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El coronavirus silencia Milán, más preocupada ahora por el pánico

La capital de la región italiana más golpeada por la epidemia vive una anormal falta de actividad debido a las restricciones

DARIO MENOR

ROMA.

Jueves, 27 de febrero 2020, 00:22

Ida tiene prisa. Esta milanesa menuda y vivaracha de unos 60 años recorre a paso ligero las calles medio vacías del barrio de Buenos Aires, en el centro de Milán, y sólo se detiene delante de un bar con la persiana bajada. En ella han puesto un cartel para informar de que el establecimiento no abrirá sus puertas hasta la próxima semana para evitar el contagio del coronavirus.

«El dueño ha decidido cerrar por propia iniciativa, como si sirviera para algo. He tenido que quedar antes con una amiga para vernos allí porque a las seis nos echan. Las autoridades han ordenado que a esa hora cierren los bares, mientras que los cines, teatros y discotecas están clausurados. Pero los restaurantes y las tiendas no. No hay quien lo entienda, es una contradicción continua. Como si el virus eligiera la hora y el sitio en el que contagia a la gente. Nos hemos vuelto todos locos», denuncia.

Ida deja esa última frase flotando en el aire mientras se despide agitando la mano. No quiere llegar tarde a la cita con su amiga y aprieta el paso por las calles de esta zona de Milán. Apenas hay tráfico, los parques infantiles vacíos y en multitud de tiendas hay pegados carteles para informar del cierre por la epidemia.

En las residencias de ancianos los mensajes son aún más expeditivos, pues se informa a los familiares y visitantes que tienen prohibido entrar en los edificios hasta el 2 de marzo. Refleja la preocupación por que las personas mayores sean las más vulnerables a esta epidemia, que deja 400 contagiados -entre ellos ocho niños- y doce muertos en Italia. Todos los fallecidos eran pacientes de elevada edad que tenían graves problemas de salud previos.

Cuando han pasado ya cinco días desde que surgieron los primeros casos en Lombardía, la región golpeada con mayor dureza por el coronavirus, resulta cada vez más evidente que el problema principal es el pánico generado por la epidemia y no las consecuencias sanitarias, pues hay otras enfermedades mucho más mortíferas. La mejor constatación se tiene paseando por las calles de Milán, que con sus 1,3 millones de habitantes es la ciudad más dinámica y pujante de Italia, el centro económico y financiero del país y la capital de una de las regiones más ricas de Europa, Lombardía. «Yo nunca había visto una Milán así. Está todo medio vacío. Es como si fuera Ferragosto pero a finales de febrero. Es todo muy extraño», explica Anna Lodi, de unos 70 años, haciendo referencia a la fiesta de mitad de agosto que vacía habitualmente las ciudades italianas.

«Esto parece un cementerio. Hay una psicosis colectiva. Me ha costado muchísimo encontrar una mascarilla, pero solo me la pongo en los lugares con mucha gente. Lo que sí hago es lavarme cada cinco minutos las manos con gel desinfectante», cuenta Lucía Aldana, una inmigrante peruana que lleva 19 años residiendo en la capital.

Supermercados vacíos

Giampietro Gobo, profesor de Sociología en la Universidad Estatal de Milán, apunta a quienes cree responsables de la «epidemia de miedo» por el coronavirus. «Los principales son los medios de comunicación. En Italia cada año mueren unas 9.000 personas de pulmonía, pero nadie informa de ello. Es la prensa la culpable de esta psicosis», denuncia Gobo, que pone en el segundo lugar de su lista a «algunos expertos en virología» que paragonaron el coronavirus con la gripe española, que provocó la muerte de más de 40 millones de personas hace un siglo.

Pasado el primer susto, muchos milaneses, de nacimiento o adopción, esperan volver pronto a la normalidad. «Desde el fin de semana esto está muy parado. Se habrá reducido un 80% el tránsito de gente», lamenta Hossain Ehnamul, dueño de un puesto de venta de billetes y periódicos en la parada de metro de Caiazzo. «Esperemos que no dure el pánico mucho más, porque no sé cuánto podremos aguantar así».

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