martínez reconoce que aún quedan muchas situaciones por descubrir y, por tanto, una gran cantidad de preguntas por responder. Cada una de ellas es importante en el futuro, puesto que tanto las hormigas como los pulgones pueden ser plagas importantes en la agricultura y, por tanto, cualquier avance en el conocimiento de sus ciclos de vida puede ser útil a la hora de implementar programas de gestión de cultivos y de control de epidemias.
Publicidad
Por último, cabe resaltar que esta investigación es parte del proyecto de tesis doctoral que Adrián Salazar desarrolla en el Institut Cavanilles de Biodiversitat i Biologia Evolutiva con una beca Atracció de talent de la Universitat de València bajo la dirección del profesor David Martínez.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La víctima del crimen de Viana recibió una veintena de puñaladas
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.