A.P.
Lunes, 21 de abril 2025, 10:23
Uno de los momentos más importantes para un Papa es responder con qué nombre quiere ser llamado durante su Pontificado. Sin embargo, no a todos los Papas se le preguntaba eso. Durante una parte de la historia, hasta el siglo VI, los nuevos Papas simplemente mantenían su nombre bautismal como su nombre papal. Luego comenzó una tradición inconsistente de elegir un nuevo nombre, pero no se convirtió en una constante hasta 1555 con la llegada de Pablo IV.
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Realmente no existen reglas técnicas acerca de la toma de decisión del nombre del nuevo Papa. Los recién elegidos obispos de Roma son libres de elegir cualquier nombre y también pueden mantener su nombre de bautismo si lo desean. Normalmente si se decide un nuevo nombre es una elección personal y no es algo que les sea dado por otra persona. La mayoría de Papas busca honrar a un predecesor, estos son algunos ejemplos:
Se inclinó por los motivos personales y familiares y optó por el nombre de su padre para gobernar la Iglesia, al que añadió el número ordinal (XXIII), continuación del que le correspondió al Papa francés Juan XXII.
Elegido en 1978, se trata del primer Papa en la historia que tuvo un nombre doble. Su elección pretendía rendir homenaje a sus predecesores Juan XXIII y Pablo VI.
Eligió su nombre para honrar tanto al papa Benedicto XV como a san Benito de Nursia. Su elección estaba estrechamente ligada por el simbolismo de Benedicto XV ya que guió la Iglesia en un período difícil a causa de la I Guerra Mundial. Fue considerado como un profeta de la paz, e hizo lo posible para evitar la guerra, sin conseguirlo.
Quebró las tradiciones recientes para elegir un nombre completamente nuevo que nunca había sido utilizado por un Papa. Fue la primera vez que esto ocurría desde el siglo X. Dijo que el nombre le llegó mientras un cardenal lo abrazaba inmediatamente después de su elección. Este le dijo «Piensa en los pobres» y automáticamente Francisco pensó en San Francisco de Asís.
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A lo largo de la historia, los papas han adoptado 81 nombres. Los más escogidos para gobernar la Iglesia católica son: Juan, el más popular, que ha sido elegido 23 veces; Gregorio (16); Benedicto (16); Clemente (14); e Inocencio (13).
Un caso curioso es el nombre de Pedro ya que desde el primer Papa no se ha vuelto a utilizar. Algunos dicen que por respeto al apóstol, otros porque hay una leyenda de que Pedro II será el último Pontífice antes del fin del mundo.
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