¿Por qué crujen las rodillas?
Normalmente se trata de una simple crepitación, pero también puede ser síntoma de algo peor
A.G.D.
Valencia
Viernes, 1 de junio 2018, 13:47
¿Qué significa el crac de mi rodilla? Muchas personas se asustan al escuchar crujir sus articulaciones, sobre todo cuando va acompañado de dolor. En la mayoría de los casos, no hay por qué preocuparse, pero también puede ser síntoma de algo peor.
La crepitación sin dolor es algo muy habitual, ya que las rodillas reciben una parte importante de la presión de algunas posiciones o del simple caminar. En realidad ese crujido es una burbuja de gases como oxigeno, nitrógeno o dióxido de carbono que forman el líquido sinovial, encargado de lubricar las articulaciones.
Una causa también común también puede ser que los tendones se hayan descolocado de su posición original y un estiramiento los esté recolocando. Si es así, el crujido puede venir acompañado también de un ligero dolor, pero nada reseñable.
Si el dolor es una constante en la crepitación de la rodilla, sí que es importante ponerse en manos de alguien especializado. Cargar excesivamente las articulaciones pueden desgastar el cartílago y volverlas mucho más ásperas. Al chocar las rodillas sin la protección del cartílago, se produciría ese dolor.
Consejos y trucos de salud
De hecho, la artrosis puede ser crónica y puede reducir notablemente la posibilidad de articulación y movimiento de la rodilla. Esta enfermedad no va inevitablemente asociada al deporte, sino que puede tener diferentes orígenes. La artritis produce resultados similares pero con diferentes síntomas: inflamación de la rodilla y destrucción del cartílago.
Otra causa grave puede ser la rotura del menisco, que requiere intervención quirúrgica y rehabilitación. La causa puede ser un golpe o un mal movimiento y ni siquiera es necesario que se haya notado cúando ocurrió la rotura, aunque es lo más común.
¿Qué hacer cuando crujen las rodillas? ¿Cómo evitarlo?
La primera recomendación es que, en cunato aparezca el dolor, se informe al médico o al fisioterapeuta de inmediato para evitar que un problema grave aumente al no quedar en reposo.
Si es una simple crepitación o un dolor muy leve, nunca está de más estirar las piernas y ejercitar los diferentes movimientos de rodilla para recolocar tendones y liquido sinovial.
Ejercitar la rodilla constantemente también es importante para fortalecerlas y poder contar con el máximo movimiento posible, aunque sin forzarlas. Cargarlas demasiado puede provocar el efecto contrario.
La postura del cuerpo también es muy importante: estar sentado durante mucho tiempo sin estirar las piernas dificulta la circulación sanguínea y aumenta el riesgo para los tendones.
Por último, la alimentación también juega un papel muy importante: tomar alimentos ricos en antioxidantes, como los arándanos o la uva, ayudar a fortalecer músculos y articulaciones.
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