Clara Alfonso
Valencia
Viernes, 19 de enero 2024, 01:15
Cada relación tiene su propia historia, pero resulta que hay unos patrones, que a menudo nos indican que algo no va bien. Esos clásicos que, aunque sabemos que existen, a veces nos cogen por sorpresa. Es como si hubiera una especie de guión no escrito que algunas parejas siguen de manera casi involuntaria. De hecho, leyendo estas líneas puede que creas que tú eres una de ellas.
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En muchas ocasiones, las alarmas que indican que hay problemas en una relación, son evidentes para todo el mundo que la rodea menos para los miembros de la pareja en sí. Por ello, aquí te dejamos 5 señales que terminan acabando con el amor en pareja:
Todo un clásico. Muchas parejas pueden sentirse impulsadas por la emoción inicial de la relación, sumergiéndose en compromisos y decisiones importantes sin realmente conocerse a fondo. Todo empieza como un torbellino de emociones, pero cuando te das cuenta, estás en una especie de carrera sin saber muy bien hacia dónde. Y, claro, eso puede ser como un tren descarrilado: emocionante al principio, pero un desastre después.
Por otro lado, también hay muchos casos en los que la relación avanza más lenta que un caracol con resaca, y ni uno ni el otro parecen tener prisa. Esa lentitud puede ser como una bola de nieve que se hace cada vez más grande hasta que, bueno, termina por cargárselo todo. Normalmente, deriva en la pérdida de interés o a la búsqueda de nuevas experiencias fuera de la pareja.
La vida moderna nos lleva a una especie de carrera contra el reloj, y si no reservamos un momento para la pareja, esa relación puede empezar a desvanecerse. Si no consigues reservar tiempo de calidad para compartir, la falta de conexión emocional puede comenzar a minar la relación.
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Estar completamente absorbidos el uno en el otro puede parecer romántico al principio, pero una falta de vida social fuera de la pareja puede resultar asfixiante. La diversidad de experiencias y relaciones es esencial para el crecimiento personal y puede fortalecer la relación principal. La ausencia de esta vida social puede generar una sensación de claustrofobia emocional.
El amor no es una planta de interior... necesita cuidado constante. Si uno o ambos se relajan demasiado, la relación puede volverse monótona y perder la chispa. La complacencia puede conducir a la falta de interés, erosionando gradualmente la base de la conexión.
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